Capítulo 11

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Se fue acercando a el poco a poco, como si creyese que no era real que estuviese allí ante ella. Habían pasado seis años sin verse. Seis años pensando en el.
Tess extendió la mano cuando le tuvo a medio metro de ella y la llevo hasta su rostro. Tocó su mejilla, suave, estába recién afeitado, fue subiendo hasta llegar al inicio de su cicatriz. La mano de Aemond se posó sobre la de ella deteniendo el avance, y fue ahí cuando por fin se miraron a los ojos. Tess le suplico con la mirada que no la impidiese seguir. Aemond suspiro y la dejo hacer, cerró los ojos y sintió el recorrido de la suave mano de ella. Cómo pasaba por su cicatriz, sobre el parche y seguía sobre su ceja hasta acabar la marca. Volvió a bajar de nuevo y termino de bajar la mano hasta posarla en su mecho en donde latía su corazón con fuerza y rapidez, como el de ella.
- No me puedo creer que seas tú.
Aemond abrió de nuevo su ojo y la miro. Puso su mano sobra la de Tess que seguía descansando en su pecho.
- Yo tampoco.
Levantó su otra mano y acaricio la suave mejilla de Tess. Era tan suave como la más exquisita seda. La joven cerro los ojos y sonrió.
- Te has convertido en una joven preciosa.
La sonrisa de Tess se amplió. Siempre había querido ser bella y hermosa para el. Amaba a Aemond desde siempre, pero nunca se lo había dicho. Al realizar su promesa siempre se dijo que habría tiempo para el amor, que mientras el fue fiel a su palabra lo demás llegaría.
- ¿Que haces aquí?- preguntó ella.
Aemond la siguió acariciando sin soltarla. No la miro a los ojos, se sentía avergonzado por lo que iba a decir, pero a ella no la mentiría jamás.
- Hace años que vengo aquí. La primera vez fue después de...- las palabras murieron en sus labios. Tess asintió entendiendo a cuando se referia- Cogí a Vhagar y viajamos en dirección Rocadragon, pero nunca llegue allí. Quería decirte que confiaba en ti, que la promesa que hicimos se cumpliria, no importa si nuestras familias estaban enfrentadas, pero no pude seguir. Te vi tan herida ese día que tuve miedo de que me rechazaras. Así que decidi que volvería en unos días y me volvió a ocurrir lo mismo- Tess le miró triste. Si que estuvo dolida, pero jamás le rechazaria- y así han pasado los años queriendo ir, pero con el tiempo supe que no había excusa. Estaba convencido de que tú decepción hacia mi se habría convertido en odio alimentado por los negros.
- Aemond- le corto Tess incapaz de seguir escuchandole- Jamás te he odiado- Aemond suspiro- Escúchame. Jamás podria llegar a odiarte. Siempre te hubiese abierto los brazos para venir a verme. No he dejado de pensar en ti todo este tiempo. Tal vez la culpa es mía- el joven la miro sorprendido- tal vez tendría que haber sido yo la que tendría que haber ido a donde ti y explicarte...
Aemond la callo de la única forma que se le ocurrió en ese momento, pero que jamás se le había ocurrido llegar a hacer.
La beso. Agarro su rostro y la besó. Espero el rechazo, espero un tortazo, un grito, una mirada de pánico al separarse, pero no llegó nada. Lo que vio al abrir los ojos fueron lágrimas que le rompieron su alma negra. Tess se tiro a sus brazos y lo beso ella esta vez. Tampoco hubo rechazo. Aemond la agarro de su cintura y la atrajo hacia el intentando sentirla más, apretándose más a ella y queriendo sentirla más. Su olor a brisa y mar era embriagadora y le exitaron aún más de lo que ya estaba. Un gemido salió de sus labios cuando su miembro rozo la entrepierna de ella. Ambos se separaron con la respiración agitada.
- Por los dioses- dijo Aemond sin soltarla.
- Yo...- No sabía que decir. Jamás había besado a nadie y mucho menos se había sentido de esa forma, tan húmeda y caliente- Nunca...
- Lo se, yo tampoco- Tess le miró un poco duditativa. A su edad estaba segura que Aegon le había enseñado los placeres entre un hombre y una mujer. Tenía un buen maestro- Nunca, Tess. Jamás.
- Seguro que Aegon te ha presentado a alguna muchacha- Tess se separó un poco dolida y le dio la espalda, aunque no tenía derecho. No eran nada. Aún.
- Cuando digo que nunca, es nunca- Se acercó a ella, se pegó por detras y la abrazo la cintura apretándola a el. A su gran miembro que se notaba por debajo de sus ropas. Era largo y duro y palpitaba en sus nalgas- Es la primera vez que esto está así. Es la primera vez que beso a alguien y que me siento así. Estaba claro que solo podía ser contigo...
- Aemond...- dejo caer la cabeza en su pecho.
- Ahora que he vuelto a verte no pienso soltarte, Tess. Llevo esperando seis años. Nuestra promesa debe cumplirse- Tess se giró y se puso frente a el- Una vez me lo preguntaste tu a mi, ahora lo hago yo ¿ Te casaras conmigo? ¿Por encima de todo y de todos, serás mi esposa?
Tess sonrió. Se acercó de nuevo y le dio un suave beso en los labios.
- Si, me casare contigo.

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