Falkor... El dragón
- Falkor...- llame casi en un susurro inaudible para cualquier ser ordinario, pero justamente quienes tenia en frente no lo eran.
- Mis señores - se apresuro a arrodillarse mi sensei de forma inmediata - es un honor tenerlos aquí - dijo con claro respeto, pero no pude evitar darme cuenta de su nerviosismo al hablar. La situación no podía hacerse para mi más extraña.
- Niña - llamo el "hombre" de cabello rojo y ojos de reptil - vendrás conmigo - soltó de la nada haciéndome fruncir el ceño con molestia.
-Tengo nombre - musite con molestia ganándome una mirada asustada de Fukasaku san - además... - proseguí - no cederé hasta recibir una explicación - dije sintiéndome furiosa de la nada - irrumpir así en la casa de mi maestro... Es/
- Reiko chan! - llamó el sensei alarmado - debes calmarte, estas liberando demasiado chakra - dijo haciéndome reaccionar.
- Lo siento - exprese al sentir aquella energía naranja emergiendo de mi cuerpo - aún no me acostumbro a esto - dije suspirando.
- Lo entendemos - dijo esta vez el tigre llamado Keyn - por eso vinimos - soltó de forma seria - si no vienes con nosotros, acabaras destruyendo este lugar - revelo haciéndome abrir los ojos de la impresión.
- P..pero - intenté desmentir aquellas palabras, pero mi sensei me interrumpió.
- Reiko chan lo que ellos dicen es verdad - dijo mirándome con toda la honestidad posible - esto ya había pasado anteriormente, pero los únicos que conocen los hechos tal y como son, son estas criaturas - revelo seriamente para agregar - los 3 reyes y el fenix que tienes en tu interior.
- Entonces... Iré - dije replanteandome las opciones que tenia, pero si lo que ellos me decían era cierto, debía irme con ellos sin cuestionar tanto sus acciones.
- Reiko chan - me llamó Fukasaku san al verme a punto de abandonar su hogar - ten cuidado - me dijo con preocupación, a lo que le respondí con una sonrisa determinada.
- Si no morí antes, no moriré con esto - le dije con confianza - además... Aunque vaya en contra de mis principios, debo ayudar a un amigo a buscar a nuestro antiguo compañero, ya que de eso se trata el tener amigos - concluí sonriendo de forma cálida.
- Vámonos - soltó Falkor con sequedad, para luego crear un portal que al traspasarlo nos llevo al antiguo paisaje que se había recuperado con el esfuerzo de los 5.
- Me alegro que todo se haya arreglado - les dije al ver el ahora hermoso lugar en el que estaba.
- Fue gracias a su ayuda que pudimos restaurar nuestro hogar - dijo Keyn con honestidad - Flinx y tú fueron los que salieron más perjudicados, así que entendemos tu necesidad de aprender a controlar su poder - soltó haciéndome asentir.
- tendrás que soportar entrenamientos muy duros, así que prepárate - dijo Falkor con su voz ronca y apariencia real - no seré benévolo contigo - dijo sin demostrar en ningún momento alguna emoción.
- le agradezco su consideración - le dije respetuosamente e inclinándome para darle más poder a mis palabras - me esforzaré en completar su entrenamiento de la mejor manera.
- No tienes que ser tan egocéntrico Falkor - soltó la voz de Crux, el cual apareció tras pasar por unos arbustos cercanos a nosotros - la chica salvo a nuestras razas después de todo - dijo el lobo haciendo bufar al dragón.
Aquel comentario pareció aliviar un poco el ambiente, pero en los siguientes días y como prometió Falkor, los entrenamientos eran tan difíciles que apenas podía con ellos. Era tanta la dificultad y el desgaste, que a los segundos de terminar caía exhausta al suelo y me sumía en la inconsciencia.
Pero no todo era entrenar, ya que como Crux dijo, el egocentrismo de Falkor me hizo colapsar y acabe quedando en cama por 3 días completos. Aquello al parecer había hecho reaccionar al dragón y me permitió tener dos días de descanso para que mi cuerpo se acoplara mejor al esfuerzo físico que hacia.
Gracias a eso pude conocer mejor a las demás criaturas que habitaban en el área y podría decirse que hice amistad con unas cuantas.
De hecho y aunque suene irónico, la criatura con la que mejor me llevaba era un dragón, pero por motivos que desconocía a este lo trataban de un modo distinto entre los de su especie.Cuando le pregunte a Falkor sobre eso, el me comento que aquel dragón era diferente a los demás por su naturaleza, ya que los dragones oscuros jamas habían sido conocidos por su generosidad, pero dentro de mi sabia que aquel dragón era diferente.
- No deberías dejar que te afecte - soltó el dragón de escamas negras mirándome con pena - es por culpa mía que los demás se alejan de ti - soltó como si el solo hecho de estar con él fuera algo malo.
- Si ellos creen eso, me alegro de no estar con ellos - le dije seria y sin mostrar debilidad - lo que a uno lo hace malo no es su raza, sino sus decisiones - le aclaré sin dejar de mirarlo a los ojos - mi bisabuelo aprendió eso de un camarada que el tuvo, en los libros que encontré en casa pude leer que a pesar de que su compañero provenía de un clan famoso por su tendencia a la oscuridad, le demostró que no había nadie más confiable y leal que él, así que no dejes que sus opiniones de ti influyan en tus acciones, solo se lo que quieras ser - le dije sonriendo con calidez y acariciándole el lomo.
- Gracias - concluyo el dragón en un leve susurro.
Los siguientes días continuaron sin contratiempos y cada vez me sentía más capaz de cumplir mis objetivos. Tal vez fuera que al pasar tanto tiempo con Falkor se me pegó algo de su egocentrismo, pero para bien o para mal, el entrenamiento cada vez comenzaba a tornarse más fácil y con las constantes conversaciones que tenia con Keyn y Crux, aprendí a ser más inteligente en el campo de batalla. Lo único que me faltaba era dominar el poder del fénix que Flinx me había otorgado, pero había un inconveniente cuando trataba de liberar su poder.
El fuego siempre ha sido cambiante, pero debido a eso la única conexión que yo tenía con él... Eran mis emociones.
Notas de la autora
Lamento la tardanza, pero se vienen semanas difíciles.
¿Como debería llamar al dragón?
Nos leemos pronto y espero que les haya gustado el capitulo.
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Descendiente [Reiko Senju]
FanfictionReiko Senju era el vivo retrato de su bisabuelo. Debido a su herencia sanguínea, nació con un potencial demasiado alto para ser controlado a la primera, por lo que solo el trabajo duro podría mantener el control en ella.