La mirada de todos se centró en ella por unos instantes, pero debido a la difícil situación que pasaban, no permaneció sobre si por mucho tiempo. Ella era su amiga, su compañera. pero al igual que había pasado antes, algo se sentía diferente.
Madara extrañamente no se había percatado de su presencia en todo este tiempo, articulando que acabaría con los demás al ser el salvador del mundo y viéndolos como un claro obstáculo, ya que buscaban obtener el rinnegan que todavía permanecía en Obito, controlado por el zetsu negro.
Las miradas de sus compañeros y ella chocaron por breves segundos, notando el reconocimiento en sus brillantes iris celestes, pero seguidamente de aquello, Reiko se agarró la cabeza con ambas manos y frunció el ceño con notable alteración.
Debido a eso, no notó los cambio que ahora tenían sus amigos.
Madara no desaprovecho la oportunidad y se abalanzó para ponerle fin a esa molesta existencia, pero a pesar de la confusión del cuerpo, este por instinto respondió.
-¡Bastardo estúpido!- Articuló la Reiko que mantenía los recuerdos de su antepasada- imbécil- Murmuró mientras las marcas del byakugou no in aparecían en distintas partes de su cuerpo, enviándolo a volar de una patada electrificada- tantos años vivo y y en vez de mejorar, tu estupidez empeoró- Continuó, sintiendo la pierna entumecida tras el golpe que le dio y recibiendo una mirada en blanco del resto.
-¿Qué? -Les preguntó, retirando su mano de su frente para adoptar una pose de combate que extrañó al resto -Tengo un revoltijo en mi cabeza en estos momentos, pero si hay algo de lo que estoy segura, es que debo detener a ese tonto para ponerle fin a todo esto. ¿me van a ayudar o se quedarán esperando a que los maten? -Terminó de decir, haciendo reaccionar al grupo y despertando los recuerdos de quienes habían sido sus hermanos alguna vez.
A lo lejos, los escombros que habían cubierto a Madara tras el ataque cayeron, todo mientras una estridente risa salía de su boca.
Naruto en un ágil movimiento llegó junto a ella y preocupado le preguntó lo que más nervioso lo tenía.
- ¿Reiko chan? - Fue lo único que logró decir antes de que la presencia de Madara, apareciera a pelos de distancia de ellos, escuchando el grito de Sakura advirtiéndole a Naruto que se moviera de allí.
Reiko reaccionó a tiempo para empujarlo de allí y recibir una estaca en el estómago que le provocó escupir sangre, pero para consternación del resto, ni siquiera pestañeo por el dolor y le tiró otra patada a Madara instantáneamente.
Era sabido que el mismo ataque no solía funcionar 2 veces, pero ese breve momento fue suficiente para retirar aquella barra negra de su cuerpo para sanar y continuar una pelea que de forma impensable fue de puro taijutsu.
Era extraño para Naruto y Sasuke al menos, ya que ambos sabían que unirse a la pelea era necesario, pero por algún motivo no les parecía una. Algo a su alrededor lo hacía parecer más un baile que una batalla a muerte y el único en conocer la respuesta a la incógnita que el mismo Madara desconocía, era Hashirama.
Aquel escenario había sido visto por él infinidad de veces, solo que menos sangriento que el de ahora. Tanto su hermana como su amigo del pasado habían dedicado muchas horas entrenando juntos en antaño, por lo que conocían tanto sus hábitos de pelea que se generaba este escenario, el cual más que hermoso como antes, se había convertido en una lluvia de sangre.
Pero el único que parecía tener problemas de vez en cuando con la lucha, fue Madara. Esto se pudo explicar debido a la fusión de ambas memorias en un solo cuerpo, por lo tenían mayor variedad de técnicas, pero no todo era bueno, ya que los movimientos que solo la mente conocía y trataba de reproducir en el cuerpo de Reiko, la agotaban más rápido.
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Descendiente [Reiko Senju]
FanfictionReiko Senju era el vivo retrato de su bisabuelo. Debido a su herencia sanguínea, nació con un potencial demasiado alto para ser controlado a la primera, por lo que solo el trabajo duro podría mantener el control en ella.