_15 Volvió el genio_

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   Finalmente era el día, ya habían pasado las dos semanas que debían pasar para el regreso de Stanford. La primer semana los gemelos de la familia Pines se la dedicaron a Billy, pues debían vigilarlo y demás para asegurarse de que no fuera una amenaza. En la que le siguió se encargaron de organizar todo, al mismo tiempo que Mabel decidió tener al rubio como una amistad, más que un compañero del momento.

   Esa semana había sido difícil para la joven, no solo por los preparativos y los reiterados y fallidos intentos por su parte para formalizar una relación amistosa con el moreno, solo para conseguir que Billy no le diera respuestas monosílabas. Si no por el hecho de que su dolor de cabeza se había vuelto molesto, a veces solo parecía que había estado por horas escuchando música a todo volumen, y otras veces parecía como si alguien le jalara el pelo, no muy fuerte, pero lo suficiente como para que duela más que el estar aturdido.

   No le había dicho a su hermano, ni a nadie en realidad, pues había sobrevivido con algunos remedios para el dolor, quizá se había enfermado por tanto salir al bosque hasta altas horas de la noche.

   Dipper por su parte había comenzado a intentar acercarse al rubio, pues había visto que no era una amenaza por el momento. Siempre y cuando no hiriera a su hermana, o a cualquiera en Gravity Falls no habría problema en tratar de interactuar un poco con el moreno. El problema estaba en que el rubio evitaba tener una conversación de más de un minuto con el castaño, pues a pesar de los intentos de Dipper Billy aún recordaba las múltiples amenazas recibidas.

   Ahora, yendo con el rubio, este había estado ansioso toda la semana. El seis dedos iba a regresar, y él sabía que eso no traería más que problemas. ¿Cómo diablos iba a engañar a alguien con quién literalmente estuvo conectado?

   No era como con los gemelos, cuando se conocieron eran unos niños, y estaban conociéndose a ellos mismos como para centrarse en conocer a alguien más lo suficiente como para reconocerlo en la actualidad.

   Quizá habían sospechado que él estaba relacionado con… pues él. Pero Bill sabía que Stanford lo primero que pensaría era que Billy era Bill. ¿Cómo podía evitar eso?

   Realmente el pino tenía razón. A veces la vida termina siendo más complicada de lo que uno cree.

   Lo mejor de todo ese asunto era que, además de preocuparse de su propia supervivencia, también debía ayudar a la familia Pines con los últimos detalles para la bienvenida del seis dedos.

   «Solo falta que apenas llegue me mate» pensó él para luego ponerse pálido por la idea, preocupando a la castaña junto a él.

   –Billy, ¿estás bien? – No estaba de humor como para que alguien más esté mal físicamente en esos momentos, Stan le había pedido ayuda con la música, y realmente había empeorado su dolor de cabeza.

   –Sí, solo necesito sentarme un momento. – Apenas se sentó en la silla más cercana, recibió un vaso de agua por parte del castaño. – ¿Veneno? – Bromeó el rubio.

   –Agua, solo agua. – Respondió molesto el muchacho. Le costaba mucho el entablar una conversación normal con el mayor, y también le enojaba que Billy siempre respondiera con chistes de este tipo. Sabía que habían comenzado con el pie izquierdo, pero no podía ser tan difícil evitar ese tipo de comentarios en al menos una de sus charlas.

   –Muchas gracias. – Terminó por decir Billy antes de tomar el baso y beber un largo trago. – A veces me sorprende lo mucho que ayudan estas cosas. – Dijo al notar que se sentía mejor luego de tomar un poco de agua fría.

   Lo único que recibió fue un leve asentimiento por parte de Dipper, y una sonrisa por parte de Mabel. Ambos hermanos habían aprendido a soportar al rubio, ya habían sido dos semanas de convivir con él, día a día, y la siguiente serían tres, casi un mes. Si se ponían a pensar en como comenzó todo, se avergonzaban de muchas cosas.

_Nuevo comienzo_ BilldipDonde viven las historias. Descúbrelo ahora