35.

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Nari creyó que todo lo que pasó anoche fue sólo un sueño.

Como se había acostumbrado a las constantes desilusiones y vicisitudes de su vida, compartir esa dicha doméstica con la persona que amaba había empezado a parecerse inalcanzable. Se había convertido en una fantasía inalcanzable, una ilusión colorida creada por su mente para ocultar la oscuridad real del dolor que la rodeaba.

Pero cuando abrió los ojos esa mañana, la familiar calidez del abrazo de Jackson dormido era la realidad que nunca vió venir. El constante subir y bajar de su pecho, la comodidad de sus brazos a su alrededor, todo parecía surrealista, como un sueño frágil al borde de la ruptura. Nari se preguntó si estaría bien quedarse aquí por ahora. Olvidarse del resto del maldito mundo y permanecer en sus brazos, mirando su rostro relajado y tranquilo, escuchando su lento y constante latido del corazón.

Cuando Jackson se despertó, Nari supo que su ensoñación había terminado. Pero él la estaba acercando peligrosamente, rodeándola con sus brazos y presionando sus labios contra su frente. Parecía que solo estaba medio despierto. Sus pestañas revolotearon levemente mientras Nari lo veía y lo escuchaba murmurar palabras incoherentes medio dormido. Palabras como: "Lo siento" y "Ryuna".

Esa fue su señal para alejarse de él. Con la culpa recorriendo su cuerpo, ella se sentó en la cama y cubrió su cuerpo desnudo con el edredón. Ryuna. Había abandonado por completo el pensamiento de Ryuna la noche anterior, y ahora estaba aquí en la cama con el "supuesto" hombre de ella. Por mucho que su corazón estuviera en éxtasis por los eventos de la noche anterior, la oscura y fría realidad era que se acostó con un hombre que no era suyo. Era un código que solía decirse a sí misma que nunca rompería, pero todo lo relacionado con Jackson Wang parecía llevarla a eso.

—Jackson... Jackson...—su voz sonó casi como una súplica mientras sacudía su brazo, la culpa la carcomía con cada minuto que pasaba—. Despierta, por favor.

Sus ojos se entreabrieron apenas mientras luchaba por abrir los ojos completamente, cegado por la luz del sol que brillaba a través de la ventana mientras estiraba los brazos y la miraba.

—¿Nari?—susurró suavemente, colocando una mano tiernamente sobre su espalda mientras se acercaba—. ¿Qué pasa?

Una ligera incredulidad cubrió la mirada de Nari.

—¿Crees que esto no está mal?

Jackson dejó escapar un suspiro de exasperación, echó la cabeza hacia atrás y se cubrió los ojos con una mano, como si los acontecimientos de la noche anterior se reprodujeran en su mente escena tras escena. Era evidente que estaba en un estado de confusión mental al pensar en la chica a la que acababa de serle infiel.

—No debería ser así.—murmuró—. Pero lo parece.

—Así que te arrepientes.—ella se rió de sus propias palabras, con dolor interno.

—No dije eso.—finalmente se incorporó y se sentó mientras la atraía hacia él—. Nari, si realmente pensáramos que lo de anoche estuvo mal, nos hubiéramos detenido después de la primera ronda.—sacudió la cabeza ante la ironía—. Mira, es mi culpa, ¿de acuerdo? Yo te puse en ésta situación.

—Y yo lo permití.—argumentó Nari—. Lo permití, Jackson. Me siento sucia. Yo no soy así.

Jackson contuvo la respiración y una expresión de vacilación se dibujó en su rostro cuando se dió cuenta de que no era solo un sueño suyo. Era la pura y cruda realidad de que había cometido un error que nunca podría deshacer. Mientras lo pensaba, se frotó los ojos y se sentó en la cama, apoyándose en la cabecera mientras evaluaba la situación. Luego, la miró y su expresión se suavizó mientras hablaba:

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⏰ Última actualización: Aug 20 ⏰

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