Nueve días para Navidad
Con poco más de una semana para Navidad, Lincoln bajaba del avión en el aeropuerto internacional de Moscú-Sherenétivoscú, después de haberlo abordado en Japón. A su lado bajaba una mujer rubia, Loan lo acompañaba con una sonrisa. Tras haber pasado la frontera, Lincoln y Loan se quedaron en la cafetería del aeropuerto para planificar lo que iban a hacer.
El mayor de los dos sacó su teléfono para revisar la dirección que le habían mandado, supuestamente ahí se encontraría con su hija Laika, por parte de Loan, ella bebía felizmente un vaso de chocolate caliente que le ayudaba a calentarse en un lugar tan frío como Moscú.— Bien, si salimos en 20 minutos podremos subir al Metro, tenemos un poco de tiempo para relajarnos. —Observó a su hija con una sonrisa de felicidad, nunca pensó que podría reunirse con ella, mucho menos teniendo a Lori de por medio, aunque ese asunto no estaba del todo zanjado. La custodia era suya temporalmente hasta fecha del juicio y se dictamine si Lori es sentenciada o no.
— Oye tío, ¿crees que podríamos ir a mirar al centro en algún momento? —Con la memoria perdida a causa del trauma, Lincoln no fue capaz de decirle la verdad por temor a que volviera a desmayarse. La mirada de Loan fue a la de su padre, pudiéndolo ver algo serio mientras no dejaba de observar su teléfono tras haber recibido una notificación.— ¿Pasa algo?
—Loan... ve a comprar algo... necesito estar solo un momento. —Le entregó varios billetes de Rublos, Loan no entendió mucho lo que pasaba pero los tomó y se fue de la mesa, dejando solo a Lincoln.
De repente, una persona agarró la silla, dándole la vuelta y dejando el respaldo pegado a la mesa. Aquella persona se sentó en la silla observando al albino con una sonrisa. Lincoln correspondió aquella mirada con una seria, observando detalles de aquella persona, una cabellera naranja pálido y unos ojos azules celestes que chocaban con los del albino.
— Privet papa. Veo que te ha llegado mi mensaje. —La voz de aquella joven era ronca y algo desgastada, parecía que había vuelto de estar gritando, aunque lo más notorio es tener cierta irritación en los ojos.
— Laika... —Sin disminuir la sonrisa en su rostro, Laika puso bien la silla y se cruzó de brazos, sin ceder a la batalla de miradas que estaba teniendo con su padre.
— Veo que si te sabes mi nombre. Al menos te has dignado a aprendértelo. —Cada palabra que expulsaba iban con intenciones de hacer daño a Lincoln, hacer que se sintiera mal por haberla estado ignorando durante tantos años. La seriedad en Lincoln lentamente fue disminuyendo, haciendo que Laika se extrañase, aunque no borró su sonrisa burlona y algo siniestra.
— Es una pena no haber podido saberlo antes. Espero que a partir de hoy pueda no solo aprenderme tu nombre. —Sin saber a dónde quería llegar su padre, Laika se enderezó, poniendo su puño en la mesa.
— Creo que te estás haciendo ideas equivocadas, Lincoln. Seguro que piensas que me voy a ir contigo y que recuperaremos el "tiempo perdido" con pequeños momentos emotivos. Pues déjame decirte que no. Eso no pasará. —La expresión de Lincoln pasó a una algo más preocupada, dando un suspiro mientras negaba con la cabeza bajo la mirada algo enojada y confundida de Laika.
— Ya veo... —El albino se levantó de la mesa mientras pagaba lo que Loan y él habían consumido, además de hacerle una señal a Loan para que viniera.— ¿Nos vamos? —La pregunta dejó más confunda aún a la rusa, quien asintió algo dudosa, observando a su prima con una mezcla de repulsión y curiosidad.
Los tres se fueron del lugar y tomaron el metro, viajando en un silencio incómodo para Lincoln y Laika, mientras que Loan se encontraba observando un folleto con un mapa entero de la zona donde estaban. Durante el viaje Lincoln se levantó debido a un mensaje que le había llegado, dejando solas a las primeras/hermanas. Linka miraba aún con esa mezcla de emociones a Loan, mientras que esta simplemente disfrutaba viendo las zonas de interés marcadas en el mapa. En ese momento pudo ver de reojo como la pelirroja no dejaba de mirarla.
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Los Hijos De Un Pecado
Fiksi PenggemarEl pasado de Lincoln fue prácticamente una tortura, por culpa de sus hermanas pues pasaron demasiado la raya del amor fraternal, llegando a hacer algo increíblemente malo solo para apoderarse de Lincoln. Por todo eso Lincoln queda con severos trauma...