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Al despertar sintió un dolor inusual aquejando su cuerpo, era algo que definitivamente no había sentido nunca; acompañado de un ligero dolor en las caderas.
Pudo divisar al castaño dándole la espalda a la cama, con la mirada puesta en absolutamente nada.
— ¿Lio?— preguntó parpadeando un poco mientras cuidadosamente se sentaba en la cama.
—Despertaste. — respondió con seriedad mientras se sentaba al borde de la cama cerca de él. — ¿Cómo te sentís?— preguntó pasando con calidez el dorso de su mano por la mejilla de Ochoa.
—Estoy bien, sólo algo adolorido... Pero todo bien. — Lionel medio sonrió y se acercó a dejar un pequeño beso sobre la frente del rizado.
—Tus amigos aún duermen en la planta baja.
—Deben estar pedísimos. — respondió con una sonrisa.
—Yo siento que la cabeza me va a explotar, pero de eso, nada más. — comentó haciendo reír un poco a Ochoa. —Tengo que irme. — soltó levantándose de la cama. —Mis padres deben estar preocupados y no sé si recordás pero trabajo.
—Lo entiendo. — Messi asintió en repuesta, pero antes de salir, se giró dudoso a mirar de nueva cuenta a Memo.
—Sólo una cosa más... ¿Vos podés guardar el secreto?— preguntó temeroso mientras observaba al más alto. —Sería vergonzoso que los demás se enteraran y eso...
—Ah... Sí, no te preocupes, nadie tiene por qué enterarse de esto, será sólo entre tú y yo.
—Gracias Guille y... Te veo luego. — con algo de prisa y sin mirar atrás, Messi recogió un par de cosas sobre el buró para salir de la habitación, cerrando con cuidado la puerta.
Luego de algunos minutos para tomar conciencia sobre lo que había pasado entre él y el argentino, se vistió y bajó a la sala; encontrándose con un montón de gente casi toda dormida.
—Andrés. — movió al chico de cabello alborotado recostado boca abajo en el sillón. —Ya tenemos que irnos.
—No estés chingando. — murmuró adormilado para voltear hacia otro lado.
— ¿Qué te piensas curar la cruda en casa de este wey? No mames ya vamos.
—Qué bien chingas Memo, ni porque te dieron tu acomodada de tripas dejas de molestar.
—Eres un marrano. — su amigo soltó una pequeña risa contra el sillón antes de estirarse. —Además no sé de qué hablas.
—Ajá sí wey, y curiosamente te me desapareces a media fiesta y no vuelvo a ver al checito, por favor si no nací ayer.
—Sólo salimos a hablar.
— ¿Y estaban hablando mientras te tenía con una almohada metida en la boca?
—Ya cállate mamón, no fue así.
—Está bien, te creo, pero ya cállate y déjame dormir. — murmuró abrazando el cojín del sillón para acurrucarse en él.
A pesar de que Guardado no lo estuviera viendo, Memo le mentó la madre para después girarse y encaminarse a la cocina; encontrándose en ésta a Carlos luciendo más muerto que vivo mientras tomaba agua.
—Creí que ya te habías ido. — dijo Ochoa tomando un vaso de vidrio para servirse un poco de agua también.
Vela negó.
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𝘏𝘢𝘴𝘵𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘵𝘦 𝘤𝘰𝘯𝘰𝘤í ||𝘔𝘦𝘴𝘴𝘪 𝘹 𝘖𝘤𝘩𝘰𝘢|| (Editada)
أدب الهواة𝘎𝘶𝘪𝘭𝘭𝘦𝘳𝘮𝘰 𝘖𝘤𝘩𝘰𝘢 𝘦𝘴𝘵𝘶𝘥𝘪𝘢𝘯𝘵𝘦 𝘦𝘯 𝘭𝘢 𝘌𝘕𝘗 6 𝘺 𝘱𝘰𝘳𝘵𝘦𝘳𝘰 𝘥𝘦𝘭 𝘦𝘲𝘶𝘪𝘱𝘰 𝘥𝘦 𝘧ú𝘵𝘣𝘰𝘭 𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘦𝘴𝘤𝘶𝘦𝘭𝘢 𝘤𝘰𝘯𝘰𝘤𝘦 𝘢 𝘓𝘪𝘰𝘯𝘦𝘭 𝘔𝘦𝘴𝘴𝘪, 𝘶𝘯 𝘦𝘴𝘵𝘶𝘥𝘪𝘢𝘯𝘵𝘦 𝘢𝘳𝘨𝘦𝘯𝘵𝘪𝘯𝘰 𝘯𝘶𝘦𝘷𝘰 𝘦...