Capítulo 1

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-Madre -fui junto a ella y me senté a su lado.

-¿Sí, cariño? ¿Qué sucede?

-Madre, yo... lo he estado pensado mucho y... bueno... Madre... quiero ir a la tierra... -solté de golpe cerrando los ojos y sin escuchar nada por parte de mi madre hasta el momento.

-¿Para qué quieres ir allí? -cuestiona finalmente.

-Quiero saber qué se siente tener... una vida normal, quiero ir como una más en el mundo. No quiero que me conozcan como... tú hija, o tener mis poderes. Quiero... ir y ser normal -respondí sin mirarla.

Estaba que me arrancaba las uñas por los nervios. Este siempre ha sido mi sueño... Pasaron minutos y ella seguía sin responder, hasta que sentí su mano en mi cabeza.

-Está bien... pero no olvides que estaré para ti cuando tengas problemas -sonríe. Pero yo la miré y negué con la cabeza.

-No -suspiré-. Madre, quiero hacer esto sola. Quiero aprender a resolver mis problemas y todo lo que hacen allí.

-¿Segura? -pregunta.

-Segura.

Se levanta de donde estaba y me sonríe ampliamente, levanta un brazo y un portal aparece frente a nosotras.

-Bien, puedes ir... -la miré sonriente y la abracé efusivamente.

-Gracias.

-Te extrañaré mucho... -dice mientras nos separamos.

-Yo también te extrañaré, mamá.

Me mira un momento y coloca un mechón de mi cabello tras la oreja.

-Cuídate, y recuerda... no dirás nada sobre tus orígenes ni tus poderes. Es demasiado peligroso que lo hagas.

-Lo sé, lo sé, pero nadie me creería aún así -aseguré. Ella niega.

-Todos los sobrenaturales sabrán que la Hija De La Diosa Luna ha bajado a la tierra, solo no sabrán tu nombre ni como eres.

-¿Cómo? -pregunté asombrada.

-Al crear este portal, se ha creado un eclipse lunar pero con un brillo azul. Eso anuncia tu ida a la tierra -responde.

-Oh, bien. Tendré cuidado entonces...

Me di la vuelta pero mi madre me detiene.

-Espera -la volteé a ver y ella levanta una mano, levitando sobre esta aparece un collar brillante-. Es importante que lo tengas.

-¿Para qué es? -pregunté mientras ella me lo colocaba.

-Para ocultar tu poder y cambiar tu olor a uno de humana.

-Es hermoso.

Quedé fascinada con el collar de luna que no paraba de mirarlo, era simplemente hermoso como todo lo que mamá creaba.

-Cuando la luna se encienda, significa que tus poderes están allí, pero cuando se apague será cuando los hayas recuperado -explica. Asentí nuevamente comprendiendo.

-Bien, ahora ve, te esperan muchas cosas -sonríe, me puse frente al portal y la miré una última vez.

-Adiós.

Me despedí y entré al portal siendo consumida por un gran y resplandeciente brillo a mi alrededor.

***

***

-¡La hija de la Diosa Luna ha bajado! ¡Encuéntrenla de inmediato! -escuché una voz masculina.

Abrí los ojos y noté que estaba en el bosque, era de noche y aún se podía ver el eclipse, me levanté lentamente. Escuché movimiento cerca de mí.

-¿Señorita? -miré rápidamente atrás de mí y vi a tres hombres armado.

Genial... ni un segundo aquí y ya tengo problemas, aunque... no sabrán que soy yo a la que buscan. Tendré que aparentar.

-¿Q..Quiénes s..son u..ustedes? -pregunté retrocediendo.

Uno de ellos le hace una seña a los otros dos para que no se acerquen, coloca su arma en su espalda y se me acerca lentamente y agachándose.

-Tranquila, no te haremos nada -habla sonriéndome con amabilidad.

-¿Cómo e..estaré segura d..de e..eso? -pregunté retrocediendo nuevamente.

Miré su arma y él se dio cuenta. Se la quitó y la lanzó lejos. Oh bueno, eso es un acto noble para ser un cazador.

-¿Lo ves? No te haré daño -miré a sus compañeros quienes me miraban serios y atento. El chico se volteó hacia ellos-. Suelten las armas.

Ellos lo hicieron pero desconfiando y a regañadientes.

-¿Q..Qué quieren? -pregunté.

-Ayudarte -responde.

Se me acerca lentamente. Luego me agarra la mano y sentí algo frío, tenía un anillo de plata. Lo miró por unos segundos y sonrió, parecía algo aliviado pero lo supo disimular.

-Ven, te llevaremos al campamento -me ayuda a levantarme- ¿Cómo llegaste aquí?

Oh no; no vine preparada para esto. Piensa cerebro, piensa... ¡Demonios, no se me ocurre nada! Mi mente está en blanco... Blanco. ¡Eso es!

-Y..Yo... n..no lo sé -respondí fingiendo que no sabía nada de nada.

-¿No sabes? -negué-. Bueno... ¿Tienes a dónde podamos llevarte? ¿Una casa? ¿Amigos? ¿Familia?

Negué nuevamente agachando la cabeza. Me ayudaba a caminar mientras íbamos hacia su campamento, los otros chicos nos seguían un poco lejos.

-¿Nadie? -vuelve a preguntar para confirmar.

-No... n..no recuerdo...

Suspira y me mira con lástima pero no deja de sonreírme con amabilidad.

-¿Cómo te llamas?

Fingí que lo pensaba y luego que me daba un dolor de cabeza por lo que nos detuvimos y luego hice como si lo recordara.

-A..Amaris... Me llamo Amaris.

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Amaris: Significa "Hija de la Luna".

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