Godínez ajustó la gorra en su cabeza, al tiempo que hacía un gesto en su rostro, tratando de espantar el sueño. No había dormido bien las últimas horas, pero tenía que continuar su viaje sin demora, pues la carga estaba urgente; su pesado quinta rueda devoraba kilómetros en la autopista Monterrey - Reynosa, acababa de pasar el reten de los soldados, así que respiró aliviado, sabiendo que estaba a poca distancia de la ciudad.
Para Godínez el viaje era de rutina, había recorrido la misma ruta por años, sin contra tiempos. Todos los días era la misma situación, recoger la carga en el parque industrial en Reynosa, transportarla al parque Industrial en Monterrey, regresar a casa a Reynosa con la caja vacía, dejarla en la agencia de transportes, y al día siguiente recogerla para volver a hacer lo mismo. En ocasiones era necesario quedarse en Monterrey más tiempo de lo usual, con la intención de traer alguna carga de regreso, éste era uno de esos días.
Fuera del detalle de que se habían retrasado en subir la carga al trailer, todo iba normal en el viaje. Era de noche, las únicas luces que iluminaban eran las de la estación Burgos, al frente de la carretera, y a lo lejos se miraba el parpadeo de las lucecitas rojas de los aerogeneradores del parque eólico, a muchos kilómetros al sur de la carretera. Godínez suena el claxon al pasar por la estación, al tiempo que los soldados resguardando el lugar le devuelven el saludo. Pasa la estación, y en segundos puede ver por los espejos laterales del tractor como las luces se van alejando, hasta quedar completamente en penumbras.
No había nada más que oscuridad en la carretera, era tarde y no había vehículos conduciendo. Godínez, extrañado por tanta calma seguía conduciendo, estaba a 50 kilómetros de la ciudad. "A tan solo media hora, o cuarenta minutos", pensó para sus adentros viendo el velocímetro, que marcaba una velocidad de 90Km/h. Dejó escapar un suspiro, aliviado, imaginado que pronto estaría en casa. Pero de pronto, a 500 metros de distancia, poco más de un centenar de luces aparecieron a lo largo de la orilla de la carretera.
Sesenta camionetas en total, aproximadamente, se encontraban estacionadas y distribuidas en ambos lados de la carretera, sus pasajeros las utilizaban como escudo para protegerse de la lluvia de balas que producían las luces que miraba el trailero. Godínez se encontraba en un medio de un tiroteo, en donde bandos rivales del crimen organizado se disputaban la plaza en ese preciso momento, en ese preciso lugar.
Por instinto, Godínez agacho la cabeza, y piso el acelerador a fondo, con la intención de pasar la balacera lo más rápido posible. Las balas rebotaban en el tractor y la caja, que afortunadamente ambas cosas son blindadas, sin embargo, las ventanas y el parabrisas no lo son; por lo que el chófer del trailer hacía movimientos evasivos, subiendo y bajando la cabeza, para poder ver la carretera al frente de la unidad. Para su mala fortuna, el tramo es una subida, por lo cual no alcanza a ver completamente la carretera. Ya con una velocidad de 120Km/h, espantado y rogando al cielo por su vida, el ruido de otro trailer que lo va rebasando lo hace desviar la vista hacía la ventana, sorprendido se pregunta a si mismo a que velocidad ira el quinta rueda que lo acaba de pasar, al tiempo que sigue su trayecto con la mirada.
Inicia el descenso, y Godínez ya tiene al menos 5 vehículos siguiéndolo. Las balacera había quedado atrás, pero siguiendo su instinto, y al trailer al frente, mantenía la misma presión en el pedal del acelerador. No alcanzaba a ver mucho en la carretera, tan solo las luces traseras de la caja al frente, y lo poco que alcanzaban a alumbrar las luces de su unidad, el reflejo de las luces en los espejos retrovisores de los vehículos siguiéndolo le comenzaban a encandilar. Aguzando la mirada, luchaba por mantener estable la unidad.
Justo a 19 kilómetros para ingresar a la ciudad, de entre la oscuridad de la noche una pipa de combustible atravesada en la carretera hizo acto de presencia, posicionada estratégicamente para impedir el paso a los vehículos; y un singular brillo de luces volvieron aparecer, pero esta vez diseminadas a lo largo del asfalto. El chófer de la unidad piso el freno intempestivamente, tratando de evitar el impacto, las llantas chillaron, y el trailer comenzó a zigzaguear; varias explosiones se escucharon, y al mismo tiempo, el volante empezó a inclinarse hacía un lado y hacía el otro, incrementando el pánico en el chófer, quien intentaba hacer movimientos contrarios en el volante para compensar. Godínez al ver que la unidad al frente había frenado sin razón, hizo lo propio, corriendo la misma suerte, no obstante, su unidad no llevaba tanta velocidad, así que alcanzó a detenerse; la unidad al frente, para fortuna del chófer, también se detuvo, a escaso metro y medio de impactarse de con la pipa.
Godínez esperó unos momentos, no supo cuanto tiempo, para reponerse del susto. Cuando al fin reaccionó, tomó su linterna y bajó de la unidad. Apenas sus pies tocaron el frío asfalto, se dio cuenta de donde provenían las explosiones, y las luces diseminadas en la carretera. Un poncha-llantas estuvo a punto de incrustarse en su pie izquierdo. Alumbró hacía todos lados para ver donde pisar, y comenzó a revisar las llantas del tractor y la caja. Solo el tractor había sido afectado, tres de sus llantas se habían ponchado. Al llegar al final de la caja, pudo ver que la fila de carros atrás de él se hacía más grande. A lo lejos aun se escuchaban los balazos. Llamó su atención la orilla de la carretera, en la penumbra algo, o alguien se movía, aluzó, pero no vio nada .
- Debí haber puesto más atención en la clase del "maistro longaniza". - Dijo en voz alta.
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Chapulín Colorado: El Inicio
FanfictionBasada en hechos reales... El Chapulín Colorado cuenta todas las hazañas de un súper héroe mexicano, que siempre acude al llamado de los más necesitados. El Chapulín es torpe y no posee super poderes, aunque sí varios artefactos de apoyo. El fuerte...