8.

365 44 37
                                    

—Nari, ¿estás lista para los resultados?

Odiaba los hospitales. Odiaba el olor a antiséptico que flotaba en el aire, abarcando buena parte de los pasillos que nunca la dejaban escapar del alcohol que rondaba el establecimiento. Odiaba la fuerte iluminación fluorescente y los colores neutros que acentuaban la habitación austera con un entorno estéril y poco atractivo. Odiaba los sonidos disonantes de las máquinas, la cacofonía general del personal, el destello de gente vestida de blanco; todo en el hospital atraía su ansiedad reprimida.

El olfato era el peor de todos porque era omnipresente y desencadenaba los recuerdos no deseados, ni siquiera nostálgicos, de los que lleva años queriendo escapar.

Ha pasado una década desde que perdió a su madre. Un período de diez años en el que la vida no ha sido igual para ella, desde aislarse del mundo, aislar eventualmente a la gente, hasta perder la motivación para perseguir sus sueños, nunca pensó que la muerte de una persona podría acarrear tanta angustia en su corazón. Compartió los estertores de su madre cuando estaba entre la vida y la muerte, recordando cómo sus manos frágiles sostenían las suyas en sus últimos momentos, mirándola a la cara con un respirador cubriendo su boca. La vió morir ante sus ojos sabiendo que era la última persona que vió antes de partir de su cuerpo físico. Vió cómo la gente finalmente siguió adelante con sus vidas, solo una semana después de los ritos funerarios de su madre, como si fuera fácil olvidar a una persona que alguna vez existió para brindar alegría y consuelo a quienes la rodeaban. La muerte era inevitable y eso no era algo que pudiera negar porque la vida era un ciclo interminable de nacimiento y muerte. Sin embargo, incluso cuando la persona trasciende a la otra vida, lo que quedaría después de su muerte seria infligir dolor a los que quedaron atrás.

Y ese dolor fue verdaderamente del peor tipo.

—¿Nari?

Saliendo de su trance, se encontró con los profundos ojos del doctor con un suspiro reprimido.

—Sí, doctor.

En su mano tenía una copia de su electrocardiograma que entrecerró los ojos detrás de sus gruesos anteojos de montura.

—Según su ECG, parece que ha desarrollado lo que llamamos angina de pecho.—reveló cuidadosamente, evaluando su reacción mientras hablaba—. También nos referimos a ella como angina estable. ¿Está familiarizada con esto?

Su asentimiento fue vacilante pero a la vez triste. Debido al insoportable dolor en el pecho que ha tenido en Bora Bora, sospechaba que algo en su corazón ya no funcionaba bien y sabía que estaba destinada a ser destruida por otra noticia devastadora que no provenía del maltrato de su esposo ésta vez. Sus palabras y acciones fueron dolorosas, pero descubrir su enfermedad fue insoportable.

—¿Tengo una enfermedad cardíaca grave?—sus labios temblaron cuando preguntó. Su rostro, pálido. Sin ningún otro color que no sea blanco.

—Aún no pone en peligro la vida.—aclaró rápidamente como para consolarla de la ansiedad que se estaba acumulando en su interior—. Pero podría ser perjudicial si no cuida bien su corazón. En su caso, experimenta episodios de opresión, presión o ardor en el área del pecho porque el bloqueo en sus arterias impide que la sangre fluya a través de su corazón. Usted tiene un alto factor de riesgo de enfermedad de las arterias coronarias, por lo que tendré que recetarle medicamentos estrictos para prevenir eso.

Por mucho que la noticia le quitara la vida, su reacción inicial fue estar completamente insensible. Ya estaba adormecida por dentos después de todas las cosas por las que tuvo que pasar la semana pasada y aprender sobre su enfermedad fue la cereza del pastel. Estaba al borde de perder la cordura. Verdaderamente, ¿cómo puede ser tan cruel la vida? ¿Cómo podría el universo ofrecerle nada más que un tormento sin fín? Todo éste sufrimiento le hizo empezar a creer que podría haber sido una persona terrible en su vida pasada y que estaba pagando el precio en ésta vida.

MARRIAGE STORYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora