Chapulín Colorado: El Inicio

Capítulo XXVI

- Llamada entrante - dijo una voz femenina.

Conforme se alejaban el detective y Alexis de la situación de riesgo, el sistema de comunicación se restablecía. Aun se escuchaban los helicópteros de la marina rondando por el área, había pocos vehículos conduciendo; ya que en estos casos las personas por lo general se resguardan en sus hogares, o centros comerciales, para evitar ser victimas de una bala perdida.

- Quiero contestar - dijo el Chapulín.

- Buenos días, ¿Señor Alexis?

- Sí el habla, ¿Con quién tengo el gusto?

- Sí, disculpe... habla Federrico Villagrán, su secretaría Sonia me contrató para hacer una auditoría de las finanzas de su empresa... ¿Qué tal? ¿Cómo está?

- Pues, algo ocupado...

- Sí, entiendo... pues, le llamó porque apenas y comencé con la auditoría, y encontré movimientos repentinos en las cuentas, módicas cantidades en operaciones poco frecuentes... es decir, transferencias pequeñas hacía otras cuentas en el extranjero; así cómo, donativos a fundaciones que dicen ser sin fines de lucro. No estoy seguro, señor Alexis, pero me temo que alguien ha estado lavando dinero con su empresa...

- ¿Qué necesita para estar seguro?

- Es necesario hacer una investigación exhaustiva. Ya sabe, verificar la información de las empresas y las fundaciones, donde se ubican, quienes son sus socios; conocer a los accionistas, proveedores, clientes. Pero, sobre todo, hay que corroborar de que fuente vienen sus ingresos, y bajo que concepto se hicieron esas transferencias, y donativos. Yo solo encontré los movimientos, pero no hay registro de facturas o recibos. Y como son montos muy pequeños, casi imperceptibles comparados con las grandes cantidades que mueve su empresa, por eso, creo, nadie los había notado.

- ¿Cómo dices que te llamas? ¿Federico?

- Es Federrico, pero mis amigos me dicen Kiko... usted también puede, si gusta.

- Bien, Kiko, no le digas a nadie sobre estos movimientos. Investiga todo lo que puedas, y mantenme informado, si necesitas ayuda consulta con Sonia. Gracias.

Alexis quedó en silencio, sus sospechas habían sido corroboradas. Su mente comenzó a divagar.

- Ya llegamos. - dijo el detective.

- No veo nada. - respondió Alexis, volviendo a la realidad.

- Allá, al frente. Es una vieja finca, ahí se reúnen los mañosos cuando los manda llamar el jefe.

A lo lejos se miraba una hacienda escondida entre el monte, el detective se había detenido a una distancia apropiada para no llamar la atención.

- Habrá mucha vigilancia, quizá el jefe se encuentre ahí. - comentó el detective, mientras bajaba del coche.

Alexis lo siguió con la mirada, y acto seguido hizo lo mismo. Se dirigieron a la cajuela del vehículo.

- En mi carro traía armas, municiones, y un chaleco antibalas ¡Pinches marucheros, hijos de su puta madre! - comentó el detective. - Solo traigo esta fusca, y como 3 balas, por favor dime que traes pistolas y cargadores en tu traje.

- Solo traigo mi chipote chillón. - respondió el Chapulín mostrando su martillo.

- Ya valió madre este pedo... ¿Qué es ese ruido?

- ¡Momento! Mis antenitas de vinil acaban de detectar la presencia del enemigo.

Tomando una pose de superhéroe, Alexis giró a la derecha sobre sus pies sosteniendo su martillo, preparándose para la batalla. Al tiempo que el detective buscaba refugio al costado del vehículo, para apuntar su arma.

Entre la maleza salió un imponente monstruo*. Se detuvo estrepitosamente, derrapando sus llantas, y a unos metros antes de chocar con el vehículo que conducía el detective. La puerta se abrió, esperando lo peor el oficial encañonó su arma en esa dirección. Haciendo otra pose, el Chapulin sostenía su chipote con el brazo hacia arriba.

Una pierna se asomó, luciendo una bota táctica, y un pantalón característico de la Marina Estadounidense. Lentamente, un hombre con cabello entre cano y barba de chivo hizo acto de presencia. Levantando las manos al aire, para mostrar que no tenía armas, caminó hacia ellos y dijo:

- Houla, mi yiamo Sam...

* Vehículo con blindaje artesanal, utilizado por los narcotraficantes para atacar a la H. Marina Mexicana.