𝖵𝗎𝖾𝗅𝗍𝖺 𝖺𝗅 𝗂𝗇𝗂𝖼𝗂𝗈

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-Harry, levántate.-- Ron movió de lado a lado a su amigo.
-¿No puedo faltar hoy?
-No, es el examen de pociones.
-Bien... Espérame abajo, ya voy.-- El pelirojo hizo caso y bajó junto a Hermione, que se estaba arreglando la corbata.
-¿Va a venir?
-Si, dice que ya baja.
Esperaron durante 10 interminables minutos a que su amigo bajara, ya era hora del desayuno y morían de hambre.

-Dios... Harry, te ves terrible.-- Exclamó la chica apenas divisó al pelinegro frente a ella.
Sus ojos estaban hinchazos y su mirada se veía apagada y caída, su cabello estaba desarreglado y tenía mal puesta la corbata.
-Ven aquí...-- La chica se acercó y acomodó bien el uniforme y cabello de su mejor amigo.
-¿Qué sucedió?-- Ron preguntó preocupado.
-Nada, ya les dije, solo estoy cansado.
Los dos amigos cruzaron miradas sin creer las palabras del ojigris, pero no querían tocar el tema si Harry se rehusaba a hablar.
-De acuerdo, vamos al comedor si?

Se sentaron y Ron sacó una fruta, Hermione se sirvió un poco de jugo y tomó de este, aunque los dos tenían la vista fija en el pelinegro.
-¿No vas a comer nada?
-No, no tengo hambre...-- Sentía una especie de nudo en el estómago que impedía dejar pasar la comida, ni siquiera el agua.
Sentía una mirada constante sobre él y podía apostar que sabía de quien era.
-Y bien... Qué tal estuvieron las tutorías ayer?
-Estuvieron bien.-- Asintió suavemente y otra vez se quedó en silencio mirando la mesa, Hermione y Ron se dieron una mirada y se rindieron.
-Hay que ir a clases, no quiero llegar tarde a la de Mcgonagall otra vez.
Luego de desayunar de pusieron en marcha hacia la sala de la profesora, se sentaron en sus respectivos asientos y esperaron a que llegara el resto de estudiantes

 

-Señor Harry

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-Señor Harry.-- Llamó la profesora mientras tocaba su escritorio, el alumno despertó y se recompuso rápidamente. --Mis clases no son para dormir, le recomiendo que en vez de estar despierto a media noche haciendo cualquier cosa, descanse para que esto no le pase en otras clases.
La mayor se alejó y siguió dando la clase. No entendía, había dormido casi todo el día anterior y durante la noche, pero seguía demasiado cansado.
Por fin llegó la hora de pociones.
  -Potter, concéntrese.-- Regañó el profesor.
-Si, lo siento...
-Vamos a empezar con el examen. Potter, ya que está tan interesado en la clase, pase en frente, será el primero.-- El mas joven se posicionó frente a la clase y empezó cuando Snape le indicó.
Mientras hacía la poción toda la habitación estaba en silencio. Intentaba concentrarse, pero las lágrimas querían salir en el momento menos indicado, ¿Qué diablos le pasaba?

-Ya está...
El profesor apartó al joven y revisó la poción.
-Bien, Potter... Supongo que las tutorías sirvieron de algo. Vuelva a su lugar.
Sus amigos lo felicitaron por haber obtenido una buena nota, entonces, ahora ya no necesitaba las tutorías, ¿verdad?
-Granger, usted es la siguiente.
La chica pasó en frente y, como era de esperarse, obtuvo todo bien.
En la hora de almuerzo intentó reirse e ignorar el ardor que estaba en su pecho cada vez que sus ojos llegaba a cruzarse con los verdes del otro.

-Vas a ir a tutoría?
-No lo sé... Creo que ya no lo necesito.
-¿De qué hablas?-- la castaña lo miró intrigada.
-No iré más a las tutorías.
-Pero y entonces el plan se arruinará.-- Excusó Ron.
-Da igual el plan... Ya debo irme, nos vemos en un rato.-- Desapareció del campo de vista de los dos chicos, quienes quedaron desconcertados en su lugar.

-- Desapareció del campo de vista de los dos chicos, quienes quedaron desconcertados en su lugar

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-Harry, al fin llegas.-- Dijo el rubio con una sonrisa.
-Si...
-Bien, ¿empezamos?
-De hecho, quería hablar sobre eso...
Draco lo miró intrigado.
-¿Qué pasa?
-No creo que necesite más las clases.
-Pero... Se supone que Snape dijo que debía darte tutorías por dos semanas, aún falta.
-Si, pero hoy viste que saqué buena nota.
El ojiverde iba a hablar cuando la mirada caída de Harry se cruzó con la suya, haciéndolo callar inmediatamente.

-Le diré al profesor Snape que yo fui quien ya no quiso las clases, agradezco tu ayuda y tu tiempo, pero ya no es necesario.-- Harry estuvo apunto de salir cuando la mano de Draco lo retuvo. Su mirada se veía desconcertada al igual que la expresión en su cara, y Harry lo entendía.

-Pero yo... Aún no creo que estés listo para dejar las tutorías.
-Deja de insistir. Acéptalo, tampoco es que tú hayas tenido muchas ganas de estar conmigo, así que te estoy haciendo un favor. De ahora en adelante volveremos a lo normal, ya no tenemos que forzarnos a llevarnos bien.
-¿Forzarnos? De qué mierda estás hablando?
-No te hagas el idiota, nunca quisiste ayudarme, solo lo hiciste porque Snape te obligó. Deja de comportarte como si quisieras ser mi amigo para luego alejarme y lastimarme, siempre haces lo mismo, y ayer dejaste bastante claro que tu no querías pasar tiempo conmigo, y no pasa nada, simplemente dejemos las cosas así, ya no me esforzaré en llevarme bien contigo, Malfoy, solo estoy desperdiciando mi tiempo.-- La voz de Harry se quebró y se soltó de manera brusca del agarre de Draco.

-Harry, por favor, espera, no era a lo que me refería.-- Lo tomó de los hombros y lo obligó a darse vuelta. Cuando miró las lágrimas en los ojos del contrario, por fin se había dado cuenta de sus acciones.
-¿Ah, no? Pues parecía que si lo tenías bastante claro. Aléjate de mí, Malfoy.-- Lo empujó y salió.

El portazo resonó en los oídos del rubio al igual que las palabras del joven que le daban vuelta una y otra vez como una canción interminable, una canción que odiaba.










𝖢𝗅𝗈𝗌𝖾𝗋 𝗍𝗈 𝖽𝖾𝗌𝗉𝖺𝗂𝗋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora