Nuevamente la misma tensión acaba cuando habíamos llegado a la manada sanos y salvos. Los guardias se dispersan y Alex conduce hasta la casa, estaciona en el garage y pronto unas mujeres del servicio llegan para sacar las cosas del auto.
-¿Cómo está tu brazo? ¿Quieres ir a hacerte la revisión? -pregunta Alex y yo miré hacia mi brazo.
-Estoy bien, no te preocupes. Aún no pasa ni un mes así que... dejemos la revisión para otro día.
Él asiente en respuesta, ambos entramos a la casa y lo primero que vimos fue a Jackson viendo la televisión en la sala, pero al percibirnos se voltea a vernos.
-Ah, así que llegaron, ¿cómo les fue? -pregunta curioso.
-Pues bien -Alex responde simple.
-Que conversador, hermano -Jackson rueda los ojos pero sonriendo con diversión. Yo me reí un poco.
-Fue increíble, pude ver la ciudad sin esconderme y hasta conseguí varias cosas nuevas.
-¿Lo ves, Alex? Así debes responder -me apunta Jackson- ¿Y qué hicieron aparte de comprar cosas?
-Bueno... fuimos a la playa y en la noche a un restaurante.
-Así que una cita, ¿no? -levanta las cejas varias veces.
Me sonrojé y miré a Alex quien sonreía y asiente como respuesta. Yo suspiré y me encamine hacia las escaleras.
-Iré a pintar, nos vemos.
-Adiós, mi Luna.
Le sonreí a Alex y subí rápido hasta el techo. Me preparé con mis cosas y al sentarme frente al atril saqué mi teléfono, encontré la foto que le había sacado a Alex en la playa y decidí empezar a dibujar este. Me había emocionado y metido tanto en la pintura que no me di cuenta del tiempo ni nada a mi alrededor, pero entonces llegué a la parte de sus labios y mi mente fue directamente a aquel beso.
Unas grandes ganas de volverlo a hacer me invaden por completo. Me quedé mirando sus labios en la foto y luego en la pintura, para luego suspirar y levantarme. Bajé las escaleras y fui hasta su oficina, sabiendo que allí estaría. Toqué la puerta y luego de su "adelante" entré.
-Mi Luna, ¿no estabas pintando?
No respondí, sino que me sonrojé mientras me acercaba a él. Alex levanta la mirada de sus papeles para verme justo cuando había llegado a su lado, sorpresivamente para ambos me atreví a sentarme en su regazo con mis piernas a sus lados.
-¿Amaris?
Bajé la mirada de sus ojos confundidos a sus labios semiabiertos. Entonces me acerqué y los uní con los míos sin esperar más; Alex estaba sorprendido pero no me apartaba, sino que correspondió al beso con la misma intensidad. Sus manos sujetan mi cintura con firmeza pero acaricia mis piernas levemente. Cuando nos habíamos quedado sin aire nos separamos, pero yo seguía enredando mis brazos en su cuello y sonriendo sonrojada.
-¿Y eso? -pregunta él con una sonrisa de interés.
-Solo... quería hacerlo.
Acaricia mi mejilla y besa mis labios de manera corta y yo solté un suspiro.
-Me parece perfecto -comenta susurrando sobre mis labios.
Me hizo sonreír más pero entonces escuchamos la puerta abrirse, era Jay... me levanté al instante.
-Lo siento... -se disculoa sonrojado por la vergüenza-. Alpha vengo a darle el informe.
-Está bien.
-Me voy, aún no terminé la pintura -le susurré a Alex quien asiente sonriendo con un poco de picardía.
Me agarra de la mano antes de que me alejara y me jala para besar mis labios. Me sonrojé porque Jay estaba aquí pero no pude resistir y me permití disfrutar, fue corto pero increíble. Me enderecé y miré avergonzada a Jay quien no nos mirába, sino que mantenía la vista en su teléfono. Me despedí y salí de allí para regresar al tejado y volver a seguir con mis pinturas.
Miré la que estaba haciendo antes de irme a la oficina y acaricié un poco el lienzo, sintiendo las texturas y la parte ya seca.
-No sé porqué mamá me ha dado un Mate, pero... creo que está bien -sonreí mientras pensaba en voz alta.
Volví a agarrar mis pinceles y la pintura para terminar de pintar, finalmente lo puse para secar. Me había cansado por hoy así que me acerqué al borde del techo a mirar desde aquí. Saqué mi teléfono y lo miré por un tiempo, bastante tiempo en realidad.
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AMARIS
Werewolf¿Que sucede cuando la hija de la Diosa Luna decide ir a la tierra para saber cómo se siente vivir allí? ¿Pero y que su madre decida otorgarle un Mate? Amaris, hija directa de la Diosa Luna, enfrenta todo tipo de situaciones que se le van presentando...