Capítulo 37 || FINAL ||

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Suspiré aliviada por la serenidad y belleza del paisaje, alcancé la pajilla de mi trago con los labios y sorbí a través de ésta.

—Esto es genial... —comenté mirando el mar desde mi asiento reclinable.

—Totalmente... me alegra que me hayan invitado —Asena sonríe apenada.

—Pues claro que sí, ahora eres parte de la familia.

Le acerqué mi copa y ella le da un leve golpe con la suya mientras mantiene su sonrisa. Volvimos a mirar al frente pero noté que dos hombres extraños comenzaron a hablarnos a ambas en su idioma natal. Que suerte que podía hablar todos los idiomas.

—Ustedes son unas muy hermosas señoritas... —comenta el que se había colocado a mi lado.

—Nos gustaría acompañarlas en su descanso por aquí —le sigue el que estaba junto a Asena quien se veía muy incómoda y nerviosa.

Volví a tomar de mi trago sin prestarles atención mientras que Asena intentaba rechazarlos pero era muy tímida, apenada y no sabía Italiano.

—Tu rostro sonrojado es muy lindo, señorita —le dice aquel hombre y noté que trató de acariciar el rostro de Asena.

Lo hubiera detenido de no ser porque ya había visto a Jackson. Él atrapó la muñeca del hombre y la apartó mirándolo con molestia.

—Aparta tus manos de mi novia, maldito imbécil —dice Jackson en italiano.

Mientras tanto, Alex estaba haciendo a un lado al que estaba a mi lado. Ni siquiera le dijo una palabra, solo lo miró por encima del hombro y él huyó nervioso junto a su amigo. Sonreí acomodándome y agitando un poco la bebida en mi mano.

—¿Quieres? —le pregunté a Alex quien sonríe.

—Claro.

Sorbí de la pajilla una buena cantidad y luego atraje a Alex hasta mí para besarlo. El líquido se intercambia en nuestras bocas y él sonríe al apartarse.

—Está bueno.

—¿Verdad? Jamás lo había probado.

Miré a un lado por el chillido de Asena cuando Jackson la cargó en su hombro.

—¡J..Jack!

—Alex, hay demasiados mirones por aquí —gruñe Jackson.

—Es verdad... —responde Alex mirando al rededor.

—Bueno... Jackson les está dando una buena razón para que miren —comenté apuntando a Asena que se estaba muriendo de la vergüenza.

Jackson gruñe y le coloca la toalla sobre el trasero antes de apoyar su mano de igual manera. Asena se cubre el rostro sonrojado.

—Alphas... —murmuré riendo antes de dejarle mi trago a Alex y levantarme.

Le sonreí a Alex quien me mira de pies a cabeza, fui hasta el agua pasando junto a varios hombres que me miraban como si estuvieran por soltar baba. Los ignoré y me metí al agua, a los pocos minutos tenía a Alex junto a mí, cubriéndome de las miradas y gruñendo.

—No pierdas el tiempo con algo tan poco —me colgué de su cuello—. Mejor acompáñame...

Lo estiré y lo llevé hasta una zona solitaria de la playa, noté que había como una cueva entre las rocas y nos metimos allí. Al instante lo senté en el suelo y me coloqué sobre él para comenzar a besarlo en los labios, él sonríe sobre los míos pero sujeta mi cintura y me besa con intensidad.

***

***

—Me encantó Italia, quisiera volver alguna vez... —mencioné mirando las fotos que nos habíamos tomado allá.

—Claro que iremos de nuevo, en otro momento —sonríe Alex besando mi cabeza.

Miré por la ventanilla del jet privado de Alex. Nuestro destino de ahora era París, ya no podía esperar por ver todo lo que tenía ese país. Iba a probar cosas nuevas, ver lugares nuevos, ropa... Amaba este viaje, aunque nos tomaría un par de años visitar toda Europa haciendo paradas de meses... No importa, dejamos la manada en muy buenas manos y por cualquier emergencia... Los Dioses están para ayudar.

Finalmente no teníamos de qué preocuparnos, las cosas entre los Dioses y nosotros estaban calmadas, mamá ya estaba mejor y papá estaba con ella. Ra y Lucian dejaron de molestar con el tema de la unión y yo podía vivir tranquila con Alex.

Saqué muchas fotos para pintarlas cuando volvamos a casa... Y muchas de Alex... ¡Agh, que hombre más sexy, nunca puedo tomar ni una foto en la que salga mal! ¡Sale demasiado bien en todas!

—Pues gracias, mi Luna...

Lo miré fulminante por estar leyendo mis pensamientos pero lo dejé ser. Me abracé a él en la cama de la habitación del Jet donde estábamos y suspiré cansada.

—Tengo sueño... avísame cuando lleguemos.

—Claro.

Besa mi frente con ternura haciéndome sonreír, pero el sueño pudo conmigo de nuevo y con eso último me había quedado dormida.

Fin

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