_8 Visita al pueblo_

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   Dipper aún seguía extrañado por la actitud de Billy, era alguien que veía las cosas como si no tuvieran importancia, como si todo el mundo existiera solo para que él lo habitara. Era alguien altanero y narcisista, lo cual solo terminó en hacer que su percepción de él empeorara.

   Cómo si no fuera suficiente, su ignorancia acerca de todo aquello que lo rodeaba resultaba irritante. Pero si algo le resultaba gracioso, gracias a ese aspecto de su persona, era que todo le sorprendía. Era como si nunca hubiera visto el mundo… Como si no hubiera estado en contacto con este en mucho tiempo.

   No sabía como ponerse la ropa, como si nunca la hubiera usado, su ignorancia sobre el cuerpo humano también era increíble, lo supo en cuanto Billy le preguntó acerca de sus… atributos. Era como si ni siquiera fuera o hubiera sido un humano antes de aparecer de la nada.

   Quizá lo estaba sobre pensando, pero teniendo en cuenta todo eso, no tenía ninguna razón para confiar en él.

   –Voy a salir, espero no les moleste.– Dijo Bill antes de recibir una mirada asesina por parte de Dipper, quién rápidamente cortó su paso a la puerta. – ¿Y ahora qué? – Fue la única respuesta del rubio, quien ya estaba harto de la hostilidad del menor.

   –No tengo razones para confiar en que no vas a hacer nada malo si te dejamos salir, ¿Qué te hace pensar que podés irte así de fácil? Ni siquiera vos sabés algo acerca de tu persona, y querés “salir a pasear”.

   El ambiente se había vuelto tenso, tanto que Mabel sintió la necesidad de intervenir. Tomó el brazo de Billy y lo jaló hacia ella, causando que el moreno soltara un quejido, pues la castaña no había sido delicada en lo absoluto.

   –De hecho, quería hablarte sobre algo Dip. Estuve charlando con el tío Stan, y aceptó que Billy y yo tengamos una salida, para conocernos mejor y saber más sobre el otro. – El castaño abrió los ojos tanto como pudo, y miró a su tío abuelo en busca de una respuesta. Confiaba en que él sabría si era seguro o no, pero no esperaba que en verdad permitiera eso tan rápido.

   –Es broma, ¿no?

   –Sé que la idea no es de tu agrado, pero aún así creo que es bueno, tanto para él como para Mabel. Él necesita aprender sobre la sociedad, si no será un problema más adelante, y ustedes vinieron a despejarse. No veo nada de malo en que Mabel salga a pasear con un “amigo en potencia” – Respondió Stanley.

   Antes de que Dipper pudiera decir algo más, y ante el permiso de Stan, Mabel se llevó a rastras a Bill, saliendo así de la cabaña para ir al pueblo. El rubio no sabía que pensar, por un lado no entendía porque la muchacha era tan confiada con el mundo, y por el otro no comprendía cómo hizo para convencer al viejo. Lo único que lo molestaba era el hecho de tener que salir acompañado, pues su idea había sido únicamente explorar y pensar en estrategias de supervivencia, e ideas para su venganza.

   «¿Cómo terminé con esta cotorra andante?» Fue lo primero que pensó cuando salieron por la puerta.

   –Perdón por eso, no es su intención tratarte como si fueras un delincuente. Solo que es desconfiado. –Dijo la mayor de los Pines cuando estuvieron relativamente lejos de la cabaña. – Ya verás que con el tiempo serán buenos amigos, ¡realmente espero que así sea! Tú necesitas amigos, y él también. Sería ideal.

   Aquel comentario le causó tanto curiosidad como desagrado, no entendía porque el pino necesitaba amigos, y menos el porqué él debía ser uno de ellos. Prefería ser un perro callejero antes que su amigo.

   Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando finalmente llegaron al pueblo y, nuevamente, fue llevado a rastras por la muchacha hacia un café.

   –Pedí lo que quieras, yo invito… aunque no creo que puedas pagar de igual forma. – Fue lo que dijo una vez sentó a Billy en una mesa cerca de la ventana. Siempre había querido invitar ella la comida, pero sus amigos nunca le dejaban hacerlo. Debía ser algo bueno el no tener que gastar su dinero en algo que ni siquiera era para ella, pero eso le hacía sentir como si fuera una niña. – Yo voy a ordenar unos panqueques, realmente extrañaba los que hacen aquí. Ahora que el tío Stan me paga los turnos en la cabaña puedo darme algunos “lujos” – Exclamó con una gran sonrisa.

_Nuevo comienzo_ BilldipDonde viven las historias. Descúbrelo ahora