Ambas estaban en medio de un beso extasiante y vehemente. Merlina, quien ahora estaba encima de Enid, tomaba sus mejillas con desesperación y deseo, adheriéndose a su cuerpo. Enid, por su parte, se dejaba llevar, pues era Merlina quien tenía el control.
La rubia se alejó y separó lo suficiente como para admirar el hermoso cuerpo de su novia, retirando con lentitud aquella camisa desabotonada que lo cubría, sintiendo el deseo incontrolable de tocarla por todas partes.
Merlina, quien sentía la desagradable sensación de la lujuria y calentura recorrer todo su cuerpo, tomó la camisa y la tiró lejos a una esquina de la habitación, para volver a acercarse a su novia y besarla de manera apasionada, con urgencia. Y Enid, que no era para nada lerda, dejó un camino de caricias por su espalda hasta llegar hasta su trasero.
La gótica se estremeció ante el tacto tan repentino, esto solo causó un deseo incontrolable en la licántropa, la cual se separó del beso, dejando a su novia ansiosa por más. Enid se quitó su camiseta, que a este punto solo estorbaba, dejando completamente ruborizada a la pelinegra, quien después de un par de segundos de estar admirando la belleza de su dama y su femenil complexión, bajó con lentitud su bracier, dejando visibles sus firmes y bien formados senos. La respiración de Merlina era exageradamente veloz, al igual que sus manos, pues no tardó ni un segundo en acariciar con visible apetito los pechos de su chica. La lujuria le salía por los ojos.
La gótica se acercó a los senos de la rubia e introdujo uno en su boca, haciendo movimientos circulares con la lengua sobre su duro y rosáceo pezón. Enid se tensó ante el tacto, arqueó la espalda y sus garras aparecieron, rasgado la tersa piel de la pelinegra, dándole un pequeño brochazo carmesí a su pálida piel.
La pelinegra, hambrienta, succionó el pezón de su chica, mordisqueándolo con gentileza. A su vez, estimulaba aún más sus pecho con movimientos de arriba a abajo, provocado que estos saltaran.
Merlina se separó de los senos de su amada, dejándola con ganas de más.
— Quítate los pantalones. — Ordenó con hipnótica voz. Una sonrisa torcida se pintó en su inexpresivo rostro al ver como su novia seguía la orden sin rechistar. Y mientras ella se desvestia, Merlina sentía el incontrolable deseo de tocarla hasta no sentir las manos.
Una vez que aquella molesta prenda estuvo lejos de su vista, Enid prosiguió con su ropa interior, y cuando la bajó por completo, Merlina, impaciente y rebosante de deseo, la arrimó contra el respaldo de la cama, con dominio, y se acercó a su cuello, lamiscándolo de manera lasciva, rozando a su vez su rodilla en la desnuda y necesitada entrepierna de su novia.
Enid arañó la tersa espalda de la más baja, aproximándose más a ella para aumentar los roces en su entrepierna. Un sonoro gemido se elevó en el aire cuando la rubia sintió uno de los dedos de su novia acariciar su húmeda entrada, haciendo movimientos circulares.
Merlina atrapó casi de inmediato los labios de su amada en un fogoso y furtivo beso, un beso en el que sus lenguas batallaron por el dominio, siendo la pelinegra la que lo consiguió. La más alta mordisqueaba el labio inferior de la gótica, provocando que este empezara a sangrar.
Se separó de la rubia y quitó su dedo de su entrepierna, dejándola temblorosa y completamente a su merced, con las piernas ligeramente abiertas y algo de sus fluidos escurriendo por estas.
— No seas tan ruidosa, cara mia. — Recorrió cada rincón de su cuerpo con su mano, desde sus senos sudados y rosáseos, hasta su palpitante e impaciente entrepierna, mientras que con la otra mano, que había estado por breves instantes en el interior de su amada, limpió la sangre de su labio con la yema de sus dedos y luego los lamió, provocando que la entrepierna inquieta de su novia solo palpitara aún más. . La mente de Enid estaba completamente nublada por la lujuria, ya no yacía ni una pizca de vergüenza en su ser. — ¿Quieres más, querida? — Cuestionó, acariciando sus temblorosos muslos.
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Calidez | Wenclair AU
RomanceWednesday (2022) | Merlina x Enid (Wenclair) Merlina Addams siempre a sido una chica solitaria y reservada. El contacto físico no es lo suyo, acercarse a ella es una sentencia a muerte. Pero aunque le cueste admitirlo, aquella chica tan gótica y mi...