Tras la llegada de Naruto me puse a curar la herida de mi estómago en caso de que necesitara de mi ayuda en la batalla, pero la leve presencia de Tsunade me tenia preocupada. En aquel estado no podía pelear y solo pondría su vida en riesgo.
Mi estomago había sido atravesado completamente, pero gracias al chakra de Flinx, no tuve problemas en curarme. Apenas me vi recuperada, fui rápidamente al sitio en donde se encontraba Naruto. No hubo necesidad de decir alguna palabra, con solo mirarlo a los ojos entendí que pensábamos igual.
Tenia que tratar a Tsunade enseguida. Su chakra comenzaba a decaer significativamente.
- Te lo encargo - soltó naruto de forma seria mientras volteaba a ver completamente a nuestros enemigos.
- Déjalo en mis manos - le contesté rápidamente antes de encaminarme al lugar en el que sentía el chakra de Sakura. Tsunade presentaba una perdida de chakra extrema que debía ser tratada de inmediato.
- Reiko? - musito sorprendida al verme llegar, pero su mirada cambio de golpe al ver a su maestra en tan mal estado.
- Necesito que me ayudes, no puedo gastar mucho chakra, ya que podría tener que pelear - le dije recibiendo su afirmativa de inmediato.
- Comencemos.
(...)
- Con esto logramos estabilizarla, gracias Sakura - le agradecí mientras ella se recuperaba del gasto de chakra que hizo. Gracias a eso no tuve que utilizar tanta energía para sacar del peligro a Tsunade.
Después de aquello, le pedí a Sakura que cuidara de mi prima mientras yo iba a prepararme para cualquier emergencia.
Naruto estaba teniendo dificultades y lo sabia al distinguir el cambio de su chakra al abandonar su modo ermitaño. me sorprendió verlo en su momento, pero la situación no era la ideal como para felicitarlo.
Tras esparcir y poner varios sellos del hiraishin en los alrededores, regrese en donde se estaba llevando a cabo el enfrentamiento y me congelé al observar una escena impensada para mi.
- Hinata...- musité débilmente mientras mis ojos se habrían de la impresión. En el suelo yacía una Hinata terriblemente herida y con unos tubos atravesándola.
No alcancé a reaccionar cuando el Naruto que antes estaba tirado se cubrió con el manto del kyubi para atacar a Pain. Sabia que esto podría ser fatal, pero la prioridad en este momento era Hinata.
- Aguanta Hinata - dije mientras llegaba a su lado para retirarle aquel tubo y comenzar a esparcir mi chakra por sus heridas - No puedes morir, no frente a mi - dije mientras dejaba salir el chakra Naranjo para ser más rápida.
- Hinata! - escuché a lo lejos mientras la herida de ella comenzaba a sanar.
- Sakura - la llamé siendo consciente de que Hinata ya no corría peligro - Encárgate del resto, hay algo que debo hacer - le dije sin esperar respuesta. Naruto fácilmente podía morir si no suprimía el poder del kyubi. A medida que avanzaba, podía ver todo el destrozo que estaba causando su enojo.
Estaba cerca de llegar cuando escuché un ruido ensordecedor que me hizo detener. En el cielo podía observar como la tierra del suelo era elevada hasta formar una esfera en la cual...iba Naruto.
No dudé en correr utilizando mi chakra, no iba a dejar que uno de mis amigos muriera frente a mis ojos.
-¡PAIN! - exclamé llamando su atención -¡ya mataste a alguien preciado para mi, no dejare que lo hagas de nuevo! - grité mientras corría hacia el para iniciar una batalla de taijutsu. Él claramente se encontraba agotado por su lucha contra Naruto, pero eso no me importaba. solo quería salvar a mi amigo, pero el rugido de la bestia que salio de aquella esfera flotante me dejo perpleja.
-¡NARUTO! - grite mientras todo dentro de mi se llenaba de pánico. Si Naruto no recuperaba la consciencia, el enemigo no seria quien acabaría con su vida, seria aquel zorro de nueve colas que llevaba en su interior.
Todo apuntaba a que esto acabaría mal, pero repentinamente aquella bestia desapareció, dando lugar a un Naruto con su modo Sennin activado.
- Reiko chan - le escuche decir tras pasar por el desmorone de rocas y llegar a mi lado - Déjamelo a mi - soltó de una forma tan seria que no pude evitar sonreír.
- Nunca cambias, cabeza hueca - le dije antes de desaparecer en un parpadeo. Naruto se había recuperado, pero a pesar de lo que dijo, me concentré en buscar la ubicación de aquella presencia que me estaba molestando desde mi encuentro con aquel Pain.
¿Que podría ser?
(...)
Había estado buscando el origen de aquel chakra por mucho tiempo, pero al fin había llegado al lugar del que provenía aquella presencia, la cual misteriosamente estaba acompañada de una que no había sentido antes.
- Es inútil esconderte, se que estas ahí dentro - hablé para que posteriormente el árbol que estaba frente a mi, se desarmara para darme entrada.
- Lamentarás haber... - la chica no alcanzó a terminar de hablar cuando el hombre dueño de un cuerpo esqueletico y cabello de color nostalgico, empezó a toser frenéticamente. Solo me faltó comprobar los chakras en la lejanía para saberlo.
Naruto había ganado
y ahora se dirigía hacia aquí
- Veo que te diste cuenta - dijo el hombre al verme sonreír - tu amigo viene en camino - dijo generando una mala reacción en la mujer que lo acompañaba - Espera Konan - soltó haciendo detener cualquier acción de su compañera - deja que llegue el chico, quiero escuchar su respuesta.
- Pero Nagato - reclamó ella sin darse cuenta de la reacción que había tenido yo al escuchar aquel nombre, pero tras recuperarme de mi asombro, comencé a reír incontroladamente.
-¿quien hubiera pensado que tú serias ese niño?- le dije con una mezcla de burla y enojo - aquel chico tan bueno, del que Jiraiya sensei siempre me hablaba, resultó ser la misma persona que lo mató - exclamé con ironía, pero toda esta se detuvo cuando sentí la presencia de mi amigo frente al árbol.
Solo fue suficiente verlo una vez, para darme cuenta de que Naruto estaba verdaderamente enojado.
- entonces, ¿Cual es tu respuesta? - preguntó Pain sumiendo a todo el lugar en un ambiente silencioso.
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Descendiente [Reiko Senju]
Fiksi PenggemarReiko Senju era el vivo retrato de su bisabuelo. Debido a su herencia sanguínea, nació con un potencial demasiado alto para ser controlado a la primera, por lo que solo el trabajo duro podría mantener el control en ella.