Once días antes de NavidadEn un lugar totalmente oscuro, en el que no existe ni un solo rayo de luz, Loan estaba ahí, abrazando sus rodillas mientras su cuerpo no dejaba de temblar. Sus ojos estaban rojos, quizas por haber estado llorando durante horas. Entre sus piernas yacía un pequeño peluche de conejo, el único objeto que su demoniaca madre le permitía tener de aquel hombre. El corazón dañado de Loan estaba envuelto de cadenas, al mismo tiempo que la mente de la joven no dejaba de reproducir aquellas palabras, las palabras que su madre no dudaba en gritarle siempre que hacia algo que la molestase, palabras que traumaron de por vida a la rubia.
— Inútil... —Loan abrió sus ojos mientras escuchaba esas palabras cada vez más fuerte.— No sabes otra cosa que temblar... —De repente todo el lugar comenzó a temblar, apareciendo enfrente de Loan una Lori gigantesca.— Tan inútil que solo sabe jugar videojuegos. —El cuerpo de Loan comenzó a temblar aún más, retrocediendo con un pánico gigantesco. Su mano intentó apoyarse en el suelo, percatándose que ya no había suelo, únicamente un barranco infinito. La risa maligna de Lori hizo que Loan se tapara los oídos con tal desesperación que hacia amagos de querer arrancarlos.— Nunca debiste nacer, solo eres un fallo. Un fallo que solo se dedica a arruinar la vida de los que lo rodean.
— ¡Nooo! —El suelo comenzó a agrietarse a su alrededor, mientras Lori la mira con una furia tal que no pudo evitar dar un golpe con su pie tan fuerte que todo el suelo termino destrozado.— ¿eh? —Su cuerpo lentamente comenzó a descender, sin entender lo que estaba pasando Loan miró con terror. Cada vez se alejaba más de su madre, quien la miraba con los ojos totalmente ensombrecidos.
Un dolor insoportable en su nuca la hizo soltar un grito tan fuerte que la oscuridad que envolvía aquel lugar se comenzó a agrietar, dejando traspasar una luz blanca tan pura que hizo que Lori desaparezca de golpe. En los pocos segundos de conciencia que le quedaban a Loan, quedo totalmente cegada por la luz blanca. Rápidamente abrió los ojos soltando un fuerte grito de dolor. Su cuerpo se levantó de una blanda cama, su mirada llena de estrés comenzó a mirar a todo su alrededor con temor, su respiración agitada se detuvo al momento de ver a un hombre sentado a su lado, un hombre de cabellos blancos como la nieve y ojos azules cristalinos. Las miradas de ambos se cruzaron, por primera vez Loan no temblaba, más bien dicho sentía una calma que nunca había podido experimentar viviendo. En su corazón, varias de aquellas cadenas que la apretaban se desvanecieron.
— Loan... —La voz de Lincoln resonó en la mente de la rubia, el recuerdo de aquella llamada que realizó el día anterior. Lincoln se acercó a su hija, tomando su mano y mirándola de una manera tierna y cariñosa.
— H-has v-venido... —Unas pequeñas lagrimas comenzaron a deslizarse de sus mejillas, mientras sentía la cálida mano de aquel hombre, el hombre al que le había pedido ayuda, ayuda que no fue ignorada.
— Ya estoy aquí... hija. —Las pupilas de Loan se hicieron pequeñas, mientras su cuerpo se paralizaba ante esa palabra. Un sentimiento extraño comenzó a formarse dentro de su corazón, mientras su mente reproducía el momento en el que encontró el contacto de Lincoln, un contacto registrado como "Hermanito" en el teléfono de su madre.
— ¿Hi-hija? T-tu e-eres m-mi t-tío... N-no m-mi padre. —La mirada de Lincoln respondió a todas las dudas de Loan. Su respiración comenzó a agitarse nuevamente, una respiración más agitada hasta el punto de terminar con los ojos blancos, temblando como nunca antes lo había hecho.— S-si t-tu n-no e-eres m-mi tío.... ¿¡entonces porque ella te tenia como hermano!? ¿¡Por qué por qué por qué!? ¿¡QUÉ ESTA PASANDO!? —El estrés dentro de Loan llegó a tal punto que su cuerpo colapso, cayendo inconsciente en la cama. A Lincoln comenzó a preocuparse por la reacción tan extrema hasta terminar inconsciente, rápidamente llamó a los enfermeros para que revisasen a su hija.
En Royal Woods
Mientras en la tierra del sol naciente la gente ya estaba despertando, el la tierra de las oportunidades apenas acababa de salir la hermosa luna, imbuyendo el cielo negro de brillantes estrellas. En la residencia Loud se estaba llevando a cabo cierto escenario que a Lynn Sr. y Rita les transportaba a una epoca más antigua. En el salón Lyra era el centro de atención, mientras era invadida de constantes preguntas por parte de sus hermanos menores y de Liena, quien había llegado hace pocas horas junto a Leni, que estaba en la cocina junto a su padre. Las preguntas iban desde el como hasta el dónde y por qué.
— ¿¡Como!? —Lemy agarró los hombros de su hermana, quien se había vestido algo más elegante de lo que normalmente lo suele hacer, y la comenzó a zarandear. Lyra rápidamente se separó de su hermano, deteniendo su cabeza, que le daba vueltas por el movimiento brusco y repentino.
— ¡No lo sé! ¡Ella vino a darme la chaqueta de Lacy y no se lo que pasó después! —Contestó algo alterada, el recuerdo de esa mañana en el restaurante era algo borroso, no podía recordar el momento de manera clara, más bien algo difuso y con algunas lagunas.— Y de repente, pufff. Me invitó a ir esta noche a verla en el Karaoke. —Un grito colectivo de todas las chicas de la casa se produjo, incluso Lemy dio un grito igual de agudo, dándole material de sobras a Lupa para burlarse de él por lo menos una o dos semanas.
Liena agarró a Lyra y comenzó a hacerle señas, señas explicándole unos pasos perfectos y detallados de lo que debía hacer para que esta cita fuera perfecta, unos pasos que si se siguiesen, hasta el más desagradable conseguiría conquistar a la más hermosa. Desgraciadamente Lyra la miraba con los ojos entrecerrados, intentando entender algo de lo que quería decir.— ¿Patos? —Ante esa palabra, Liena se cruzó de brazos, dándose la vuelta y murmurando palabras que nadie podía llegar a entender por lo bajo que las decía y por la discapacidad presente en sus cuerdas vocales. Rita, al ver todo el espectáculo que se estaba haciendo decidió intervenir, acercándose a su nieta.
—Cielo, no te preocupes por nada, ¿si? Solo sé tu misma y sobretodo disfruta esta noche. —Lynn se asomó por la puerta de la cocina, asintiendo ante la afirmación que hizo su mujer.— Además aún eres muy joven. Tienes toda una vida por delante. —Lyra puso una sonrisa sincera, agarrando la mano de su abuela con cariño.
— Muchas gracias, abuela. —Ambas se abrazaron con cariño, mientras el resto de los presentes se enternecían ante tal escenario.
A los pocos minutos, Lyra terminó de arreglarse, asegurándose de estar totalmente perfecta antes de abrir la puerta y salir con el objetivo de ir a ese restaurante donde conoció a Lina Sharp, una adolescente de su misma edad que consiguió hacer que su corazón latiese más rápido de lo normal. Lyra cada vez se alejaba más de la residencia Loud, desapareciendo en el horizonte nevado, siendo sustituida por un vehículo que se acercaba a la residencia. Este vehículo se detuvo justo en la entrada, saliendo de este una mujer de cabellos castaños sostenidos en una coleta.
— De vuelta en casita...
Continuará
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Los Hijos De Un Pecado
Fiksi PenggemarEl pasado de Lincoln fue prácticamente una tortura, por culpa de sus hermanas pues pasaron demasiado la raya del amor fraternal, llegando a hacer algo increíblemente malo solo para apoderarse de Lincoln. Por todo eso Lincoln queda con severos trauma...