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—¿Es verdad?

Verás, Jackson tenía tantas opciones sobre cómo responder esa simple pregunta. Él podría decir la verdad y admitir sus verdaderas intenciones al comienzo del matrimonio, pero también podría intentar asegurarse de que entienda que todo no salió como estaba planeado, para que no tenga la impresión equivocada de que él todavía la estaba engañando.

O podría mentirle a la cara y negar todo lo que Miga había dicho. Eran meras acusaciones sin pruebas, excepto por rumores. ¿La difusión en las redes sociales? Fácilmente podría decir que Inna fabricó algo de eso para su pequeño acto de venganza. Además, ¿Nari no sabía ya de su relación con Eunbi? Esa parte no debería sorprendernos.

Pero el problema era que estaba disgustado consigo mismo de que hubiera incluso una segunda opción. Él no le prometió mentiras ni secretos, solo la cruda verdad. No hizo un esfuerzo por tratar de recuperar su confianza solo para que él la destruyera por completo en una noche.

Estaba claro, sin lugar a dudas, que estaba en jaque mate.

—Contéstame...—sus ojos brillaron al mirarlo, no de alegría sino de desesperación—. ¿Por qué no contestas mi pregunta?

Jackson estaba paralizado. No podía moverse y tenía los pies atascados en el suelo. No había mucho que pudiera hacer expecto sacudir frenéticamente la cabeza en negación.

—No es lo que piensas. ¿Me seguiste hasta aquí? Puedo explicarte todo si tú-...—

—Es sí o no. Eso es todo lo que necesito escuchar.—su voz se volvió estricta, pero era obvio en su semblante que estaba a punto de desmoronarse. Francamente, él también sentía lo mismo. Sus emociones se reflejaban entre sí como dos almas rotas con un solo corazón—. Te seguí hasta aquí porque has estado actuando raro desde que llegaste a casa. Ahora, por favor, contéstame. ¿Es verdad?

Sus dedos temblaron cuando una inexplicable fuerza de dolor logró excarvar un profundo agujero en su corazón. Aunque la rompió al hacer esto al borde de un desastre, su respuesta fue un asentimiento lento y honesto que terminó liberando la acumulación de lágrimas que se agolparon en sus ojos. Esas mismas lágrimas que abrieron un camino por la piel que cubría sus mejillas la hicieron sentir como si se estuviera ahogando en arenas movedizas. Era una mano vacía que intentaba en vano tomar a la otra.

—Nari, eso fue antes. Antes de que me diera cuenta de lo importante que eres para mí. Te amo más que a la vida misma y sé que es difícil de creer, pero he cambiado. Esa ya no es la razón por la que me casé contigo.

Fue Miga quien se acercó para jalar a Nari a sus brazos, manteniéndola alejada del amante que no hizo nada más que torturar su alma desinteresada.

—Nari, es malo que te estreses. Vamos adentro.

Ella no se movió ni un centímetro a pesar del esfuerzo de su hermana por arrastrarla. Todo lo que hizo fue mirar a los ojos de su esposo como un frasco vacío que anhela ser llenado.

—Lo sabía.—sonrió a través de las lágrimas que humedecían sus mejillas—. Sabía que eras demasiado bueno para ser verdad.

Por otro lado, Jackson apenas nadaba en un mar de dolor y su única boya para mantenerlo con vida era Nari.

—¿Sabes por qué anuncié el divorcio el día de la fusión?—continuó con su monólogo mientras reprimía un sollozo—. Porque quería saber si aún encontrarías una razón para aferrarte a mí, incluso si la fusión no se llevaba a cabo. Porque eso significa que no solo me usabas para los negocios y las intenciones subyacentes que tenías.—su pecho palpitaba—. Y te quedaste, me perseguiste, suplicaste de rodillas por mí, por eso pensé... No estaría de más volver a confiar en ti, pero luego esto-...—

MARRIAGE STORYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora