Muerte

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En el instituto.

Narra Camus.

Después de acabar el dichoso ensayos de esta mañana salimos a comer algo, curiosamente Milo se me había desaparecido de vista hace unos segundos, así que preocupado comencé a ver si lo encontraba por alguna parte.
Pero no fue así, que extraño por lo general era yo quien me alejaba de Milo y no al revés.

Camus: ¿a dónde fuiste? - pregunté mientras veía hacia todos lados.

Seguí buscando, hasta que algo cayó de forma brusca del segundo nivel al suelo, escuché algunas alumnas gritar y después todos comenzaron a acercarse, yo por mi parte curioso también me acerqué. Pero al ver... mi rostro cambió a uno de terror al ver a Surt entre una gran posa de sangre.

Xx: ¿Que fue lo que paso?

Xx: al parecer se cayó del la azotea del colegio.

Xx: o lo empujaron...

Xx: ¿pero quien seria capaz de tal cosa?

Eso era lo que escuchaba de los demás alumnos, el instituto era demasiado grande, pero... ¿que alguien lo allá empujado? , me negaba a creerlo, es que no podía ser... ¿quien seria tan malvado para hacer algo así? No pasó mucho tiempo cuando los profesores llegaron alejando a todos mientras otros llamaban a una ambulancia, a lo lejos vi a Milo quien venía llegando y al ver el alboroto preguntó.

Milo: ¿Que sucede? - preguntó al estar en frente mío.

Camus: Surt se calló desde la azotea según dicen algunos - le respondí mientras lo vi ver hacia la escena.

Milo: o - fue lo único que dijo.

Camus: ¿Cómo que o? , esto es terrible Milo.

Milo: lo se Camus, pero tú dime, ¿lograre hacer algo alterandome? - preguntó de forma sería mientras me veía.

Camus: claro que no pero... podrías ser un poco más empático con la situación.

Milo: ¿un poco empático? Bien... oh... pobre Surt, ¿pero que fue lo que los llevo a esto? - dijo dramáticamente para después verme - ¿te gusto?

Por mi parte solo suspiré, Milo pareció tomar esto a mal porque volvió a retomar su camino y por más que lo llame no me hizo caso iba a seguirlo. Pero la campana de clases sonó por lo cual me tocó dejarlo así, las clases trataron de ir lo más normal posible, a pesar del accidente. Pero esta situación preocupó a los profesores, porque llegaron a creer que Surt había intentado suicidarse por lo cual y como método de prevenir nos pidieron a los dos grupos de tercero trabajar en una exposición y el tema era sobre la depresión. Rápidamente formamos equipos y por tal de arreglar la situación decidí hacerlo con Milo. Pero el no me hablo en todo el tiempo que estuvimos juntos. Es más... me ignoro en todo lo que le dije, realmente se había enojado.

Mientras tanto.

Con Mystoria.

Él peliceleste entraba con algunas rosas, se fue a la cocina y tomó un jarrón lo lleno de agua y le puso las flores.

Mystoria: se ven divinas - afirmó sonriendo, escuchó que tocaron la puerta y así que pensando que había sido su hermano fue a abrir - ¿ahora que fue lo que olvidas... te. - se quedo sorprendido al ver a un peliverde - hola señor, ¿le puedo ayudar en algo? - preguntó.

Dégel: eh... lo siento, ¿tú eres Mystoria no es así? - preguntó.

Mystoria: así es... pero por favor pasa adelanté. Oh te sorprenderá ver como son de chismosos mis vecinos - dijo sonriendo mientras le pidió entrar.

El peliverde así lo hizo, Mystoria le pidió sentarse y tomar asiento en lo que él iba a preparar un poco de té para su visita, aunque tenía una gran curiosidad de saber ¿quien era esta persona? ¿y a que venía? Aprovechando que su esposo había estado ausente estos últimos tres días.

Con Écarlate.

Écarlate por su parte, no sabía que decir ante lo que se le estaba revelando. Lo creía, porque había visto parte de lo dicho en su sueños, pero si esto se le estaba diciendo, quería decir que el rey del mundo perdido estaba apunto de salir.

Écarlate: realmente estás loco ¿lo sabias? Ese hombre no te quiere, ¿por qué seguir insistiendo en algo que no quiere pasar Zaphiri? - preguntó.

Zaphiri: a... ¿Donde esta el papá hijo? Bueno no importa, respondiendo a tu pregunta realmente no lo se, simplemente no quiero darme por vencido. Algo me dice que todo esto funcionará.

Écarlate: entonces, me veo en la obligación de preguntar... ¿alguien más sabe de esto? - preguntó.

Zaphiri: nop, tú eres el único hijo.

Écarlate: ¿Que fue lo que le hiciste a Milo cuando vino aquí?

Zaphiri: nada, solo quería verlo. Tenía un siglo de no hacerlo, ¿me dirás que esta prohibido?

Écarlate: me refiero a la marca que tiene en su cuello. No quiero que lo vuelvas a involucrar en esto, gracias a que no recuerda es que el a podido llevar una vida feliz aquí. No quiero que vuelva a cometer las mismas estupideces que antes, ya no quiero ver a Mystoria llorar por esto.

Zaphiri: y así será Écarlate, Milo y Mystoria están completamente afuera de esto lo juro - prometió el con su mano derecha a la altura de su hombro. Mientras detrás de su espalda los dedos de su mano izquierda estaban cruzados.

Volviendo con Milo.

Milo era llevado de la mano de Saori, quien por su parte estaba contenta de saber que sus amigos irían a su casa, detrás de ellos: Mü, Aioria, Shaka y Camus, los tres primeros venían hablando mientras que Camus veía de forma sería a Milo, el cual de vez en cuando lo volteaba a ver y con la misma regresaba su vista al frente, Camus suspiró para después ver con sorpresa como Saori lo estaba viendo, la chica hizo un camino con su dedo y así se dio cuenta de que estaba viendo de esa forma a Milo a lo que Camus rápidamente volteo la mirada y la chica río.

Saori: Oye Milo.

Milo: Si...

Saori: ¿me podrías hacer un favor?

Milo: mande...

Saori: podrías ir a la librería por estas cosas, es que no quiero caminar - pidió ella mientras le daba una pequeña lista y después el dinero, Milo lo tomó para después darle las dos mochilas y desviarse esto lo aprovecho la otra para acercarse a Camus - ¿por qué no lo acompañas? , se ve que quieres hablarle.

Camus: claro que no. Estas equivocada. ¿De que querría hablarle?

Saori: o disculparte con él pues...

Camus: claro que no - dijo para después ver la cara molesta de la menor.

Saori: ve a disculparte ahora Camus - dijo seria, haciendo que el mayor temblará y después se fuera a hacer lo pedido, la chica sonrió mientras los demás la veían de forma asustada.

Continuará...

El club de los incomprendidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora