Capítulo 23

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Las ganas de matar a Vaemond estaban creciendo a pasos agigantados. La respiración de Aemond era agitada intentado calmar su sed de sangre ¿ Quién era ese hombre si quiera en mirarla? Clavo un poco más la espada en su garganta y vio salir una gota de sangre a la vez que escuchaba un quejido. Sonrió.
- ¡Aemond! - grito la reina.
- ¿Que crees que estás haciendo, muchacho?- pregunto a duras penas ser Vaemond.
- Aemond, no tienes nada que ver en todo este asunto, por favor, suelta el cuchillo- intento Alicent hacerle entrar en razón.
- ¿Que no tengo nada que decir?- apretó más el brazo sobre el cuello de ser Vaemond haciéndolo volver a gemir de dolor- ¡Soy es el que más tiene que decir! - grito furioso.
- Aemond- Viserys llamo la atencio de su hijo- Suéltalo.
Aemond miro a su padre. Nunca habían sido cercanos, jamás se había preocupado tanto por ellos como por Rhaenyra y aún así le respetaba como al que más. Soltó de un empujon a ser Vaemond haciéndolo trastabillar, pero sin llegar a caerse.
Tess se abrió paso entre sus padres y corrió hacia Aemond. Este se giro hacia ella y la abrazo. Todo el mundo quedó mudo en la estancia, solo miraba a la joven pareja abrazada como si lo hiciesen todos los días.
- No te preocupes, no dejaré que te toque un solo pelo- le susurró.
- Lo se. No tengo miedo. Se defenderme- Aemond sonrió.
- Lo se bien, pequeña.
Daemon se acercó y aparto a Tess del abrazo de Aemond de un tirón y la coloco tras el. Ambos hombres se miraron fijamente. Daemon miraba a su sobrino con ojos desorbitados. Habia llegado el momento de contar la verdad.
- ¿Puedes explicar que quieres decir?
Aemond miro a su padre y de seguido miro a Tess. Esta se revolvió y se soltó del brazo de Daemon. Ambos se juntaron y se agarraron de las manos, vio como ella asentía y supo lo que tenía que hacer. Daemon quiso volver a acercase a su hija, pero Rhaenyra le agarro del brazo intentando frenarle para que no volviese a por Tess y les dejase hablar. Alicent estaba con los ojos como platos sorprendida por su hijo ¿Porque salía Aemond en defensa de Tess? Sabía que siempre habían tenido una relación muy unida y aunque nunca lo acepto tampoco se interpuso entre ellos, pensó que al marchase Rhaenyra con sus hijos de Marcaderiva se acabaría esa relación. Pero no fue así.
- Tess es mi esposa. Nos casamos hace unos meses.
- ¿¡Cómo!?
Fue un caos. Tess y Aemond se juntaron aun más al ver saltar a todo el mundo hacia ellos. Viserys se levantó de su asiento y comenzó a bajar las escaleras, Alicent agarro el brazo libre de su hijo pidiéndome explicaciones junto a lord Otto, Aegon estaba riéndose a carcajadas en el mismo sitio en el que ha la estado durante toda la reunión junto su hermana-esposa Healena, Daemon estaba de pronto paralizado, Rhaenyra corrió hacia Tess junto a sus hijos pidiendo también explicaciones. Todo era un caos.
La respiración de Tess comenzó a agitarse, se estaba poniendo muy nerviosa. No quería dar explicaciones a nadie de igual manera que no quería esconder más su relación con Aemond. Noto como su cuerpo comenzaba a calentarse, todo el mundo los miraba, los señalaba, querían respuestas y tal era la saturación de Tess que de pronto sintió que iba a explotar. Aemond noto un cambio en su mujer, dejo de prestar atención a su familia y la miro preocupado. De su cuerpo salía un calor que no era normal.
- ¡¡SILENCIO!!
El grito rebotó en toda la sala con una ola de aire caliento que hizo retumbar las paredes del salon. Todo quedó en silencio. Un inmenso rugido de fuera hizo que varias personas gritasen asustados. Draghar se asomó por una de las ventanas, tan inmenso era el dragón que solo vieron un ojo azul mirar fijamente a su compañera. El dragon estaba completamente unido a Tess y había sentido su angustia. Quería ayudarla.
- Tess... - Aemond agarro la cara de Tess entre sus manos.
La joven miro a su alrededor y vio a Draghar asomado gruñendo.
- Estoy bien, Draghar.
La enorme bestia lanzó un quejido, estaba segura de que le hubiese gustado comer a alguna que otra persona.
Tess se giro y miro a su familia. Sus padres y hermanos estaban preocupados mirándola, al otro lado estaba Alicent y Viserys alterados. Con un suspiro miro a todos.
- Os contaremos todo tranquilamente, pero por favor, no hagáis preguntas hasta que terminemos de hablar.

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