Razón

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En la oficina del director.

Milo esperaba pacientemente afuera de la oficina del director, sabía que había estado mal todo el alboroto que había hecho, pero ¿por qué no le decían algo a Aiacos? , él fue quien fue a hacer un desastre en su zona, suspiro cansado para después sentir como alguien se fue a sentar a su lado, cuando pudo ver el quien se encontraba a su lado era Camus por lo cual no sabia como reaccionar.

Camus: lamento mucho lo que pasó hoy en el club Milo. Todo es culpa mía, Mü me pidió cuidar pero... no le hice caso - se disculpó él.

Milo: n-no, no es tú culpa Camus tranquilo - dijo tartamudeando, se maldijo por eso.

Camus: ¿tus padres son los que están adentro? - preguntó.

Milo: hm si - respondió con la cabeza baja.

Camus: tranquilo, si es necesario yo hablaré por ti - dijo él.

Milo: muchas gracias Camus, pero es mi responsabilidad... yo soy él presidente del club, así que tengo que hacerme responsable de mis actos fue muy impulsivo de mi parte actuar así... además que tenía que tener más cuidado con el club, estaré bien no te preocupes por mi - dijo él.

Camus: hm... esta bien, oye me alegra que hayas vuelto al colegio, me hacías mucha falta - dijo él haciendo que el menor se sonrojara y bajara la cabeza - ¿estas bien? - preguntó preocupado.

Milo: lo siento, es que me pongo muy nervioso a tú lado - respondió haciendo sonrojar a Camus.

Camus: Milo... nunca había sido tan sincero con tus palabras - dijo el ahora nervioso.

Milo: ¿puedo decirte algo? - preguntó.

Camus: claro.

Milo: me gustas - respondió simplemente para después ver al mayor verlo con un enorme rubor en sus mejillas, pero su semblante cambió a uno serio para después ponerse de pie y verlo molesto.

Camus: no deberías decir cosas como esas tan a la ligera Milo. Puedes jugar con los sentimientos de la gente de una forma cruel - le dijo indignado para después irse de ahí molesto.

Milo lejos de enojarse por aquello solo río por lo bajo, mientras veía al otro irse, sonrió de una forma muy poco inusual en su persona para después susurrar.

Milo: hay Cam... la verdad en cien años no haz cambiado nada, sigues siendo el mismo chico nervioso de siempre, con esa actitud nadie creería que realmente no mereces ser llamado un caballero en la cama - dijo sonriendo.

Poco tiempo después de eso salio Mystoria de la oficina del director, seguidamente de él salió Écarlate, el cual no se veía nada contento con los resultados, Shion salió detrás de ellos y le pidió a Milo retirarse con sus padres y Milo sin más así lo hizo.

Veinte minutos después.

Mystoria se mantenía en la cocina, mientras pensaba seriamente si subir a la habitación de Milo o no, sabía que Écarlate le estaba regañando por lo de hoy sabía que era necesario pero... tampoco quería que lastimara a su hijo.

Mystoria: Milo... - susurro preocupado.

Con Milo y Écarlate.

Écarlate: Milo... necesito que me digas que fue lo que exactamente hicieron contigo allá esta semana ¿Entiendes? - preguntó preocupado mientras lo tomaba por los hombros.

Milo: no fue nada tranquilo - dijo sin querer verlo a los ojos.

Écarlate: Milo por favor se que no e sido el mejor papá del mundo contigo, pero esto es serio, yo se que clase de maldades le hacen a los jóvenes ahí.

Milo: si sabes que hacen ahí... ¿por qué me preguntas?

Écarlate: Milo por favor - pidió.

Milo por su parte solo movió un poco su cuello, Écarlate puso atención a esa zona donde pudo ver una marca, una de una flor por lo cual Écarlate solo se quedó en silencio.

Milo: no entendí nada al principio, hasta que al pasar de los días comencé a ver una serie de cosas sin sentido. Pero nada significativo tranquilo - dijo mientras sonrió.

Écarlate: ¿te lastimaron? - preguntó.

Milo: - negó -

Écarlate: ¿seguro? - preguntó.

Milo: si... - dijo a lo que Écarlate suavemente lo soltó, para después suavemente aprisionarlo en sus brazos, Milo se sorprendió por aquello, por la simple razón de que su padre no había tenido esas muestras de afecto con él desde que era un niño.

Écarlate: Perdóname por no haber podido hacer algo al respecto - fue lo que le susurro al oído.

Milo: eh... tranquilo, tranquilo... no me a sucedido nada serio lo juro - se apresuró a decir.

Écarlate: pero en primer lugar jamás debí haberte involucrado en esto Milo - dijo para después separarlo de él - pero eso se acabó, desde hoy dejarás de involucrarte en estos problemas - le dijo haciendo a Milo sonreír.

Milo: esta bien, no te preocupes - dijo él - pero ¿no me dirás nada por lo de hoy? - preguntó.

Écarlate: no... te conozco y estoy seguro de que no harías algo así sin motivo, así que supongo que ese muchacho se lo busco - dijo él a lo que Milo sonrió - necesito que me hagas un favor - dijo a lo que Milo lo vio confundido.

Milo: ¿de que se trata? - preguntó.

Écarlate: necesito que tú y tú hermana se vayan por dos horas al parque el día de mañana - le dijo.

Milo: muy bien ¿que planeas hacer ahora? - preguntó.

Écarlate: arreglar las cosas con tu madre, eso es todo - dijo mientras Milo lo vio sorprendido.

Milo: ¿Que vas a hacer papá? - preguntó.

Écarlate: ya te lo e dicho, arreglar las cosas con tú mami pequeño eso es todo - dijo él mientras Milo no veía esto muy seguro.

En la casa de Dégel.

Él peli verde por su parte sentía algo confuso no haber visto a Écarlate hace una semana, por lo cual decidió preguntar a Izo, que era él único que seguía con ellos.

Dégel: ¿Hola?

Izo: ¿joven Dégel? ¿Que sucede? - preguntó.

Dégel: no es nada, solo que tengo una duda acerca de su compañero - dijo él.

Izo: ¿de Écarlate? - preguntó mientras lo veía.

Dégel: Si... no lo e visto desde hace una semana, ¿podría decirme que paso? - preguntó.

Izo: renunció al caso, dijo que no quería estar involucrado más, así que se le asigno otro lugar de trabajo - respondió él - pero no se preocupe, otro compañero esta en camino - dijo sonriendo.

Dégel: eso me alivia, gracias por su respuesta - agradeció para después irse de ahí, mientras Izo solo sonrió al ver que sus sospechas eran posibles, entre esos dos había algo.

Dégel por su parte suspiro tranquilo, ahora que Écarlate se había ido no había nada de que preocuparse, ¿verdad? Y con eso en mente regreso a su habitación con su esposo.

Continuará...

El club de los incomprendidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora