Recuerdos que dan esperanza

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— Reiko chan...— Naruto me llamó con dificultad.

— No necesitas decírmelo — le respondí, había sentido como el chakra de uno de nuestros amigos casi desaparecía, por lo que me concentré para que un clon de madera emergiera de mí. No dejaría que muriera, podía sentir como los demás se encontraban — déjamelo a mí — le sonreí intentando transmitirle el apoyo que probablemente necesitaba. Obito de nuevo comenzó a hablar, intentando quebrantar la voluntad de los que habían sobrevivido. Casi lo había conseguido, pero Naruto no se dejó convencer ante el dialogo que compartieron. — este chakra... — murmuré al sentir a aquella persona acercándose.

Orochimaru había llegado junto a los dos integrantes que completaban el grupo de Sasuke. Con su llegada, una nueva discusión se originó, pero la repentina acción de mi antiguo amigo los hizo callar de golpe. Sasuke había manifestado al Susano para ir a atacar aquella planta. Sus acciones habían logrado despertar por completo a Naruto, quien no tardó en ser envuelto en aquel manto para adquirir la forma de su bijuu

Juntos comenzaron a atacar a Obito usando aquellas formas agigantadas, intentando darle a la alianza, la oportunidad de cortar aquel árbol gigante.

Los Hokages llegaron y por ende, mi prima también hizo aparición. Aquello me quitó un gran peso de encima, pero no pude seguir viéndola, el tiempo que Naruto y Sasuke nos estaban dando, no sería eterno. Su chakra podría acabarse en cualquier momento, por lo que teníamos que darnos prisa.

De la nada, la voz del primer Hokage resonó en mi cabeza, explicando lo que debíamos hacer y lo que ocurriría si no cortábamos aquel tallo. Los recuerdos de la primera reunión que tuvo para formar la alianza con los Kages de aquella generación, nos hizo conocer un poco más acerca de él y de sus sueños, haciendo surgir nuevamente la determinación en los ninjas sobrevivientes.

Naruto y Sasuke peleaban de una forma increíble, las ganas que tenía de ir y ayudarles eran muchas, pero mi incapacidad de adoptar una forma como la de ellos, solo me haría entorpecer su batalla, por lo que me centraría en contar aquellas ramas por el momento.

El mangekyou Sharingan que antes había permanecido activo en mis ojos, fue reemplazado por el normal, pues necesitaba mantener un nivel moderado de su uso o acabaría inhabilitada para pelear. Comencé a correr hacia las ramas que comenzaban a reaccionar ante los ataques de la alianza, protegiendo a varios ninjas usando una espada que aquella herramienta antigua había materializado. Mientras el segundo Hokage se encargaba de tele transportar a los que estaban en aprietos, yo protegía y destruía aquellas raíces para poder acercarme al origen de ellas, pero al sentir aquella cantidad de chakra siendo utilizado de golpe, no tardé en correr hacia el silencioso llamado.

Nuestros compañeros de academia también habían acudido, adentrándose en las colas de la forma bijuu de Naruto, para encargarse del Rasengan que este había creado en cada una de esas extremidades.

— no creas que eres el único en poder hacer esto — murmuré al momento en que mi propio Rasengan crecía hasta sobrepasar a los que él les había encargado a nuestros compañeros — ¡Chō Ōdama Rasengan! — exclamé, apareciendo de golpe por arriba de mis amigos, uniendo mi Rasengan con el de ellos para destruir aquella espada negra parecida a las hebras de ADN .Aquello les dio la oportunidad de acertar su ataque, logrando liberar el chakra de los bijuus que habían sido absorbidos para darle vida al Juubi.

Naruto rápidamente unió aquellos chakras con el que mantenía en su propio cuerpo, intentando detener el florecimiento de aquella peligrosa flor, pero dos de ellos rechazaron el enlace y al ver que todos llegaban a apoyarlo, me dirigí donde Gaara para ayudarlo a tirar del ichibi.

— ¡Vamos! — exclamé al momento en que varias ramas emergían del piso, incrementando el agarre para comenzar a tirar junto al pelirrojo. Seguido de esto, el cuarto Hokage utilizo su chakra para crear unas cuerdas que toda la alianza comenzó a tirar para poder ayudar a Naruto a liberar a los bijuus.

— "Ayúdalos" — escuché aquella inconfundible voz, sintiendo como mi cuerpo volvía a cubrirse de aquellas llamas, dándome más fuerza para tirar del ichibi, logrando así separarlo por completo de aquel contenedor. Los demás también fueron liberados, adoptando su forma original.

Sasuke no perdió el tiempo y al apenas haber deshecho el Susano, corrió hacia Obito, quien debilitado por la extracción, yacía acostado en el piso. Su carrera se detuvo al ver que Kakashi aparecía sobre el enemigo con el kunai en la mano, pero Naruto se mostró reacio a permitir que acabaran con la vida de él, por lo que estaba por interceptar el intento del hatake, pero al sentir el chakra del cuarto acercándose, me abstuve de hacerlo.

Según sus palabras, Obito al fin había reaccionado, pero el hecho de que Madara siguiera libre era el actual peligro. Al instante, intercambié una mirada con Naruto y al verlo asentir, rápidamente nos hice aparecer a una distancia más cercana a Madara. El primer Hokage había logrado contenerlo utilizando aquel jutsu que anteriormente había usado con el juubi, pero de la nada, aquellos sellos desaparecieron con una explosión, dado paso a aquella figura que tanto temor transmitía a nuestros aliados y quien ahora, poseía un cuerpo de carne y hueso.

Al instante, aquel cuerpo fue envuelto en las llamas negras de Sasuke, pero aquello solo sirvió para quemar sus prendas superiores. El ninjutsu no servía en él, y lo que se avecinaba, no se comparaba con lo que habíamos pasado con Obito.

Hashirama fue neutralizado rápidamente por el enemigo, siendo Sasuke el primero en reaccionar para detenerlo, pero el que Madara le dijera que sus ojos podrían servirle, me alertó. También le dio la opción de unirse a él, pero Sasuke se negó al instante. Tras ocurrir esto, una intensa cantidad de fuego fue expulsada de su boca, logrando distraernos lo suficiente como para dirigirse hacia los bijuus.

Gaara lo esperaba en compañía de aquellas criaturas, listos para atacar a quien quería poner sus manos sobre ellos otra vez. Sus ataques eran eficaces y junto a la ayuda del ichibi, lograron encerrarlo en una pirámide de arena para poder sellarlo. Por un momento creí que lo habían logrado, pero el Susano de Madara emergió de la arena listo para seguir atacando. Naruto no tardó en llegar allí en su forma Bijuu, logrando hacer un ataque combinado con aquellas bestias usando sus colas.

Madara logró escapar, pero uno de sus brazos fue dañado en el ataque y aun así no había ninguna expresión de dolor en su rostro. Un zetsu apareció a su lado y no pudimos evitar que aquello pasara.

Madara había recuperado uno de sus ojos

Y la situación, volvía a inclinarse para el otro lado.

Notas de la autora

El otro capítulo lo subiré mañana~

Espero que les haya gustado el capítulo, gracias por leer.

Descendiente [Reiko Senju]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora