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Durante el cumpleaños número 18 de Lionel, tanto él como Guillermo estaban pasando una etapa un poco dura, las propinas y el salario de mesero de Lionel no les permitía darse ciertos lujos.

Fue el primer y único cumpleaños que la pulga no tuvo un pastel ni una fiesta enorme.

Pero tenía una familia, unos pingüinos y unas velitas.

Él no le pedía nada más a la vida.

—Feliz cumpleaños a tí...— musitó Guillermo con alegría antes de sonreír y dejar un pequeño aplauso.

— ¿Esto de acá es una especie de alfajor?— preguntó con una ceja arqueada para después mirar a Memo.

—Se llama pingüino.

—Ah... Mirá, qué curioso nombre. — Memo encendió la velita puesta en el pastelito y Lionel lo miró con aquellos ojitos brillosos y enamorados.

—Ahora cierra los ojos y pide un deseo.

—No tengo nada más que pedir Guille, te tengo a vos, a Mateo, a mis amigos... Tengo un hogar.

—Sí, sí, lo sé, pero así lo marca la sagrada tradición. — bromeó. —Ándale, pide un deseo. — Lionel cedió ante la insistencia de Ochoa y cerró los ojos.

"Deseo que Memito y Mateo se queden a mi lado toda la vida... Y también ser delantero en la selección de argentina."— sonrió por esto último y sopló la vela.

—Mordida, mordida. — mencionó Memo mientras aplaudía.

Dió una mordida al panquesito y el resto lo entregó a Guillermo.

—Vení. — tomó a Ochoa de la mano para atraerlo hacia él.

—Si yo fuera tú ni lo intentaba, te voy a chingar esas piernotas que te cargas y ya ni pa' jugar fut. — a Messi le importó poco aquello y aún así jaló a Memo hacia su regazo para sentarlo suavemente sobre él.

—Vos no te preocupés por eso, me sirve de ejercicio. — frotó cuidadosamente su nariz con la de Memo antes de dar un casto beso en sus labios.

Ambas manos puestas sobre el vientre de Memo, todo estaba bien... Los tres estaban juntos.

Y sólo tres semanas después llegó el cumpleaños de Guillermo, una pequeña reunión íntima entre sus mejores amigos y por supuesto Mateo.

— ¡Feliz cumpleaños querido Memo, feliz cumpleaños a tí!— Javi sonó una vez más el espanta suegras y Miguel se lo quitó para sisear.

—Perdón amor.

—Uh que te gobierna tu ruco. — contestó Vela de manera burlona.

—Vete a la verga, a mí nada más me gobierna mi poderosísima UNAM.

—Eres un pinche guarro. — negó Guardado con disgusto.

—Ya acepta que eres un mandilón amor ¿Qué tiene?— Layún rodeo el cuello de Chicha y dejó un beso sobre su cabeza que hizo a Hernández cerrar los ojos.

—Pinches jotos todos wey, me dan asco. — interrumpió Memo el momento.

—Exclamó el panzón. — se burló Giovanni.

—Sí, sí, chinga tu madre.

—Ya mejor pide un deseo, sóplale a tus velitas y cállate un rato. — Ochoa rodó los ojos ante lo dicho por Andrés.

"Desearía que Leo pudiera estar en este momento con nosotros, o sea sí, pero también quiero ser un portero bien chingón, paro."— apretó de a poco los ojos y sopló suavemente.

𝘏𝘢𝘴𝘵𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘵𝘦 𝘤𝘰𝘯𝘰𝘤í ||𝘔𝘦𝘴𝘴𝘪 𝘹 𝘖𝘤𝘩𝘰𝘢|| (Editada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora