(Necesito que elijan el nombre de ____, el o la cual aparecerá al final de la historia)
Tras obtener el permiso del hokage, empaque lo necesario y partí hacia mi destino. La aldea de Uzushiogakure era especial, ya que a pesar de haber sido destruida durante la guerra los secretos del clan seguían ocultos y solo un descendiente de esta podía encontrar las respuestas. Claro que esto solo eran cosas que me había contado mi padre cuando era pequeña, pero con lo serio que él era no me sorprendería que fuera verdad.
3 días fueron los que necesité para llegar a la frontera del país del remolino. Mi sangre se sentía inquieta y eso me animaba a seguir caminando, pero de repente todo comenzó a nublarse y me vi completamente rodeada por neblina.
Mantuve la calma para pensar coherentemente y estuve a punto de utilizar un jutsu de estilo viento, pero me detuve. Tenía la sensación de que nada malo me ocurriría si seguía caminando, por lo que le hice caso a mi intuición y en cosa de una hora llegue a la antigua aldea de mi bisabuela.
Todo era escombros, pero yo sabía que había algo importante aquí, algo me lo decía. De vez en cuando notaba huesos o pedazos de ropa entre las ruinas, pero a pesar de verme afectada, no lo demostré en ningún momento y continué investigando. La noche cayó y mis esperanzas de encontrar algo se hacían cada vez menores, pero por un descuido de mi parte, acabé pisando una superficie débil y esta se rompió haciéndome caer de lleno en un piso lleno de suciedad. Tosí fuertemente al inhalar todo ese polvo de golpe y al abrir los ojos, difícilmente pude ver un pasillo que se extendía más al fondo. Obviamente me puse de pie para seguir investigando, ya que este era el único lugar que me quedaba sin investigar. Con ayuda de un pergamino que llevaba, retire una antorcha y la encendí con ayuda de unos cerillos para continuar el recorrido, pudiendo ver distintos símbolos en las paredes que solo conseguían interesarme más en lo que hubiera al final.
Todos esos sellos, los había visto en uno de los libros que tenía en casa, justamente el que le perteneció a mi bisabuela cuando esta aún estaba con vida. Me detuve de golpe cuando al final del camino, me encontré con una puerta con un extraño símbolo en el centro, pero como soy curiosa, no tarde en acercarme a él y corte un poco mi mano para poner de mi sangre en aquella cerradura. Grande fue mi sorpresa al ver que no se abría (nótese el sarcasmo), pero justo cuando estaba por irme, sentí algo extraño en mi espalda y al voltearme, la puerta ya estaba abierta. Eso me puso nerviosa y hasta dude si entrar o no, pero al final me acabé adentrando en aquella sala.
Allí, pude observar maravillada el arma que se encontraba en un altar. Este era un Gunbai, pero lo extraño eran los símbolos que este tenia grabados. Otra cosa extraña, era lo que se encontraba justo al lado de este. Se trataba de una Kunai ya sin filo a la que se le notaban los años con solo verla, pero extrañamente me sentí atraída hacia aquella arma y acabé tomándola con cuidado, casi de inmediato, el techo comenzó a desmoronarse y tomé la bungai antes de correr hacia la única salida que tenia. Estaba por salir de aquel lugar, cuando una gran parte del techo se cayo contra mi. Cerré los ojos esperando el dolor, pero este nunca llegó. A diferencia de lo que creía, al abrir los ojos me encontré con una escena que jamas olvidaría. Alrededor del Gunbai y de mi se extendía una gran cantidad de chacra, y no tardé en darme cuenta de que el origen de este era yo, pero según recordaba yo no poseía una cantidad tan elevada como para crear un escudo de esa magnitud.
-Despierta- escuché en mi cabeza, sintiendo como el Sharingan lentamente se activaba en mis ojos – Despierta tu sangre Uchiha - soltó una voz que me hizo gritar desesperada, ya que una sensación completamente nueva se estaba cerniendo en mi ser y no podía rechazarla. De golpe, desperté en un lugar que jamás había visto y en él se encontraba un hombre sonriéndome cálidamente – Bienvenida, Yuki.
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Descendiente [Reiko Senju]
FanfictionReiko Senju era el vivo retrato de su bisabuelo. Debido a su herencia sanguínea, nació con un potencial demasiado alto para ser controlado a la primera, por lo que solo el trabajo duro podría mantener el control en ella.