MARRIAGE STORY

9.

Una vez al mes, era obligatorio para Nari y su esposo visitar la mansión Wang y cenar en familia con sus suegros. Sabía que lo querían únicamente para comprobar si la relación entre ella y Jackson seguía intacta o si tenían algo de qué preocuparse.

Habían pasado seis meses, casi siete, desde que se casó con él y era normal que se preocuparan si las cosas no iban bien. Pero aparte de eso, deben haber sentido curiosidad por saber por qué los dos todavía no tenían hijos hasta ahora, cuando les dijeron que habían estado tratando continuamente de tener un bebé.

Bueno, no se les informó que todo el tema del bebé fue lo que esencialmente causó la angustia en el matrimonio roto. No se les informó que Jackson tenía una amante a la que amaba lo suficiente como para dejar a su esposa a un lado. No les informaron que el corazón de Nari estaba en su estado más frágil y que la acumulación de estrés por estar con él podría llevarla a su lecho de muerte.

No había nadie a quien culpar excepto al universo por permitir que su destino fuera de ésta manera. ¿Realmente se vió a sí misma como parte de la familia de su esposo después de todo lo que ha pasado? Si la agonía había sido insoportable seis meses después de su matrimonio, ¿cómo sería durante uno o dos años más?

La familia Wang debe haber notado lo reservada y silenciosa que estuvo Nari durante la cena, sin mirar ni una sola vez el rostro de su esposo mientras su suegro hablaba incesantemente de negocios y política. En algún momento, Nari se dió cuenta de que la madrastra de Jackson la miraba a ella y a Jackson como si pensara que definitivamente pelearon, y fue entonces cuando Nari dejó de ser aparentemente tibia. Una vez más, tenía que fingir ser la esposa libre de estrés que esperaban que fuera.

—Querida.—habló Nana en voz baja, limpiándose los labios con una servilleta frente a ella—. ¿No te gusta la comida?

Rápidamente, Nari arregló sus emociones.

—Por supuesto que sí. Me encanta, Nana.

Platos italianos, solicitados específicamente porque sabían que a Nari le gustaban.

—Lo siento, no me sentía bien antes de venir aquí.

—¿Serán náuseas matutinas?—sugirió la madrastra de Jackson con una sonrisa de complicidad.

Hablaba de embarazo, de nuevo.

Nari esperaba que Jackson reaccionara contra su madrastra con su antagonismo habitual, pero parecía que ser hostil con ella o con Seongmin no era su prioridad ésta noche. De hecho, cuando Nari lo miraba a la cara por primera vez desde que comenzó la cena, tenía una extraña mirada de cachorro en exhibición, como si fuera culpable de algo realmente grave. Técnicamente, tiene cierta responsabilidad por las cosas que hizo, pero no lo expondría.

Entonces, por el simple hecho de fingir, una risa incómoda se escapó de sus labios.

—No creo que esté embarazada todavía.

El padre de Jackson bajó el tenedor y tomó un sorbo de vino.

—Tuve un sueño de concepción.—reveló con entusiasmo—. Eso podría ser una señal de que pronto llegará un nieto.

En lugar de seguirle el juego, el rostro de Jackson se puso pálido. La repentina falta de color la confundió porque parecía que estaba entrando en pánico internamente. ¿Por qué razón? ¿Que el sueño de la concepción podría significar que estaba embarazada? Nari no había dejado de tomar su método anticonceptivo incluso si ya no tenía intimidad en la cama, por lo que él no tenía nada de qué preocuparse.

—Deja de presionarnos para tener un hijo.—murmuró Jackson en respuesta, con los ojos pegados en su plato y Nari tuvo la tentación de apretarle la mano, pero ésta vez se detuvo.