Tess sonreía como una tonta enamoradiza. Volvió a casa después de despedirse de Aemond, habían prometido verse cada quince días en esa isla para no atraer sospechas. Contaba los días para volver a estar con el.
Dejo a Dragar en la playa y comenzó su vuelta a sus aposentos. Aún tenía que lidiar con lo que había ocurrido por la mañana con su madre.
- Tess.
Al girarse encontró a Daemon sentado en una gran roca.
- ¿Podemos hablar un momento?
Al parecer tendría que enfrentarse a él antes que a su madre. Se olvidó de todo lo que había vivido por la tarde para volver al mundo real donde sus problemas la aguardaban. Se acercó a Daemon y se sentó junto a el, mirando hacia la mar.
- Quiero pedirte perdón.
- ¿Por mentirme?
- Por no decirte la verdad.
Tess y Daemon se miraron. La realidad es que no le disgustaba saber que era hija de Daemon, le dolía que Leanor la hubiese tratado como a su verdadera hija sabiendo que era hija de otro hombre. Le dolía las lejanas muestras de cariño por parte de Daemon que sabía que era su hija y tener que ocultarlo.
- Entiendo que madre y tu tuvisteis que ocultarlo.
- Éramos muy jóvenes. Sobre todo tu madre - río Daemon- siempre estuvo ahí para mí, siempre me entendió cuando Viserys no lo hacía, nadie lo hacía. Solo ella. Siempre la he considerado una mujer excepcional.
- ¿Y Laena?
- Ella... Era de otra forma.
Tess miro el perfil de su padre. Padre. Sólo había habido una persona a la que había llamado así toda su vida y se le haría duro tener que llamar padre a Daemon.
- Intenté alejarme de ella, pero era inevitable, siempre volvía a ella hasta que no pudimos aguantar nuestros deseos...
- Creo que deberías ahorrarte esa parte, Daemon- le corto inmediatamente. No quería conocer los placeres de su madre. Daemon río.
- Lo que quiero decirte es que yo siempre he amado a tu madre y que tuvimos que separarnos por qué estar juntos no era lo que se esperaba de nosotros.
Entendía lo que quería decir. Ella misma quería a Aemond, sus familias estaban enfrentadas y no aceptarían su unión, pero una cosa tenia clara y es que no iba a permitir que lo que se esperaba de ellos, por el beneficio de otros, les separase. Nunca. Y sabía que Aemond tampoco lo permitiría. Lo sentía por Rhaenira y Daemon que no aceptaron su amor por culpa del trono, pero ella no quería el trono y lo había dejado claro en varias ocasiones, aunque su madre se negaba a aceptarlo.
- Aun me cuesta pensar que Leanor no es mi padre.
- Es lógico. El te crío- Daemon sonrió con tristeza.
- Lo siento.
- ¿Porque?
- Parece que te ha costado.
- Al principio me hizo muy feliz. Luego entendí que yo no iba a estar ahí. Tu madre ya se había casado, era imposible que nadie supiese que eras mi hija. Las cosas tenían que ser así. Me marche y me casé con Laena. Sabía que Leanor sería un buen padre y que estaríais en buenas manos. Y más importante que nada es lo que se esperaba de ambos.
- Bueno, tu siempre has hecho lo que has querido- río Tess.
- Casi siemrpe- río Daemon.
- Quería hablar con madre y pedirla disculpas. No quería herir sus sentimientos.
- También herimos los tuyos, Tess. A veces, cuando estamos dolidos o furiosos hacemos o decimos cosas de las que más tarde nos arrepentimos. Somos una familia ahora. Podemos hablar y entendernos. Podemos perdonarnos ¿Puedes perdonarme?
Daemon era sincero. Sus palabras se lo demostraban a Tess. La quería a ella y amaba a su madre y a sus hermanos aunque no fuesen sus propios hijos. Se habían amado durante mucho tiempo y por fin estaban juntos. No podía reprocharles nada cuando sabía que todo había sido por su bien.
Con una sonrisa asintió y abrazo a Daemon. Se sintió calida y protegida en sus brazos. Era su padre. Se sentía feliz.
Subió las escaleras hasta llegar a los aposentos de su madre. Al abrir la puerta encontró a Rhaenira con el rostro triste mirando hacia el fuego. En cuanto oyó las puertas se giro y se puso en pie el verla. Se acercó inmediatamente y quiso tocarla, pero dejo las manos en el aire por miedo a ser rechazada. Tess se las agarro y la abrazo.
- Lo siento. No quise herirte con mis palabras, madre.
- Perdoname a mi, mi pequeña, no tendría que haberte ocultado la verdad.
- Te quiero, madre.
- Yo también te quiero, mi pequeña princesa.
Esa noche Tess durmió con una gran calma y paz como hacia años que no sentía.
Soñó con Aemond. Soñó con una vida juntos. Pero primero tendrían que lidiar con aquellos que no querían su union.
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Corazón De Dragon
ФанфикUn joven marcado por una infancia oscura y una joven que ilumina su vida. Dos familia enfrentadas y un amor tan fuerte que será capaz de romper las barreras que les impiden estar juntos.