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Celo, Salud, Pasado y  Desilusión

Por fin después de una larga semana su celo se estaba yendo.

Ciertamente esta vez estuvo más sensible que nunca, pero lo pudo "sobrellevar" y eso lo hacía sentirse orgulloso.

Mentira.

Todo era una vil mentira, terminó deshidratado por llorar todas la noches porque tenía las razones más que suficientes para hacer reaccionar a su tonto corazón y este no quería nada más que el joven alfa lo aceptara.

Y no había nada de lo que sentirse orgulloso pues se la pasó usando supresores tres veces al día para no desestabilizarse emocionalmente con todo lo que vio esa semana.

Ciertamente eso iba a malograr su ahora regularidad, pero no tenía de otra.

Seokjin, sentía que tenía un problema, porque cierto alfa paraba 24/7 rent free, en su mente.

O sea, tenía mejores objetivos, que pensar en el cachorro.

Cómo buscar otro trabajo, la miseria que le pagaban no le alcanzaba para nada, bueno, esto era debido que estaba pagando todos los gustitos que se había dado dos años atras a costa de sus padres.

Y lo llamaba "cachorro" con el fin de que su corazón y mente entiendan de una vez que esto estaba fuera de sus posibilidades.

Y aunque otra de sus filosofías de vida era que para el amor no hay edad.

Con él no las aplicaba, o mejor dicho no había forma de hacerlo ya que ni hablaba con el alfa, ni siquiera eran conocidos, es más, su trato hacia su persona era de respeto.

Aquel gusto era unilateral.

Sin duda, era mal hijo, un mal ejemplo, un mal profesional, un mal todo.



Hoy Seokjin había despertado un poco más animado, tenía que estarlo, hoy se graduaban sus pequeños.

Estaba más concentrado en ello...

Mentira, sí, se dio su tiempo para darle una ojeada al alfa disimuladamente.

Y llámalo destino se encontraban a cada momento menos esperado.

Era un tonto, no había nada del destino en esto.

No era destino, solo era una coincidencia, pero muy osada. De hecho, Seokjin no buscaba encuentros, estos iban a él.

Seokjin era un ilusionado empedernido y por más que lo mirara con sus propios ojos, por más que supiera que nunca iba a tener una oportunidad, el no dejaba de soñar una vida entera con la persona que había escogido.

Vivía en su mundo de fantasía donde aquel joven alfa le hacía caso, donde no había problemas por la edad, donde todo era color de rosa como la más bella mariposa.

Era lindo, sin embargo, hay días en que todo se le desmoronaba frente a los ojos y lo único que e quedaba era seguir adelante. Pero, es un ser humano, y lo primero que le gusta hacer es llorar y culparse hasta incluso si no tenía culpa.

Y así la pasaba Seokjin cada día, su mundo bellamente elaborado era destruido en un cerrar y abrir de ojos por un simple abrazo, un cruce de palabras o por estar sentados juntos. Por cositas mínimas, que se clavaban una navaja en su corazón una y otra vez.

El debió aprender hace mucho tiempo, sin embargo, era terco, testarudo y por más que el universo le esté dando muchas señales para que se olvide de sus sentimientos prohibidos y no correspondidos.

Él insistía.

Era obvio que un alfa como Jungkook, nunca posaría sus ojos en él, pues era viejo y había descuidado su salud hace varios meses.

Él estaba en el estándar normal de un omega coreano, sin embargo, su enfermedad y sedentarismo le hizo subir de peso. Seguía siendo guapo, sí, pero vivía en una sociedad de mierda, vive aún, y por más que el quisiera amarse tal y como está ahora, no puede, no cuando a cada rato le recuerdan que come mucho, que no hace ejercicio y mucha mierda más.

Él tiene miedo, miedo de morir, miedo de enfermarse y otra cosa más, miedo de vivir...

Aunque contradictorio es así, cuando vivía solo, tenía que abstenerse de muchas cosas y entre ella estaba la comida. Había días que no comía nada, ni siquiera tomaba una sola gota de agua, vivía durmiendo, echado en la cama o trabajando por las tardes viajando más de dos horas en carro para luego caminarse una hora más porque quería ahorrar.

Vivió así más de tres meses, después de darse cuenta que gastaba su dinero en vano, en una tonta pensión que en vez de alimentarlo lo desalimentaba.

Su vida solo fue un poco fea, porque él también sabe que hay gente que la estaba pasando peor que él.

Después de ese gran error que le causo muchos daños. Se aisló de casi todo, no iba a la casa de ninguno de sus familiares, no salía con amigos, dormía, comía, hacía sus necesidades, se duchaba, había días que iba a trabajar y así se repetía su monótona rutina.

Y de eso, su consecuencia le estaba haciendo sufrir ahora, antes no le importaba como él se miraba, le llegaban los comentarios hirientes sobre su imagen física, pero desde hace dos meses que odiaba mirarse al espejo y no gustarse, odiaba todo de él, su rostro, sus brazos, su cuerpo, sus piernas y sus pies.

Odiaba no poder usar ropa bonita por cómo era ahora físicamente, Corea era altamente exclusiva, no por el lado de calidad, no. Sino por el simple hecho de que de la talla S era para ellos la más grande. No existía talla M o L o quizás XL y si lo hacía eran las tallas M, L o XL para la gente delgada.

Eso y otros cuantos factores le hicieron pisar tierra.

Y que poco a poco vaya cerrando su corazón nuevamente.

Only We KnowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora