36° [Rosé]

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—No puedo creer que debas usar estabilizadores en los dedos por un mes, Rosé —Kim conduce mientras nos devolvemos a su departamento.

Para ponerlos en contexto... ¡El coño de Jisoo me mordió!

—En mi defensa tu vagina es agresiva —comento burlona— no creí que mis dedos se fracturarian.

—Rosie, eso ni siquiera tiene sentido. Tu excediste la fuerza. Te dije que era suficiente —comenta ella algo frustrada—. Te dije que con cinco polvos no necesitabamos más.

—Yo siempre quiero más —me encojo de hombros y ella suspira—. En mi defensa tu dijiste "Rosé, tengamos sexo durante la tarde. Hemos descansado bastante". Tú eres la adulta responsable, y tú me provocaste hablándome en Ruso. Sí buscamos una culpable eres tú.

Kim sonríe levemente y se estaciona un segundo.

—Llegaremos a mi casa, cenaremos y te irás a dormir, nada de dibujitos hasta las tres de la mañana.

—¡Kim! —me quejo y ella niega con la cabeza— ¡No puedes obligarme! No puedo dormir sin ver los Simpson —gruño y ella suspira.

—Lo lamento. Es lo que hay... —comenta ella burlona—. Pero dormiremos juntas.

—No quiero dormir contigo. Me quitaste lo que más amaba —gruño y subo mis pies a la parte delantera— te odio.

—Rosé, quita los pies de ahí, vas a ensuciarlo —baja mis pies y vuelvo a subirlos—. Que insoportable.

—Sí y así follas conmigo, ¿no te jode? —ella suspira. Bajo la ventanilla y saco la cabeza.

—Rosé. Mete la cabeza dentro, vas a golpearte con algo.

—Exagerada —giro mis ojos—. Vamos por helado, quiero cenar helado.

—No cenarás helado, tu estómago aún no está bien —murmura Kim—. Mañana en la cena podemos comer helado de postre.

—Quiero helado ahora. No mañana, Kim —comento rápidamente y marco una heladería en el gps—. Esa me gusta, vamos a comprar. Yo invito.

—No, Rosé. No iremos y es mi última palabra —murmura Jisoo.

—Te odio —suspira Kim por el otro lado de la línea— ¿Por qué no bajaste a comprarlo tú?

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—Te odio —suspira Kim por el otro lado de la línea— ¿Por qué no bajaste a comprarlo tú?

—Porque tú eres la adulta.

—Tú querías el helado y ya eres una adulta. Deberías actuar como tal.

—Oblígame, perro —murmuro enseñándole mi dedo medio desde el auto. Ella se gira y suspira.

—¿Qué sabor?

—Vainilla, pistacho y chocolate. Oh sí y trae chispitas de chocolate —murmuro—. Y crema.

—Rosé, te va a doler la panza —comenta ella—. Es mi turno. Ya te veo.

Cuelga el celular y yo sonrío. Kim tiene un punto débil y aparentemente es fácil de convencer.

Maestra Kim | Chaesoo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora