|•Capítulo 29: Llévame al pecado🥀|

437 36 5
                                    

El shock de ver cómo alguien muere es algo que marca a los más indefensos de por vida.

Jano no estaba sintiendo nada al ver el cuerpo de la monja en el suelo, con la túnica negra ahora manchada de rojo carmesí y un agujero en las sienes. Incluso sus ojo se habían mantenido abiertos, transmitiendo aquél terror al ver la muerte.

El sonido del disparo no había sido oído por las hermanas, las cuales cantaban con euforia el aleluya en la capilla, ignorantes de todo suceso dentro de la habitación de María. La susodicha no soporta las nauseas y vomita al pie de su cama.

-No....no...- temblando la anciana se arroja junto al cuerpo, llorando desconsolada -Dios mío no...No es posible.

La mejor amiga de Sofía para ese entonces era incapaz de derramar otra lágrima. Solo miraba fijo a la fallecida Isabel.

"Es tu culpa...Él te lo advirtió..."

-¡Madre! Me alegra que se una a nuestra charla- Jano vuelve a cerrar la puerta detrás de sí -Y no vino sola ¡Que conveniente! Justamente la hermana Isabel y usted tenían que pagar una deuda pendiente.

Las voces en la cabeza de Jano reían. Él quería reír como jamás lo había hecho pero se contenía. Necesitaba sacarse la ira de adentro antes de ir a buscar a Sofia.

El ojiazul observa con satisfacción cómo la señora se levanta y lo observa angustiada.

-¿Qué podríamos deberle a un demonio como tú?

La frase lo impulsan a alejarse de la puerta en la que estaba recargado para luego acercarse abruptamente a la monja y tomarla del cuello.

-Jano. Espera no. Ya basta- María se levanta de la silla.

El nombrado dispara muy cerca del pie de la chica, obligándola a callarse y quedarse en el lugar.

Regresa la vista a su víctima. Sus manos intentaban apartar las de Jano, su rostro repleto de arrugas ahora comenzaba a tornarse rojo.

-Condenar a Sofía a una infancia y adolescencia llena de castigos morales que conlleven a una represión de sus sentimientos hacia mí. Eso es lo que ustedes hicieron. Me deben las consecuencias de eso- dicta ajustando el agarre.

-No...- agitada se sacude para salir del agarre.

María cierra los ojos y comienza a rezar en voz baja.

-Por su culpa, señora, ¡la mujer que amo tiene miedo a amarme!

La empuja con todas sus fuerzas contra la pared. El cuerpo adolorido cae en seco al suelo.

La mujer vuelve a llorar pero nada de eso conmueve a Jano. Ahora está más que decidido.

"Muerte. Sangre...Que paguen"

Susurros estaban floreciendo en sus oídos como una frondosa hiedra venenosa hambrienta de dolor ajeno.

Su dedo se posa en el gatillo, sonríe y estando a punto de disparar cuando María se abalanza contra él provocando que caigan junto a Isabel.
Comienza un forcejeo en el cual Maria está sobre el joven asesino, esta a punto de quitarle la pistola cuando repentinamente Jano la golpea en la nuca.
Al levantarse no lo piensa más y dispara dos veces seguidas en dirección a la Sor.

Muere instantáneamente.

-Deberían darme las gracias. Haré que conozcan de manera rápida a su tan querido Dios- agitado suspira y arregla su ropa.

Sus manos, su traje, e incluso su rostro manchados de la sangre que había en el suelo.

María tapa su boca para no gritar. Decide quedarse en el suelo, resignada y decir:

Llévame al PecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora