Maestra Kim | Chaesoo

11° [Jisoo]

Son las seis con cuarenta y Rosé no aparece. Le dije en el último receso que la esperaria a una cuadra de la universidad, para evitar que nos vean juntas y se pueda malinterpretar.

Tal vez sigue molesta por lo que le dije sobre no haber probado un seno en su vida. En mi defensa ella metió a Nayeon a la discusión, y me divierte pelear con ella, lo admito, pero mi prometida está fuera de ésto.

—Hola. ¿Nos vamos? —La rubia tiene labial en el cuello y una sonrisa estúpida en la cara.

—¿Por qué tardaste tanto? —Gruño—. Llevo quince minutos esperándote.

—Diez— Sonríe.

—Como sea. Súbete —Abro la puerta de mi auto y nos subimos—. Para la próxima que tu noviecita no te folle en la universidad.

Gira sus ojos y bufa.

—No estábamos follando, cuide su lenguaje maestra.

—No soy maestra fuera del horario de la escuela —murmuro encendiendo el motor del auto.

Suelta una risita grave y me tenso. No puedo evitar ponerme nerviosa cada vez que se ríe de aquella forma.

—No es maestra. ¿Entonces podemos follar? —Pregunta ella. Me sonrojo y freno el auto. Comienza a reír y yo suspiro—. Es broma, ¿iba a decirme que sí? Usted no es mi tipo, Kim. No se haga ilusiones.

—Tampoco eres mi tipo, Park —Suspiro—. No hagas esas bromas, eres una niña. Podrías ser mi hija.

Ella comienza a reír.

—¿Quién cojones tiene una hija a los cinco? Dios, Kim. Que imbécil eres a veces.

Gruño y ella sigue riendo.

—Tal vez no mi hija, pero mi hermana pequeña tiene tu edad.

—Tiene dieciséis.

Elevo una ceja. ¿Por qué sabe que Jennie tiene dieciséis?

—¿Cómo sabes? —Rosé ríe nerviosa ante la pregunta.

—Félix me lo dijo, no le pregunté. Se le escapó solito.

—¿Mencionó algo sobre mi compromiso? —Niega y yo suspiro—. Bien.

Llegamos a la tintorería luego de un viaje de 20 minutos.

Bajo y Rosé me sigue. Ingresamos y pido su americana, se acerca a pagar. Agradece y salimos rápidamente.

—¿Ésto te daba vergüenza? —Suspira.

—Sí, y no me gusta andar sola por las calles.

—¿Por? —Pregunto mientras subimos al auto. No me contesta. —Puedes decirme, no te juzgaré.

—Tengo miedo—. Dice rápidamente.

—¿Park teniendo miedo? Esto es nuevo —Murmuro—. ¿Por qué?

—Olvídelo —Gruñe.

—Rosé...

—¿Me puede ir a dejar hasta mi casa? —Asiento—. Gracias.

—¿De verdad no quieres contarme?

—¿Y que me juzgue como todos? No, no gracias.

—No lo haré, lo juro... tú no me juzgaste.

—Yo también soy lesbiana. No tendría por qué juzgarte por tu compromiso...

—No, me refiero a... juzgarme por ocultarlo y todo eso —Suspiro y Rosé también—. Porque básicamente me estoy metiendo sola a un closet, sonará estúpido pero siendo hetero ante todos me respetan más. Mis alumnos fantasean conmigo, pero al menos me ponen interés o lo fingen... un poco me aprovecho del closet, y eso me convierte en alguien horrible, ya que muchas personas darían lo que fuese por salir del closet como yo, con familia y amigos de su lado... —Ella se mantiene en silencio y continúo—. No quiero que me juzguen en la universidad y también siento que es como si me avergonzara, sin embargo Tuan sabe, y no lo sé...