Los Hijos De Un Pecado

IX

— ¡Cuánto tiempo sin estar en casa! —Una hermosa mujer de 37 años abrió la puerta de un lujoso coche, pudiendo ver aquel pueblo donde se creció con sus queridas hermanas, Royal Woods había cambiado mucho desde la última vez que estuvo allí. Una vez fuera del coche estiró sus músculos y caminó hacia el asiento trasero y viendo la silueta de una persona atreves de la ventana.— Venga hija, que ya hemos llegado. —Aquella silueta hija de la mujer hizo unos movimientos que denotaban algo de nerviosismo e inseguridad.— Venga Liena, que llegamos tarde a la sesión de spa. —La puerta se abrió lentamente, saliendo una chica rubia de unos 19 años, su complexión era algo rellenita, mientras que colgando de su hombro yacía un pequeño bolso con una libreta y un lápiz sobresaliendo.— Queda una media hora para la sesión. —La hija de la famosa Leni Loud asintió mientras se aferraba con fuerza y nerviosismo al asa de su bolso. Leni se acercó al asiento del copiloto, viendo como la ventana se bajaba y dejaba ver a un piloto con traje.— Señor piloto, nos vemos en 4 horas. Adiosito. —El piloto asintió, subiendo la ventana del copiloto y arrancó el coche y se marchó del lugar.— ¿Nos vamos, Liena? —La chica con algo de vergüenza asintió, siguiendo a su madre con la mirada pegada al suelo.

Leni Loud, la mujer que encabeza el top ventas con su marca de ropa famosa internacional. Durante toda su vida ha estado en mejores y peores momentos, pero siempre ha tenido una gran sonrisa en su cara bajo su pensamiento de positividad. Su relación con su hija no es la mejor que se diga, siempre la ha querido, pero nunca sabido como cuidarla y educarla, por eso ha dejado ese trabajo a sus cuidadores personales. Esto ha provocado que Liena nunca llegase a tener la suficiente confianza en su madre como para sentirse cómoda a su lado.

— ... —La hija de Leni se encontraba mirando aquel pueblo donde su madre y tías vivieron tantos años, esa era su primera vez visitándolo. Durante su caminata pasaron por varios lugares que llamaron la atención de la chica, como una pastelería o una cafetería. Cuando les quedaban poco más de 5 minutos para llegar, Leni decidió pararse en una de las cafeterías que había por el pueblo.— ¿? —La mujer abrió la puerta de la cafetería, sentándose en una de las mesas mirando a su hija para que ella también se sentase.

— ¿Qué vas a querer? —La chica se sentó en el asiento de enfrente de su madre y miró el escaparate lleno de diferentes pastas. Liena sacó su pequeña libreta y su lápiz, empezando a escribir lo que quería pedir.

— Díganme, ¿qué van a querer? —Una mujer de unos 32 años de pelo castaño hasta la cintura, con una horquilla rosa con un corazón que mantenía quieto su flequillo, aunque un pequeño mechón caía por el centro de su frente.

— A mi ponme un café y un cruasán. A ella... —Liena entregó la libreta a su madre para que ella dijera lo que estaba escrito.— Un vaso de leche con miel y una napolitana de crema, por favor. —La mujer que les atendía anotó todo en su libreta, asintiendo y mirando a los clientes.

— Enseguida lo traigo, señoritas. —Se dio la vuelta hasta que proceso la cara de Leni, volviéndose a girar para fijarse si había visto bien o no.— Mmmm... —Continuó su viaje hacía la máquina de café, empezando a hacer el café de Leni y la leche para Liena.

— Oye, ¿esa no es una Loud? —Una de las compañeras de trabajo de la mujer miraba a Leni. Aquella mujer que atendió a madre e hija se sobresaltó al escuchar ese apellido.— Cookie, ¿tú no eras amiga de un Loud? —La mujer conocida como Cookie asintió, sacando la leche caliente y poniéndole la miel pedida por Liena.

— Sí, de su hermano pequeño. —Puso el vaso de leche con miel en un plato pequeño al igual que la napolitana.— Hace tiempo que no lo veo. —Camino por detrás del mostrador y sirvió el pedido a la hija de Leni, volviendo detrás del mostrador para hacer el de la mujer.— Además, creo que está viviendo en Noruega con Clyde.