Capitulo 6

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Rhaenyra se despertó con energía renovada por la mañana, se ducho y arreglo con más cuidado del habitual. Quería convencerse que todo era para ella misma, pero en el fondo conocía quien la motivaba hacerlo. Una vez que termino de atar las trenzas, peino el resto de su cabello y salió de su habitación en busca de su tío. Bajo las escaleras con premura para encontrar a Daemon sentando en la encimera, tomando una taza de café. Su cabello estaba desordenado dándole un toque nuevo. Su tío seguía vistiendo con colores oscuros aun con el paso de los años. Tenía un aura que le atraía indudablemente, si alguien le preguntaba la razón ni siquiera ella misma sabría cual era, sencillamente le seducía sin remedio, aun cuando él no se percatara de ello.

"¿Tomaras algo más que no sea café?" pregunto caminando a su lado.

"Apenas estoy comenzando con mi dosis matutina" repuso, alzando la taza hacia su dirección.

"Pensé que era la única adicta a la cafeína. Aunque, te podría preparar algo de desayunar" ofreció mientras se lavaba las manos.

"Normalmente no desayuno tan temprano, es por ello que el servicio aún no está presente. No te preocupes por mí. Tienes que ir a la universidad, lo último que deseo es retrasarte.

"No me retrasaras, por si no te das cuenta me levante una hora más temprano de lo habitual"

"Sorpréndeme pequeño dragón" contesto con una gran sonrisa.

Rhaenyra inmediatamente le dio la espalda para ir hasta la gran alacena, no podía permitir que Daemon la viera roja como una granada solo por un comentario. Eligio los ingredientes con cuidado y para su total asombro logro hacer la comida sin prender fuego a toda la cocina. Puso el platillo frente a los inquisitivos ojos de Daemon y solo rezo que Laena no fuera una gran mentirosa al alagar su comida cada que se prestaba la ocasión.

Su tío silbo por lo bajo y se llevó una gran bocanada a la boca. Rezo a todos los dioses para que no la escupiera o le diera una intoxicación en el proceso.

"Vaya" dijo por fin limpiándose los labios con una servilleta "No esperaba que la pasta estuviera comestible con tan poco tiempo. Cada día me sorprendes más.

Rhaenyra sonrió y solo en ese momento se permitió comer, probo las albóndigas y para su gusto no eran del todo malas, la pasta era suave pero tampoco era digna de los restaurantes que su tio frecuentaba.

"Espero no haberte envenenado" repuso recogiendo el plato sin embargo, Daemon le sostuvo por la muñeca.

"Nunca debes de servirle a un hombre, ni siquiera a mi" indico, levantándose de su asiento para llevar los platos y cubiertos al lavavajillas"

"¿Qué pasa si quiero servirte?" repuso con astucia, mientras Daemon utilizaba la cafetera

"Te diría que lo pienses detenidamente" comento sentándose en la silla con un nuevo café entre sus manos. "Tengo planeado hacer una celebración para nombrarte oficialmente como la heredera de la empresa. Ninguna Targaryen se arrodilla ante nadie princesa"

"No esperaba que lo hicieras" confesó con una media sonrisa. Camino hasta su lado y Daemon le extendió la taza. Rhaenyra la tomo entre sus manos y le dio un gran sorbo, para su sorpresa sabía exactamente como años atrás él lo tomaba.

"Antes lo tomabas azucarado y no negro sin azúcar como ahora" le recordó bebiendo un sorbo.

"Solo le agregaba azúcar cuando sabia que me robarías un sorbo" admitió riendo "No deseaba asquearte si no inducirte al gusto"

"¡Me manipulaste!" grito con fingida indignación.

"Yo no lo llamaría de ese modo, fue una técnica de aprendizaje" confesó riendo, arrastrándola a su lado.

Peligrosa DebilidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora