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Silencio, eso es todo lo que existe entre nosotros justo ahora, Jungkook, vos manejas tan rápido como siempre mientras que yo, acostumbrado a tu temeraria forma de conducir, me permito recostarme contra el asiento para mirar el paisaje fuera de la ventanilla del auto que pasa a toda velocidad sin dejarme apreciar un solo detalle.

Me siento un idiota por haberme sorprendido en cuando me dijiste que debía volver al departamento que me prestaste ¿Por qué me sorprendí? Estaba viviendo con vos porque era un prófugo, y como siempre todo lo que hiciste fue ayudarme, eso es lo que haces me ayudas porque soy de los tuyos, me lo dijiste miles de veces, me aprecias, soy tu empleado y tu amigo, el único confundido siempre fuí yo, en cambio vos siempre tuviste las cosas muy en claro y eso me duele.

¿Cómo no iba a enamorarme sí siempre estas ahí para mi? ¿Cómo no iba a confiar sí siempre me cuidas y ayudas? ¿Cómo no iba a caer por vos sí sos Jeon Jungkook?

En el mismo silenció en el que viajamos, nos bajamos del auto en cuanto llegamos al imponente edificio donde se encuentra el departamento que yo digo que me prestaste y vos decís que me regalaste.

Mi cabeza llena de pensamientos y la tuya seguramente tranquila y satisfecha, por ese motivo decido que ya tuve suficiente, que yo también quiero ayudarte, que aunque sea mínimamente yo también quiero estar tránquilo y satisfecho conmigo mismo,  aunque eso signifique tener que revivir todo lo que me lastima, aunque eso signifique volver a darle un lugar en el presente al pasado que tanto me esforce por tratar de erradicar.

—Jungkook.

Te llamo por tu nombre al mismo tiempo que tomo tu muñeca obligándote a detener tus pasos, me miras con curiosidad con tus grandes ojos que siempre me observan tan gentilmente, no tenes idea de lo que estoy a punto de decirte y es por eso que estas tan tránquilo, y yo, tan aterrado de que me odies.

—¿Qué pasa, Jimin?

—Dijiste que querías saber lo que te había pasado cuando eras un niño ¿Seguís queriendo lo mismo?

Tu tranquilidad se ve afectada por mis palabras, tus ojos ahora me miran con confusión, como sí no supieras que es lo que voy a decirte, pero como sí ya supieras parte de la historia.

—Si, sigo queriendo lo mismo.

Eso es todo lo que necesito saber para suspirar y contarte todo lo que me paso, lo que te paso, lo que vivimos ese día dondr nos conocímos por primera vez.

(A continuación sera narrado para que ustedes sepan bien lo que paso con detalles y todo pero al mismo tiempo Jimin le esta contando todo a Jungkook)

Hace 18 años

—¡Idiota la pateaste muy fuerte!

Escucho el grito de Yoongi insultándome, me acerco a él observando como la pelota con la que nos encontrábamos jugando se encontraba del otro lado de la calle rodando hacía la famosa casa embrujada del barrio, esa casa que se encuentra abandonada hace años, a la que mi madre y padre me dijeron que no debía acercarme porque era peligroso.

—Bueno...vayamos a merendar.

Propongo sin ganas de acercarme, pero sabiendo que Yoongi jamás estaría de acuerdo, sobretodo porque se trata de su pelota.

—¡ANDA A BUSCAR MI PELOTA, ENANO!

La irritación invade mi cuerpo en cuanto escucho ese maldito apodo, y en ese momento se me ocurre la idea perfecta para no parecer un miedoso, hacerme el ofendido y no ir a buscar su pelota.

—Ahora la vas a buscar vos, maldito rascacielos.

Entiendo que estoy jodido en el momento en el que veo la sonrisa de victoria en su rostro, me va a provocar sabiendo que voy a caer por completo en su provocación.

Why Not? [Kookmin Au] 📘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora