Capítulo 21

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Viserys sufría de una enfermedad que le había agotado sus fuerzas, por no hablar de que su cuerpo estaba lleno de terribles heridas. En cuestión de unos pocos años lo único que podía aliviar sus dolores era la leche de amapola, un potente sedante que te dejaba en cama en estado vegetal.
Vestía imponente, aún con el bastón con cabeza de dragón que llevaba, su melena plateada había dejado de ser brillante y cada vez tenía menos, pero su mirada, aún con su único ojo, mirando a todo el mundo mientras pasaba a su lado, seguía siendo el de un rey que hacía postear a sus pies a sus súbditos. Nadie era capaz de mirarle a la cara, no por pena si no por respeto. Viserys era el rey y lo había sido durante muchos años, había montado a unos de los dragones más fieros e imponentes del mundo, Balerion y aunque no había habido luchas ni guerras durante su reinado y no había probado ser un gran guerrero si que había mantenido la paz durante todos esos años. Un buen rey es lo que hacía, mantener unido y en paz su territorio.
Tess vio como su abuelo subía con dificultad las escaleras, la gente quiso ayudar, pero él se negó en rotundo. Podía hacerlo, pero le estaba costando muchísimo. Tropezó y medio callo sobre los escalones y su corona callo junto a el. Nadie decía nada, solo una persona recogió la corona y se coloco junto al rey.
- ¡He dicho que no necesito ayuda!
Viserys levantó la vista y se encontró a Daemon junto a el. Su hermano seguía siendo fiel a su rey, su sangre...
- Vamos- le animo- te quedan tres escalones.
Agradecido el rey se levantó y subio los últimos escalones que quedaban y por fin sentado permitió que su hermano le colocase la corona para volver a su lugar, junto a su esposa e hijos.
- Debo admitir mi confusion- comenzó Viserys hablando con voz entrecortada por el esfuerzo-
-No logro entender porque se postulan aspirantes a una sucesión ya zanjada. De todos los presentes si hay alguien que conozca bien los deseos de lord Corlys es la princesa Rhenys.
Todos los presentes se giraron hacia ella.
- Así es, majestad- camino hasta colocarse frente al rey-
Siempre fue su voluntad que Marcadeiva pasase de ser Leanor a su hijo legítimo Lucerys Velaryon. Jamás cambio de parecer y apoyo su decisión.
Los presentes susurraban. Los planes de la reino, lord Otto y ser Vaemond no estaban yendo por el camino que querían y se notaba en sus caras la tensión, pero Tess seguía oliendo se algo más.
- Es más - siguió hablandl la princesa- la princesa Rhaenyra me ha trasladado su deseo de desposar a Jace y Luke con las nietas de lord Corlys: Baela y Rhaena. Una propuesta que acepto de bu
en grado.
- Entonces asunto zanjado- finalizó Viserys- Así pues ratificó que el príncipe Lucerys de la casa Velaryon como heredero al trono de Marcaderiva y como próximo señor de las mareas.
- Bulnerasteis la ley y una tradición centenaria para nombras a vuestra hija y osais decirme quién merece portar el apellido Velaryon. No. No pienso permitirlo.
- ¿Permitirlo? Creo que habéis olvidado vuestro lugar, Veamond, pero sere misericordioso esta vez ya que nuestras familias siguen y seguirán están unidas.
- Tal vez... Haya algo que podáis ofrecerme que se ajuste a los deseos que os he pedido y por los motivos que estoy aquí.
- ¿Que es, pues? Decidlo y se sopesara vuestro deseo.
Ser Vaemond se giro hacia Tess y esta se puso pálida. Los ojos victoriosos de ese hombre estaban sobre ella triunfantes y por fin entendió que es lo que quería, más que Marcaderiva. Tess comenzó a tener náuseas, su respiración se agito y miro a Aemond que no apartaba la mirada de Veamond. La miro y vio la furia en sus ojos, sabía lo que Veamond quería.
La quería a ella.
- Solicito la mano de la princesa Tess en matrimonio.
La sala se volvió un caos. Rhaenyra se puso delante de Tess, como si de esa forma pudiese protegerla de esas palabras, Daemon intento sacar su espada, pero Jace y Luke lo detuvieron. Aemond camino entre la gente hasta acercase lo más que pudo a ella, incluso el rey se puso en pie sorprendido.
- Solicito desposarme con la princesa.

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