VIII

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— ¡Vamos, mamá! ¡Que llegamos tarde! —Una chica daba pequeños saltos mientras señalaba el estadio lleno de personas gritando por la emoción. A su lado llegó lo que parecía ser su madre con una mirada cansada.

— Tranquila... tenemos comprada la entrada, da igual si vamos tarde o pronto... —La pesadez en sus brazos hacía notar sus pocas horas de sueño.

— ¡Pero ya nos hemos perdido la presentación de los equipos! —Un suspiro de cansancio salió de la mujer, esforzándose en caminar más rápido. Tras algunos minutos, finalmente llegaron a sus asientos, siendo la niña la primera en sentarse y ver como el partido daba inicio.— ¡Justos!

— Agg.—Con pesadez se dejó caer en su asiento, al lado del de su hija, dando un suspiro de relajación.— Por fin... —Esta mujer, con ojeras muy oscuras, era, ni más ni menos, la imbatible Lynn Loud Jr.

Lynn Jr., que con 15 años comenzó su carrera profesional en el mundo de los deportes, ha acumulado grandes trofeos en diferentes deportes, sobre todo en fútbol, baloncesto, voleibol, béisbol y rugby. Siendo seleccionada para participar entrar en la selección femenina de Estados Unidos, lamentablemente ha tenido que alejarse de aquella gloria al haberse quedado preñada a los 22 años. Poco a poco fue dejando el deporte profesional centrando todos sus esfuerzos y atención en su hija.

Lacy Loud, hija de la famosa Lynn Jr., su amor por el deporte era más moderado que el de su madre, aun así era una gran aspirante a superar los títulos de su progenitora. Entre ella y su madre hay una gran diferencia, Lacy juega limpio y con deportividad, además que también prefiere hacer otras cosas.

— Lacy, avísame si pasa algo importante. —Con cansancio cerró los ojos para intentar descansarlos un poco. Lacy asintió con su cabeza sin despegar la mirada en el campo de fútbol. Pese a la gran multitud gritando, el cansancio de Lynn Jr. la supero, quedando profundamente dormida.

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— Y nos vamos al descanso con empate! ¿¡Esto seguirá así para el segundo tiempo!? O alguno de los dos equipos marcara el gol de la diferencia!? ¡Lo veremos en breves momentos! —El grito del comentarista hizo que Lynn Jr. diera un salto de su asiento, mirando a todos lados totalmente desorientada.

— ¿Que? ¿Como? ¿Cuando? ¿Donde? —Una vez que pudo recordar que hacía en el estadio dio un fuerte bostezo, cayéndole algunas lágrimas.— Que siesta más buena. —Se rascó la cabeza, girando lentamente su cabeza, viendo que el asiento de su lado estaba vacío.— ... —Sin darle importancia volvió a cerrar los ojos para volver a reconciliar el suelo, abriendo los ojos al momento tras procesar las imágenes que había visto.— ¡LACY! —Revisó si lo que había visto era verdad o no, volviendo a mirar el asiento y confirmando que su hija ya no estaba.— ¡Mierda! —Lo primero que hizo fue girarse y hablar con las personas que estaban detrás.— Oigan, ¿han visto a la niña que estaba a mi lado? —Su voz se notaba que intentaba hablar con tranquilidad, pero su expresión la delataba por completo, estaba entrando en pánico.

— Pues hace un buen rato que se ha ido con un hombre mayor. —El corazón de Lynn Jr. se detuvo por unos segundos, empezando a respirar agitadamente.— Se han ido por allí. —El hombre señaló la salida más cercana. De un momento a otro Lynn comenzó a correr en dirección a la salida.

Con los ojos bien abiertos, Lynn Jr. miraba a todos lados a en la salida de las gradas, intentando ver si encontraba a su hija. Al no verla, comenzó a correr por todo el lugar para localizarla lo antes posible. Taras dar una vuelta casi completa al estadio, finalmente pudo ver aquel color marrón pálido característico del cabello de Lacy, corriendo hacia ella como si su vida dependiera de ello.

Los Hijos De Un PecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora