Capítulo XXVII

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Will encendió un cigarro para relajarse, iluminando la oscuridad de la noche con la breve flama de un fósforo. Aspiro lentamente, llenando sus pulmones, para luego expedir una fumarola llenando la cabina de humo.

- ¿Qué hacemos aquí? - preguntó Sam en su lengua natal.

- ¿A qué te refieres? - respondió Will.

- Sabes a lo que me refiero.

- Seguimos órdenes, nuestro oficial nos ordenó hacer la entrega, y seguimos esa orden.

- Sí, pero... ¿Nunca te has preguntado si está bien lo que hacemos?

- No. Mi trabajo no cuestionar órdenes, es seguirlas. Ellos dicen: "¡Salta!", y yo digo: "¿Qué tan alto"?... Si me ordenan matar nazis, o a esos fucken cabezas de toallas, musulmanes hijos de perra, o traer un cargamento de armas a México a la mitad de la nada, lo hago; sin hacer preguntas.

- ¿En serio? ¿No te has preguntado para qué o en qué van a usar estas armas?

- No. Como dije, sigo mis órdenes... la vida es simple, no hay necesidad de sobre pensar las cosas. Y esos mexicanos... invaden nuestro país, trayendo con ellos sus drogas, sus enfermedades, qué más da si usan estas armas para matarse entre ellos. Destruyen nuestro país, nuestra cultura, nuestro idioma; nos infectan con su indecencia, nos quitan nuestra libertad, y lo más importante: nuestro patriotismo. Somos la tierra de la libertad, de la oportunidad, y nos están arrebatando nuestros buenos y sanos valores americanos... cómo robar oro y tomar la tierra de otros. Esa es la base de nuestro país, así pasamos de ser 13 colonias, a ser el mejor país que hay en la galaxia.

Sam guardó silencio, era obvio que no se encontraban en la misma línea de pensamiento. Miró un instante hacía la oscuridad, y de pronto las luces de un vehículo aproximándose aparecieron. Tocó a su compañero Will para llamar su atención, y señalo hacía las luces para indicarle que algo o alguien se acercaba.

- ¿Será nuestro contacto?

- No sé, pero se van a arrepentir si son hostiles. - comentó Will empuñando su rifle.

El monstruo se detuvo frente a ellos, hizo cambio de luces. Se abrió una puerta, un hombre con los brazos levantados en señal de paz camino poniéndose enfrente de las luces.

- Somos amigos. - dijo el "Peterete". - Estamos aquí por la entrega.

Sam y Will bajaron de su camión, caminaron hasta el "Peterete" sosteniendo sus armas. El resto de los tripulantes del monstruo bajaron del vehículo.

- Hola muchachos, tranquilos. Relájense, somos amigos.

- ¿Tú ser el hombre a cargou? - preguntó Sam

- Yo soy el hombre, tienes mi mercancía.

- ¿Tenes el dinerou? - preguntó Will.

El hombre hizo un ademan, y uno de sus asistentes abrió un portafolio que contenía varios fajos de billetes. Sam se acercó para corroborar el contenido, usando una lámpara especial de luz negra verificó que no estuvieran marcados; después tomo varios fajos para barajearlos y de esa manera ver que realmente eran billetes, y no relleno.

Al terminar la inspección, Sam asintió con la cabeza. Acto seguido, el hombre hizo una señal para que sus asistentes, incluido el "Peterete" descargaran las armas y las municiones, y las subieran al monstruo.

Sam y Will permanecían atentos, supervisando el movimiento. El hombre, sonriendo se acercó para hacer conversación, llevaba sus brazos hacía atrás, en señal de que no era una amenaza. Se paró a la izquierda de Will.

- Ustedes son nuevos, ¿verdad? - preguntó. Al no haber respuesta añadió: - yo tengo tiempo haciendo esto, soy como quien dice la mano derecha del jefe. Pero, a ustedes no los había visto. - Sam y Will no respondieron. El hombre dio un paso hacia atrás.

Los hombres terminaron de cargar el monstruo, le hicieron una señal al hombre a cargo, y éste asintió.

- Bueno, nos vamos fue un gusto charlar con ustedes. - dijo el hombre sarcásticamente. - ¡Ah! Una cosa más, me dicen "El Chompiras".

Acto seguido, levantó su brazo y le dio un balazo a Will en la cabeza. Ambos, Sam y Will estaban más al pendiente de los que cargaban el monstruo, que no se percataron que "El Chompiras" escondía un arma.

Sam alcanzó a reaccionar por instinto, al escuchar el balazo. Corrió agazapado, volteó de reojo mientras lo hacía, y alcanzó a ver como Will se desvanecía por el impacto. El caos se hizo presente, las balas zumbaban a su paso, era una guerra sin cuartel, y el inició de un baño de sangre.

El "Peterete" salió huyendo, corrió despavorido sin rumbo. Sam se alejó conduciendo el monstruo con el dinero y las armas. El "Chompiras" terminó herido, fue el único sobreviviente.

- ¡33! ¡33! "El Peterete" nos traicionó. - exclamaba por el radio.

Chapulín Colorado: El InicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora