_19 Amigos_

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   Los extraños y espontáneos acercamientos de Billy hacia los gemelos, especialmente Dipper, se habían hecho frecuentes y rutinarios en la última semana, tanto que al moreno se le había hecho costumbre, y su incomodidad y vergüenza ante estas actitudes recientemente adquiridas se habían desvanecido poco a poco.

   Había pasado oficialmente un mes desde la llegada del rubio, y ambos gemelos se habían acostumbrado a sus extravagantes actitudes.

   Si a alguien había que culpar por esto era a Mabel, pues era el modelo a seguir del mayor en cuanto a lo social se refiere, cosa que ambos gemelos, e incluso Stanley había notado, pero que Stanford se negaba a aceptar. ¿En serio su dulce sobrina era un modelo a seguir para alguien potencialmente peligroso? La respuesta era sí. Ni siquiera Bill negó ese hecho cuando la misma castaña se lo preguntó a modo de broma.

   –Te lo dije. – Fue lo único que había dicho su hermano cuando la muchacha quedó en blanco ante la confirmación de Billy.

   Los tres se habían hecho cercanos, y a pesar de las constantes mentiras del demonio, él mismo no podía negar que los jóvenes se habían convertido en lo mejor de su rutina, luego de las comidas, desde que se convirtió en humano.

   No les había tomado cariño como tal, pero sí se habían vuelto algo importante para el moreno.

   Dipper finalmente sentía la seguridad de bajar la guardia, el joven con el que compartía su cuarto no parecía el mismo que cuando llegó. Era más maduro, por decirlo de alguna manera. Ya podía vestirse sin ayuda, y Mabel se había encargado de enseñarle distintas cosas para el día a día, como organizar su parte del cuarto y, recientemente, también le estaba enseñando el arte culinario. Sus conversaciones también eran más fluidas, y su forma de hablar ya no era tan brusca. Mabel se había encargado de ese detalle, pues si había algo que odiaba era que la gente fuera así al conversar.

   Stanford por su parte seguía manteniendo su negativa opinión sobre Billy, observando todo lo que hacía en busca de cualquier error o actitud que le diera alguna señal sobre las verdaderas intenciones del muchacho.

   Bill se había visto en la obligación de actuar mucho más amable, realmente deseaba seguir vivo hasta ver la caída de los gemelos, confiaba en que volvería a ser un demonio si eso sucedía. Si en verdad resultaba así, podría deshacerse de todas las extrañas emociones que le habían estado abrumando a lo largo de todo ese mes. El hambre, el miedo, la dependencia e incluso el aburrimiento le sacaban de quicio, el simple hecho de pensar que los gemelos eran de lo mejor en su vida de humano le repudiaba, pero nada podía hacer.

   El humano era un ser social, eso era lo que había escuchado repetidas veces. Era un ser que necesitaba relacionarse, y en el que las emociones eran de lo más complejo.

   Stanley por su parte había aceptado al rubio, pues su personalidad se había vuelto más llevadera, se había convertido en alguien mucho más sociable. El hecho de que trabajara en la tienda ayudando a sus sobrinos era algo que influía mucho en su opinión al respecto, y había algo más que también le hacía pensar en el joven como un miembro más de la familia.

   El viejo sentía una bella conexión entre Mabel y Billy, tanto que el imaginar que sean pareja en un futuro no le molestaba en lo absoluto. Recordaba que Mabel era alguien enamoradiza, y que por mucho tiempo había buscado una relación estable. Quizá el joven era la persona que ella tanto había buscado, y en caso de un posible noviazgo, el joven de rubia cabellera tenía su aprobación.

   Tristemente para él, el vínculo que ellos dos tenían era uno más parecido al que tiene una madre con su hijo. La castaña había adoptado, en cierto modo, al moreno. A pesar de que él parecía tener su misma edad, o uno o dos años más que ella, la joven sentía que era su guía. Tanto en la forma de actuar que él adaptaba de su persona, hasta el hecho de que era ella quien le había enseñado la gran mayoría de cosas que él hacía hasta el momento.

   Regresando con Dipper y Billy, el último sentía que había avanzado mucho con su relación, y solo para confirmar, decidió hacer la gran pregunta.

   –Oye, Dip. – Dijo llamando la atención del menor. – ¿Qué somos exactamente? Me refiero si somos roomies, compañeros, conocidos. No sé si me explico bien. – Evitó la palabra “amigos” con la intención de obtener una respuesta sincera. Si quería hacer las cosas bien, no debía influir en las respuestas del menor, necesitaba saber su nivel de confianza.

   –Es una pregunta algo… extraña. – Estaba acostumbrado a no tener que dar explicaciones, con el tiempo supuso que la relación entre las personas se definía por sí sola una vez la gente crecía lo suficiente. Si lo pensaba, sonaba extraño. – Supongo que somos amigos.

   Al menor de sorprendió la sonrisa que se formó en el rostro del moreno. Parecía estar realmente satisfecho con la respuesta, lo cual en cierto modo tranquilizó al joven.

   Ahora que lo pensaba, tenía un deja vu. ¿Porqué? No lo recordaba en ese momento.

   –Si ese es el caso, ¡entonces debemos celebrar! – Exclamó Billy saltando sobre el castaño, colocando uno de sus brazos sobre los hombros del muchacho. Esas muestras espontáneas ya no le incomodaban tanto, en cierto modo se parecía a Mabel, después de todo el adoptó esas actitudes de ella.

   –¿A qué te referís? – Realmente no entendía la razón de la celebración que el rubio había mencionado.

   –Pues es obvio, que somos formalmente amigos. – “Amigos”. Aún no se sentía cómodo con esa palabra. El chico que estaba abrazando en esos momentos lo había condenado a ser un prisionero en su propio cuerpo, la castaña a la cual usaba de guía en todo lo que hacía había sido cómplice de eso también. Todos en aquella casa lo habían sido. ¿Realmente debía ser amigo de todos ellos para sobrevivir?

   A Dipper se le iluminaron los ojos, su rostro tomó vida. ¿Realmente ser su amigo era motivo de celebración? No creía posible que Billy fuera el que hiciera ese gesto, no al menos el que había conocido en el bosque. ¿Realmente era cierto?

   De nuevo llegaron recuerdos a su cabeza. Ya recordaba el porqué de su deja vu. Había sido apenas el año pasado, cuando comenzó a hablar con un compañero de su clase. Nunca se había sentido cómodo con él, realmente no le tenía confianza, pero luego de ser aislado por tanto tiempo creyó que realmente era una buena persona, incluso Mabel llegó a pensarlo.

   Todo se fue a la mierda cuando decidió preguntarle lo mismo que Billy hace unos momentos: “¿Qué somos exactamente?”

   La reacción del chico fue una risa burlona y una mirada llena de asco.

   “No puedo creerlo, realmente los rumores son ciertos. Te enamoras de cualquier chico que te dé un poco de atención “ Esa fue su respuesta.

   Dipper no sabía si reír o llorar, ¿realmente creía que alguien como él era su tipo?

   ¿Realmente creía que él era así de fácil?

   Fue Mabel quién lo confrontó esa misma semana apenas el castaño le contó lo sucedido, incluso le dio un puñetazo cuando el muchacho dijo que no pelearía con una mujer. Ella se aprovechó de su falsa caballerosidad, lo cuál divirtió a Dipper.

   Aún a pesar de eso, los rumores se expandieron por toda la escuela, lo llamaron de mil formas. “Chico fácil “, “regalado”, e incluso le dijeron “zorra” un par de veces. ¿Realmente la gente podía ser así de estúpida?

   Al final del día eso no importaba, ahora quería centrarse en el momento que estaba pasando con su “amigo oficial”. Alguien realmente estaba disfrutando el estar con él, realmente lo estaban tratando de igual a igual, sin insultos ni peleas.

   Mabel vio toda la escena tras la puerta, y pensó exactamente lo mismo que su hermano.

   “Parece que mí hermanito por fin consiguió un buen amigo”, fue lo que pasó por su cabeza antes de dejarlos solos. Llevaba un juego de mesa para que los tres jugaran, pero ese momento era de su hermano, y no quería arruinarlo.

   Que triste que Bill estuviera manipulando al muchacho para mantenerse a salvo, ¿había al menos una pequeña posibilidad de que no fuera así al cien por ciento?

   Ni siquiera él mismo sabía la respuesta.

_Nuevo comienzo_ BilldipDonde viven las historias. Descúbrelo ahora