Capítulo 5

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Bostecé y me senté en la cama estando adormilada, me estiré y luego miré perezosa hacia ambos lados descubriendo la musculosa y ancha espalda de Alex junto a mí. Fruncí el ceño al ver un enorme tatuaje que cubría casi toda su espalda, era hermoso e intrigante a la vez.

No me di cuenta hasta que mis manos comenzaron a deslizarse suavemente sobre la piel de Alex, tocando cada parte de aquel tatuaje. Alex se estremece ante mi tacto y suspira de satisfacción, pero yo sigo pasando mis dedos por su tatuaje hasta su espalda baja. Vuelvo a la realidad cuando él ya estaba sobre mí, sosteniéndose por sus brazos a ambos lados de mi cuerpo.

-Si sigues, ocasionarás algo que no podrás detener -menciona con una voz ronca y muy sexy.

Tragué saliva y sentí mi respiración cortarse.

-Lo siento... es que me pareció interesante tu tatuaje -respondí apenada.

Él me mira enternecido, sus ojos brillaban por alguna razón que seguramente yo ocasionaba. Se acuesta a mi lado, saliendo de encima de mí.

-¿Si? -pregunta mientras yo me coloco de lado y asiento con la cabeza.

-Aha.

Me mira a los ojos por un instante, pero termina recorriendo mi cuerpo con su mirada profunda. Por un momento me sentí intimidada y nerviosa.

-Realmente mi ropa te queda mucho mejor a ti que a mí.

Oculté mi rostro entre las mantas para que no viera mi nuevo sonrojo. Aún así lo escuché reír y luego sentí como quitaba la manta de encima.

-No te avergüences conmigo, eres hermosa. No quiero que tapes eso -dice con una sonrisa ladina.

Lo miré por unos momentos a los ojos. Sonreí automáticamente y terminé embelesada por él.

¡No! No te encariñes, aún tienes que salir de aquí...

Sacudí mi cabeza y miré a otro lado.

-¿Qué hora es? -pregunté.

Lo escuché agarrar algo en su mesita de noche.

-Las doce del mediodía -asentí y agradecí por lo bajo-. Me imagino que mi Luna tendrá hambre ¿o no?

-Sí, un poco -respondí.

Él me sonríe y se levanta, yo me levanté igual y me estiré un poco pero él hace lo mismo, noté entonces como todos sus músculos se marcaban perfectamente, antes de que los tapara con una remera nueva.

-¿Qué quieres comer? -cuestiona haciendome regresar a la realidad.

-Mm... no lo sé, cualquier cosa estaría bien -respondí.

Asiente, yo volví pensar en aquel tatuaje en su espalda. No entiendo como él lo lleva, se supone que eso...

-¿Amaris?

Parpadeé un par de veces reaccionando nuevamente y noté que Alex estaba frente a mí sosteniendo mi cintura con ambas manos.

-¿Estás bien?

-Sí, sí, estoy bien -respondí nerviosa.

-¿Segura? Te quedaste colgada -comenta.

-Sí, tranquilo, no pasa nada.

-Bien, pero si te sientes mal, dímelo que llamaré a algún médico.

¡Madre, que exagerado! Pero eso lo hace verse tierno en realidad...

-Claro, pero no te preocupes, no pasa nada -él asiente levemente y entonces suspira.

-Vamos.

Ambos comenzamos a caminar fuera de la habitación y fuimos hacia las escaleras, bajamos por estas y vamos al comedor. Alex le dice a una de las chicas de servicio que estaban esperando allí, que sirvieran la comida. Nosotros nos vamos a sentar.

AMARISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora