MARRIAGE STORY

24.

Seongmin no estaba realmente seguro de si extrañaba Seúl y los recuerdos que le traía. Desde el momento en que su avión aterrizó hasta que salió del aeropuerto, respiró el aire fresco y la nostalgia lo golpeó como un tornado destructivo sin previo aviso. Su madre, su padrastro, su hermanastro, Nana, Nari... ¿Cuánto había cambiado desde entonces? Él no era ajeno de eso, simplemente había enterrado sin querer todos esos recuerdos conmovedores durante su estadía en Estados Unidos porque estaba inclinado a enfocarse en sus estudios y obtener conocimientos de la educación incomparable que ofrecía Harvard. Hizo todo lo posible para mantener su promesa a Jackson de que estudiaría mucho y regresaría para ayudarlo con la compañía. Cuando Seongmin abandonó el país por primera vez, su hermanastro estaba luchando por las secuelas de su escándalo de infidelidad, que posteriormente llevó a la compañía Wang a un declive masivo hace tres años atrás.

Y aún más, Seongmin no esperaba que se reuniera con un hermano amnésico que acaba de perder una gran parte de la memoria debido a un accidente que ocurrió poco después de asistir a la boda de Mark Tuan.

Pero antes de que pudiera decir su granito de arena al respecto, su primer plan era visitar la prisión que encarcelaba a una mujer con la que compartía relaciones consanguíneas. No podía decir exactamente que la echaba de menos porque incluso el simple pensamiento de ella podía hacer que se le enfriara la sangre. Ella era responsable del trauma que había obtenido y era razonable que un joven como Seongmin quedara marcado emocionalmente por todos los horrores que había presenciado a causa de su madre. Ahora que estaba en las primeras etapas de la edad adulta, se volvió mucho más independiente y mentalmente lo suficientemente resistente como para no dejarse influir por la naturaleza manipuladora de su madre. Tenía que presentar una versión de sí mismo que ella no podía explotar para sus intereses personales.

Por lo tanto, aquí estaba ahora, enfrentando a Inna tres largos años después de que fuera enviada a la cárcel. Probablemente habría retrasado su visita una semana más si no fuera por su novia, quien lo convenció de que retrasar las cosas solo haría las cosas más difíciles. ¿Si no es ahora, cuándo? Esa fue la pregunta de Mina cuando pasaron su tiempo juntos anoche hablando sobre el posible resultado de estar cara a cara con su propia madre.

Inicialmente, Seongmin pensó que a su madre le daría un ataque de apoplejía al ver al mismo hijo que testificó en su contra en la corte. Pensó que su madre le gritaría, lo insultaría o incluso intentaría lastimarlo como solía hacer cuando Jackson estaba cerca de ella. Ya sea porque Seongmin era su hijo por sangre o simplemente logró algún nivel de crecimiento de carácter, fue bastante sorprendente ver que en realidad estaba emocionada detrás de la pantalla de vidrio que los separaba a los dos.

—Seongmin, hijo mío...—dijo ella, las lágrimas brotaban de sus ojos caídos mientras presionaba las manos esposadas contra el cristal, visiblemente desesperada por tocar a su hijo—. ¿Por qué me visitas ahora? ¿Por qué? ¿Me odias demasiado? Veo que has crecido, mi bebé.

Si no lo supiera, Seongmin habría creído que ésta mujer nunca cometió múltiples delitos. La desolación en su voz casi apretó su corazón mientras ella continuaba llorando, llorando por lo mucho que anhelaba verlo.

—¿Cómo estás, mamá?

Mucho había cambiado la mujer, demasiado. Tenía bolsas profundas debajo de sus ojos, tenía las mejillas hundidas que hacían que sus pómulos sobresalieran de una manera poco atractiva y tenía una piel apagada que era claramente un signo de su falta de higiene personal. A su madre siempre le había preocupado cómo se presentaba a los demás, hasta el punto de que se convirtió en la fuente de su codicia y narcisismo cuando experimentó la vida de la esposa de un multimillonario. Y debido a que fue despojada de ese privilegio, las cosas le habían ido cuesta abajo física y emocionalmente.