Aceptado

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En las afueras de la casa.

Milo se mantenía columpiandose en un columpio improvisado que su padre le había hecho de niños.

Milo: ¿cuándo fue que cambió así la vida? - pensó para después suspirar. Escuchó pasos a su espalda, cuando se volteó pudo ver a su hermana que sonriendo preguntó.

Saori: ¿y ahora que paso? - preguntó.

Milo: ¿tú que crees? - preguntó mientras hacía un poco de espacio mientras dejaba que la menor se sentará a su lado.

Saori: deberían hacer un poco más de esfuerzo para no pelear ¿sabes? - preguntó ella.

Milo: intentó, pero él no ayuda.

Saori: bueno deberías mantenerte tranquilo tú, sabes que él disgusto no va a llevarte a ningún lado.

Milo: Ya lo sé... pero tampoco no me lo deja fácil, por cierto... ¿y que paso con tú novio?

Saori: nada que reportar ambos estamos muy bien no te preocupes.

Milo: claro.

Saori: ¿quieres ir por un helado?

Milo: ¿no crees que mamá se va a enojar?

Saori: si no se entera no va a pasar nada - dijo sonriendo haciendo reír al mayor.

Milo: a veces pienso que soy una mala influencia para ti - dijo mientras la otra negó.

Saori: eso nunca - respondió rápidamente.

Milo: bien... vamonos antes de que nos busquen algo para hacer - dijo, entonces ambos se fueron sin ser vistos por los mayores.

Tiempo después.

Con Camus, Hyoga y Isaac.

Después de completar su rutina de ejercicio, llegaron a casa, se fueron directo a sus habitaciones y se dieron una ducha, para después más relajados ir hasta la cocina para poder comer algo.

Camus: estuvo muy bien la carrerá, ¿no lo creen? - preguntó a sus hermanos.

Hyoga: Si, si, si... - dijo rápidamente.

Isaac: ¿será posible que nuestros padres aún no se hayan despertado? - preguntó confundido.

Camus: probablemente - respondió simple.

Hyoga: por cierto, ¿Camus crees que las personas que viven en esa casa se moleste si alguien toma una manzana? - preguntó.

Camus: no lo se... puede que si o puede que no - dijo simple.

Hyoga: Hm...

Isaac: no te preocupes Hyoga, algún día Papá y mamá nos permitirán plantar uno así en el patio de la casa.

Hyoga: sería muy interesante...

Camus: hm...

Isaac: ¿Que pasa Camus?

Camus: ¿ese es un compañero del instituto? - preguntó haciendo referencia al peliceleste que corría.

Isaac: ¿es amigo tuyo?

Camus: creo que si... - dijo sorprendido mientras veía al peliceleste correr, después de el aparecieron dos peliazules - ¿de acuerdo? - dijo confundido, pero decidió no darle mucha importancia.

Y así paso su día haciendo algunas actividades junto a su familia y después se ponía a hacer su tarea y así se le fue su fin de semana.

Día lunes...

8:30 AM.

Ansioso iba de camino a la club de inclusión, hoy sabria el dichosos resultado de su prueba, que la verdad no sabía cuál había sido y eso era lo que lo tenía nervioso. Se volteó y pudo ver a Milo quien estaba siendo hostigado por Afrodita para que participara en su dichosa obra.

Afrodita: Milo por favor... eres mi única esperanza - pidió sonriendo mientras caminaba de espaldas para ver de frente a Milo.

Milo: ya dije que no. Mi papá no me lo va a permitir - dijo serio mientras Saori veía todo con bastante curiosidad.

Afrodita: hay vamos por favor... Saori, convencelo por favor - pidió.

Saori: veré que puedo hacer, pero realmente está enojado por como lo perseguiste el sábado por toda la calle, papá nos reprendió por causar alboroto todo el fin de semana - dijo sonriendo de forma nerviosa.

Afrodita: hay vamos no fue para tanto...

Milo: gritaste por favor se mi novia de cuento a los cuatro vientos frente a todos los vecinos - dijo fastidiado mientras le daba la mochila a su hermana para que entrará a su salón, la menor la tomó y antes de irse dejó un beso en la mejilla del mayor para después despedirse con la mano del peliceleste y entrar a su salón.

Afrodita: perdón...

Milo: déjame pensarlo, estoy un poco escaso de tiempo ahora - dijo cansado.

Afrodita: eso es un si, gracias... te espero en el club de teatro a la hora de recreó - dijo feliz para después irse. Milo solo suspiró cansado.

Todo esto siendo observado por Camus, lo vio recomponer su postura para después seguir caminando, esta vez en dirección hasta él.

Milo: buenos días Camus... - saludo una vez estuvo cerca.

Camus: buenos días Milo, ¿como estuvo tú fin de semana? - preguntó sonriendo.

Milo: hay... todo fue un completo desastre - dijo cansado - por como pudiste ver, Afrodita se la pasó siguiendome y mi papá me regaño por llevar locos a la casa - dijo cansado. Camus por su parte no pudo evitar reír, así que era a Milo a quien Afrodita seguía el sábado.

Y sin más se fueron juntos a sus respectivos salones.

Continuará...

El club de los incomprendidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora