Capítulo 2

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-¿Quien es ella? -un hombre gigante, con cicatrices y tatuajes me apunta con desconfianza.

-Estaba en el bosque, Señor. La encontramos pero no recuerda nada -responde el chico aún sujetándome.

El hombre me miró de arriba a abajo, inspeccionandome. Vió la mano del chico agarrando mi brazo, notó que el anillo de plata no me hacía nada así que suspiró. ¿Se creen que la plata me hace daño? Ni que fuera un licántropo.

-Bien, revísenla, luego veremos que hacer con ella -el hombre se va y el chico me empuja suavemente para que empezara a caminar hacia una carpa. Entramos y había una cama, un escritorio y más cosas.

-Sientate aquí -me indica apuntando la cama. Yo asentí y fui a sentarme con su ayuda. Se arrodilla frente a mí y me mira por si tuviera alguna herida, supongo-. Bueno, no tienes nada, por lo que puedo ver.

-¿Esta es tu carpa? -pregunté.

-Sí, lo es -respondió.

Nos quedamos en silencio hasta que escuché que alguien afuera gritaba.

-¡Sigan buscando manada de idiotas! ¡No puede ser que no la puedan encontrar!

-¿Qué están buscando? -pregunté.

-Más bien, a quien... -se sienta a mi lado-. Se supone que hoy apareció alguien y tenemos que encontrarla para que no ocurra una tragedia.

-¿Una tragedia dices?

-Buscamos a alguien que puede hacer mucho daño a la tierra y sus habitantes.

¿Se creen que soy un peligro? ¿Por qué?

-¿Cómo puede hacer mucho daño? ¿A..A qué te refieres? -pregunté fingiendo temor.

-Lo lamento, no debería contarte esto, eso es todo lo que puedes saber. El resto es confidencial. Pero no te preocupes... creo que no pasará nada -sonríe más-. Mis compañeros piensan que la persona que buscamos es mala, pero yo creo que no.

Eso me hizo sentir mejor, por lo menos alguien aquí pensaba que no ocasionaré ninguna tragedia.

-Scott, ven aquí -llama alguien de afuera y el chico se levanta.

-Tengo que ir -menciona suspirando.

-¿Tú eres Scott? -pregunté apuntándolo.

-Un gusto, Amaris -asiente sonriendo y haciendo una reverencia.

Le sonreí de vuelta y él salió de la carpa. Esperé un momento y me levanté de igual forma. Buen momento para irme.

Narra Omnisciente

-¿Sí, señor? -Scott se acerca al hombre que lo había llamado.

-¿Cómo está la chica? -pregunta él.

-Está bien, no tiene nada. Solo... no tiene a nadie y no se acuerda de nada -respondió Scott.

-Traela aquí, tenemos que hacerle algunas pruebas para saber si no es ella -Scott asiente.

Se da la vuelta y va hasta la carpa donde había dejado a Amaris.

-Amaris tienes que.... -se queda en silencio al ver la carpa vacía- ¿Amaris?

Nada. Amaris se había ido.

-¡Señor! -Scott corre a avisar de la huida de Amaris.

-¡Encuentren a esa chica! -ordena el jefe de los cazadores.

Mientras, Amaris estaba riendo al igual que corría por el bosque como si lo conociera al igual que la palma de su mano. Había escapado muy fácil de los cazadores. Pero su risa no dura mucho, cuando un lobo extraño se abalanza sobre ella, entonces él huele un poco el delicioso aroma que ella emanaba solo para él y gruñe de satisfacción.

-Mía...

Amaris se sorprende y luego mira a la Luna con una mueca de molestia.

"¿Es en serio, madre? ¿Un Mate?"

Se pregunta ella desconcertada mirando también al lobo sobre ella.

Narra Amaris

Lo miré bien, era extraño. Era negro pero a su ojo izquierdo lo rodeaba un diseño extraño de dos colores, blanco y rojo.

Bueno, de esto no sé que esperar, pero... tengo que fingir ser humana como mi aroma lo indica.

Me cubrí el rostro con mis brazos, para que crea que estaba asustada. Comencé a imitar sollozos y conseguí que lágrimas falsas cayeran de mi rostro. Sentí como pasaba la punta de su lengua por mi mano para llamar mi atención y luego sentí como apoyaba su cabeza en mi estómago.

Se había acostado sobre mí y pesaba demasiado. Quité mis brazos lentamente y lo miré.

-¿N..No me m..matarás? -comenté. Negó con la cabeza.

-Nunca, mi Luna.

¡Madre! ¡Te pasaste de verdad! ¡¿Encima un Alpha?! ¡¿Es en serio?! Me hice la sorprendida.

-¿P..Puedes ha..hablar? -pregunté nuevamente. Él asiente.

-Te lo puedo explicar todo, pero tienes que venir conmigo -respondió.

Me voy a tener que tragar esa explicación que ya sé... ¡Demonios!

-N..No... n..no q..quiero -dije intentando evitar irme con él, realmente no quería esto.

Se levanta dolido. Agacha su cabeza junto con sus orejas y esconde su cola entre sus patas.

¡Ay no! ¡No caigas en eso, Amaris! ¡Que tu debilidad por los animales no te ciegue! Pero se ve tierno haciendo eso y me dio penita...

Iba a decir algo pero, el sonido de un griterío y motos me corta antes de siquiera pronunciar palabra alguna.

-¡Más rápido! ¡Encuentrenla!

Los cazadores... Sin esperarlo, mi Mate me agarra de la nuca de mi camisa y me coloca en su lomo.

-Sujétate.

No tengo otra opción, ¿cierto? Hm... ya que.

AMARISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora