Agarré un pincel, lo cargué de pintura y lo fui pasando por el lienzo. En mi otra mano había dejado el vaso con agua, bajé el pincel y lo sumergí en este para limpiarlo, mi muñeca se había cansado de sostener el vaso así que quise dejarlo a un lado pero aquel movimiento fue más fuerte de lo que había pensado.
-¡Hmk! -solté un quejido de dolor a la vez que dejaba caer el vaso, el cual terminó regado sobre mí y sobre el suelo, además de que el vaso se había roto al caer al suelo.
Solté un largo suspiro mientras miraba el desastre y luego a mi brazo izquierdo. Bajé la cabeza mientras pensaba, ya quería que mi brazo se curase... en el reino de los Dioses habían Diosas que curaban mis heridas así que nunca tuve que esperar tanto. Ahora me impacienta...
-No te desanimes, mi Luna... -sentí un par de brazos en mis brazos y un tierno beso en mi cabeza.
-Hice un desastre... -suspiré.
Él se agacha a recoger los trozos del vaso y los deja sobre una tela para recogerlo todo junto.
-¿Cuánto dices que dura la curación? -pregunté.
-Lo que tenga que durar, ten paciencia.
-Pero jamás había tenido heridas por tanto tiempo... es molesto -respondí haciendo un puchero.
-Te acostunbrarás.
Me sonríe luego de haberse reído de mi respuesta, me mira y ve mis pies descalzos así que procede a recogerme en brazos.
-¿Qué haces?
-Tienes que ir a limpiarte, pronto será la hora del almuerzo y no quiero que pises accidentalmente un pedazo de vidrio.
-Entiendo...
Él besa mi frente sonriendo y me baja del tejado, me lleva hasta la habitación y me deja allí. Yo me puse a buscar las cosas para la ducha y fui hasta allí. Cerré la puerta y me dispuse a intentar quitarme la ropa, y aclaro de nuevo... lo intenté.
-Au...
Miré mi brazo y suspiré, creí que esta vez iba a poder sola pero veo que no... necesitaré pedir ayuda, de nuevo.
-Alex... -me asomé por la puerta del baño.
-¿Hm?
-¿Puedes... llamar a alguna de las chicas para que me ayude? -pregunté un poco avergonzada.
-Seguro.
Él me sonríe con ternura y se acerca a la puerta, pero antes de que saliera yo lo detuve y hablé como si algo me poseyera y me hiciera hacerlo. No realmente pero quería tener una excusa por lo que hice.
-Espera... No quiero molestarlas, am... ¿me ayudarías tú?
Me sonrojé hasta que realmente pareciera del color rojo. Alex me ve sorprendido pero asiente, lo vi... trataba de ocultar su emoción. Sonreí un poco y lo dejé entrar al baño, quedamos frente a frente y él acercó sus manos a mí.
-Avísame si te duele, ¿okey?
-E..Está bien...
Él empieza a levantar su remera que yo traía puesta, el viento ya corría por la piel de mi abdomen. Primero me ayudó a quitarme la del brazo sano... me sentí más avergonzada pero noté entonces lo cuidadoso que estaba siendo Alex en donde apoyaba sus manos y en donde miraba. Trataba de no pasarse y así no incomodarme. Finalmente solo faltaba quitarme la remera del brazo con el cabestrillo.
Me quito aquel soporte y así finalmente pude quitarme la remera sin necesidad de moverme tanto y sin que me doliera. Alex se gira para agarrar la bolsa en donde pondría mi brazo para que no se mojara.
-¿Listo? -pregunta mirando mis ojos mientras yo me sentía algo expuesta.
-Am... B..Bueno... -me sonrojé aún más aunque pareciera imposible, suspiré y me di vuelta apartando de igual forma mi cabello- ¿Podrías ayudarme con esto...?
Él entendió de que hablaba de mi sostén. Lo miré por encima de mi hombro y noté el sonrojo en sus mejillas pero asintió al saber que lo estaba viendo. Cuando sus manos tomaron la hebilla del sostén me estremecí porque de igual forma tocó mi espalda, suspiré y él lo desabrochó. Lo sujeté al instante.
-G..Gracias...
-No fue nada, mi Luna.
Él me sonríe y se aleja saliendo de la habitación. Resoplé más calmada y tratando de aliviar mi sonrojo... Me concentré mejor en mi baño, llené la bañera y luego me metí en esta, me quité la pintura tanto como fuera posible tratando de que no quedara ni una mancha y al finalizar salí de la bañera. Me enredé como pude en mi toalla y miré mi ropa y luego mi brazo.
-Agh... -sonrojada volví a asomarme por la puerta- ¿Alex?
-¿Sí?
Estaba acostado en la cama, usando su teléfono. Yo ya no me animaba a pedirle nuevamente su ayuda, solo me mantuve apretando el agarre en la toalla pero entonces me arrepentí.
-N..Nada, nada.
Me metí en el baño de nuevo, con el pensamiento de intentar ser autosuficiente pero me sobresalté al escuchar como Alex llamaba a la puerta.
-Amaris... ¿Necesitas ayuda?
-¿Y..Yo? N..No... -hice una mueca-... Sí.
-Entonces... ¿vas a abrir?
-Sí... -me despegué de la puerta.
La abrí para seguido ver a Alex recostado contra el marco de esta y de brazos cruzados, además de tener una hermosa sonrisa en el rostro. Me sonrojé y apreté el agarre en la toalla nuevamente, le hice espacio y él vuelve a pasar.
Agarra mi ropa y empieza por las bragas, aparté la mirada queriendo que la tierra me tragase. Alex se arrodilla en una pierna frente a mí y me hace levantar una de las mías, me apoyé en su hombro con una mano para mantener el equilibrio. Repentinamente, mientras él subía mis bragas por mis piernas, sentí el ambiente cambiar... ¿Era yo o... hacía más calor aquí?
Levantó la vista a mis ojos, manteniendo el contacto hasta que terminó de poner mis bragas. Sus dedos rozan mis caderas con delicadeza, baja por mis piernas... se nota que disfrutaba de esto. Suspiré pero bajó la mirada y frotó un poco una de mis piernas.
-Tienes una mancha aún aquí.
-Ah... Creí haberme quitado todo.
-Pues no -sonríe terminando de quitar aquella mancha y sorpresivamente me deja un beso en mi pierna, justi arriba de mi rodilla.
-¡Hm! -me sobresalté sonrojándome pero él ríe.
-Si quieres puedes darte vuelta para este -menciona agarrando mi sostén.
Eso hice, me di ánimos para conseguir valor y bajé la toalla hasta mi cintura. Saber que Alex estaba atrás y yo no tenía nada cubriéndome ahora mismo... me hacia sentir vulnerable. Primero puso la tira del brazo sano; luego, con cuidado, levanta mi brazo izquierdo y pasa la tira también por este. Yo me acomodé en frente mientras que él abrochaba atrás. Así mismo me ayuda con el short, aprovechando en tocar mis piernas nuevamente, y luego termina con la remera.
-Gracias... Y lo siento... -murmuré.
-No te preocupes, mi Luna -sentí sus manos en mi cintura y su aliento en mi cuello-. Para mí es un placer ayudarte.
Me deja un beso en el hueco del cuello, haciéndome sobresaltar de nuevo pero entonces me deja frente al espejo y me hace sentarme allí. Agarra otra toalla y empieza a secar mi cabello con delicadeza. Lo miré por su reflejo y sonreí sin poder evitarlo. Agarró la secadora que estaba en el cajón y procedió a secar mi cabello.
-Esto ya es demasiado -comenté.
-Considéralo un plus, mejor dicho.
Reí entredientes y él sonríe. Sigue secando mi cabello, lo masajea y hacia que se sintiera bien. Alex era realmente amable y tierno... me hacia sentir mejor.
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AMARIS
Werewolf¿Que sucede cuando la hija de la Diosa Luna decide ir a la tierra para saber cómo se siente vivir allí? ¿Pero y que su madre decida otorgarle un Mate? Amaris, hija directa de la Diosa Luna, enfrenta todo tipo de situaciones que se le van presentando...