03

7.2K 897 1K
                                    

▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄

De todos los que formaban parte del equipo, el único que contaba con la disponibilidad y la soledad de una gran casa, era Javier; así que eso solamente significaba una cosa:

Una pedota bien bastarda en su casa.

Aunque para infortunio de todos, era el que más lejos vivía.

— ¿Estás nervioso?— preguntó Guardado caminando al lado de su mejor amigo por las calles.

—Nop, ¿Por qué?

—Te chingaste un paquete de chicles en el puro camino de la casa al metro.

—Me gustan mucho. — respondió intentando restarle importancia.

—Ay sí wey, como si no te conociera.

—De todas formas ¿Por qué estaría nervioso?

—Tú dime.

—Estás wey.

Cuando estuvieron frente a la casa, Memo comenzó a mover de forma nerviosa las manos.

—Sólo quiero decirte que... Como es tu primera "peda", y como soy tu mejor amigo, me siento con el deber de protegerte y decirte que debes de tomar ciertas precauciones.

— ¿Precauciones? — preguntó sin entender.

Guardado palmeó uno de los bolsillos internos de su chamarra como buscando algo.

—Toma, acuérdate que sin gorrito no hay fiesta. — dijo lanzándole un condón a Ochoa.

— ¿De qué hablas?— intentó hacerse el tonto mientras poco a poco sentía el rostro arder.

— ¿A quién quieres engañar? ¿A mí? No mames, te conozco desde que jugábamos fut en la primaria con un pinche envase de Pau Pau relleno de papel, a mí no me haces wey, te gusta el "che". — dijo haciendo un pésimo acento argentino. —Nomás te le quedabas viendo como pendejo y ni estabas poniendo atención, por eso te metió semejante chingadazo con el balón; pero no hay pedo, tú date, hoy puede ser tu noche.

—No mames, lo conocimos hace bien poquito. — comentó con pena, aunque en el fondo la idea no le parecía tan mala.

— ¿Y? Un palo es un palo, tampoco te dije "cásate con él y tengan hijos", total, sólo se vive una vez.

—Eres un pendejo. — respondió con una sonrisa y el contrario alborotó sus rizos.

—Me amas cabrón. — dijo chasqueando la lengua haciendo que el otro riera. —Eso sí, sé responsable porque no queremos sorpresitas eh, que todavía ni salimos de la prepa. — señaló para al fin tocar la puerta.

Después de unos segundos, esta fue abierta por el chícharo, al fondo de la casa vieron a algunos del equipo, entre ellos a Layún.

—Ay perrito, ¿Hoy tú también coronas?— preguntó Guardado y Hernández miró detrás suyo.

—Eres un pendejo, cállate. — masculló haciéndose a un lado para que Ochoa y Guardado pudieran entrar. — ¿Y a qué te refieres con que si yo también?— Ochoa comenzó a sentirse de nueva cuenta avergonzado y Javi lo miró. —No mames.

—No, no es lo que estás pensando. — negó rápidamente.

— ¿Estás pensando en chingarte al Messi?

—No, no, no. — negó con ambas manos mientras sentía como sus orejas se ponían calientes.

—Qué joto wey, pero ni te emociones, que todavía no llega.

𝘏𝘢𝘴𝘵𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘵𝘦 𝘤𝘰𝘯𝘰𝘤í ||𝘔𝘦𝘴𝘴𝘪 𝘹 𝘖𝘤𝘩𝘰𝘢|| (Editada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora