MARRIAGE STORY

2.

Nunca en su vida Nari sintió tanta emoción por salir del país. En innumerables ocasiones había viajado por todo el mundo con su familia y amigos, pero la idea de estar a solas con su esposo era una nueva experiencia que le trajo suaves cosquillas a su delicado corazón.

Luna de miel, lo llamaron.

Unas vacaciones románticas que los recién casados pasan juntos para celebrar las alegrías de su matrimonio. Nari siempre había soñado con pasar sus primeros días como esposa visitando un hermoso país con su esposo e Islandia fue sin duda el destino perfecto para su dulce escapada.

—¿Por qué Islandia?—ella se preguntó, el brazo rodeó a Jackson mientras los dos caminaban dentro de la suite de primera clase del avión.

Podía ver sus pestañas revoloteando lentamente detrás de sus oscuros lentes de sol. Estaba visiblemente todavía somnoliento después de haberse despertado a las 4 a.m. solo para tomar el vuelo. A pesar de su cabello desordenado, todavía se veía muy atractivo a sus ojos.

—Me gustó...—murmuró una repuesta rápida mientras encontraba su asiento designado—. Deberíamos haber volado en el jet privado.

Esas cosas mucho no le importaban a Nari, pero como esposa de un hombre de negocios influyente, sentía que era importante notar que Jackson prefería volar en privado que tomar vuelos comerciales incluso cuando estaba en primera clase:

—Podría haberle pedido a mi papá el jet.

—Tenemos nuestro propio jet.—cortó Jackson para aclarar—. Mi padre solo lo está usando durante el fin de semana.

Estar con Jackson era blanco y negro. Era claramente impredecible y se suponía que incluso los adivinos más precisos no serían capaces de interpretar a un hombre así con un estado de ánimo cambiante. La mayor parte del tiempo era de mal genio, pero había ocasiones en las que su hostilidad se convertía en indiferencia. El hecho de que incluso se esforzó por planificar un viaje con Nari fue una gran señal de que también estaba tratando de hacer que éste matrimonio funcionara. Que aunque no estaba enamorado de hacer todo esto con ella, estaba dispuesto a probar las aguas. ¿Por su bien? Probablemente no. Para el suyo, tal vez. O para la satisfacción de sus familias definitivamente.

—Bueno, estoy usando el suéter que me compraste.—mostró alegremente Nari el suéter de Chanel que le compró Jackson el otro día mientras ella se acomodaba en su espacioso asiento.

—Sí, como sea.

Por otro lado, ni una sola vez Jackson se molestó en mirar a Nari. Todo lo que hizo fue sacar su teléfono de su bolsillo, y escribir instantáneamente como si estuviera más interesado en quienquiera que estuviera enviando mensajes de texto que en mirar a su esposa.

Es de mañana y está de mal humor, Nari se dió una excusa en su cabeza antes de hundirse en su asiento con un suspiro.

La brisa de la mañana ofreció un aire más fresco dentro del avión cuando los asistentes de vuelo llevaron a más pasajeros a sus secciones. Mientras Nari miraba por la ventana, vió el rostro de Jackson en el reflejo y se dió cuenta de que la fuente del frío dentro del avión no era exactamente del clima de la mañana sino de su propio cónyuge. Independientemente, trató de no dejar que eso arruinara su estado de ánimo. Uno de los rasgos que ha heredado Nari de su madre fue su actitud optimista y despreocupada, pensando que siempre habría un arcoíris después de la tormenta porque creía que incluso las cosas más pequeñas merecen ser apreciadas. Entonces, incluso si Jackson era un poco difícil de tratar, él estaba aquí y eso era suficiente para ella.

Durante todo el vuelo, las conversaciones que tuvieron fueron casi mínimas porque Jackson estaba durmiendo o viendo películas. Nari, por su parte, decidió hojear las páginas de una revista de viajes que, casualmente, mostraba los mejores lugares turísticos de Islandia. Famosa por sus aguas termales, géiseres y volcanes activos, su corazón dió un vuelco al pensar en nadar en la Laguna Azul y contemplar la aurora boreal con su esposo.