|•Capítulo 33: Llévame al pecado🥀|

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-Bienvenida a mi hogar -Con una extraña sonrisa la cual no generaba nada de confianza Arlet abrió la puerta de su habitación del viejo, polvoriento y desmarcado hotel donde se estaba hospedando -Bueno, mejor dicho, nuestro nuevo hogar

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-Bienvenida a mi hogar -Con una extraña sonrisa la cual no generaba nada de confianza Arlet abrió la puerta de su habitación del viejo, polvoriento y desmarcado hotel donde se estaba hospedando -Bueno, mejor dicho, nuestro nuevo hogar.

-Esto no huele bien Arlet - Sofía no pudo evitar la mueca de desagrado en su rostro. La pequeña habitación era un desastre, además de que apestaba.

Un pequeño colchón en medio, un montón de ropa tirada por todos lados, restos de comida, una nevera ejecutiva roja y varias botellas de cerveza era lo único que había en esa habitación de hotel.

-Si... disculpa el desorden monjita, es que tenía asuntos que atender y he descuidado mi hogar, además Ronaldo no es buen compañero de cuarto.

-¿Compañero de cuarto? O sea que alguien más vive contigo -Escaneo la pequeña estancia.

No podía creer que nadie en sus cabales podría vivir allí, además de Arlet claro, la cual no era muy cuerda.

-Si, claro déjame presentártelo.

Sofía observo a la pelo blanco mirar y buscar entre el tumulto de ropas como si estuviese loca ya que ninguna persona podría estar ahí sin que se pudiese ver a simple vista.

-Aquí estás desgraciado- Arlet levantó un pantalón, logrando así que Sofía viese al pequeño felino negro apodado Ronaldo, el cual parecía estar muerto y apestaba más que toda la habitación sin duda alguna -Este es nuestro Roomie.

-Creo que está muerto -La rubia tapó su nariz con su mano.

-¿Ronaldo? no, solo es dramático -Le da una leve patadita al animal para hacerlo despertar - ¿ves? Y sobre el olor es que lo encontré abandonado en un callejón no muy lejos de aquí hace días. Iba a darle un baño pero, Los Gatos se limpian ellos mismos con su lengua.

-Este no está nada limpio. Y apesta además.

-Si princesa, aquí todo incluyéndote, huele mal.

Ambas chicas se sobre saltan al escuchar al rubio francés detrás de ellas. ¿De donde había salido? ¿Que estaba haciendo allí?.

La pelo blanco le lanzó un fuerte golpe en su cara, el anillo de oro en su dedo anular causó que le partiera un lado de su ceja haciéndole sangrar.

-Chérie sabes lo mucho que me excita la sangre, así que no te recomiendo que sigas hiriéndome -Una sonrisa cínica adornó su rostro.

-Lacra.

-J'adore tes flatteries petite fille de papa -(Amo tus halagos niñita de papi).

-¿Qué mierda haces aquí? ¿Acaso no le quedó claro a mi padre que no volveré a casa hasta el día en el que muera?

-Gâté, tu papi ya desistió a ti pero, debido a que te me adelantaste con el secuestro del talón de Aquiles de Jano, estoy acá.

Arlet frunció por completo el entrecejo ¿buscaba a Sofía?
Sobre su cadáver dejaría que se la llevasen.

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