Capitulo 16

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Daemon se encontraba desinfectando sus propias manos cuando creyó escuchar la voz de Rhaenyra. Inmediatamente negó con la cabeza consciente de lo obsesionado que estaba con ella.

El tiempo sin su Daria  transcurría con una lentitud dolorosa, pero no se comparaba al enfrentar una posible eternidad sin ella. Él era su protector y mientras existiera una mínima amenaza que atentara contra su vida no podría vivir en paz.

"¡Suéltame!"

Tan pronto y escuchó las palabras sintió las alarmas sonando en su cabeza. Podían ser alucinaciones o meras ideas pero sus instintos se adueñaron por completo de su cuerpo, haciéndole caminar por el pasillo con largas zancadas.

"Tu sacrificio será recordado" dijo el hijo de Tywin con el brazo envuelto alrededor del cuello de Rhaenyra.

Con la rabia y el miedo arañándolo por partes iguales desenfundo hermana oscura, Daemon nunca antes tembló al sostener un arma, ni siquiera cuando era un chiquillo inexperto y en cambio ahora no lograba estabilizar su pulso por completo. Sostuvo su antebrazo en una desesperada estrategia por disparar con la puntería que se caracterizaba y finalmente apretó el gatillo.

La sangre del Lannister salpico el rostro de Rhaenyra y ella se desplomó en el suelo, caminó con rapidez hacia ella, maldiciéndose por no solo cortar la mano de aquel bastardo sino todas sus malditas extremidades.

Su eterno miedo se materializo y los ojos que alguna vez lo observaron con fervor le recibieron llenos de desconfianza e incluso la sintió temblar bajo su toque. No fue difícil juntar las piezas. Ella había presenciado toda su actuación con Cole. Ella debía encontrarse dentro de su escondite subterráneo pero estaba tan inmerso en su venganza contra Crispin que no se percató de su presencia. Su error casi le costó la vida de su mayor tesoro.

"¿Estás bien, Daria?" cuestiono limpiando con sus propias manos la sangre de su rostro.

Él podría ensuciarse de toda la inmundicia de poniente pero verla de ese modo era peor que una bofetada en el rostro. Sus esfuerzos por mantenerla segura estaban cayendo como fichas de domino frente su vista, demostrándole lo incapaz que era de cumplir su promesa.

"Te hice una pregunta." Insistió de nuevo esperando que abriera sus ojos.

"Todo está bien, Daemon. ¿Oh tal vez deba llamarte, señor dragón?" enuncio arrastrando las últimas palabras.

Daemon la abrazo para ocultar su expresión. Rhaenyra no podía ver su debilidad, no podía ver el miedo menguante en sus ojos y mucho menos el horror que lo recorría.

"¡No me toques!" grito contra su pecho, revolviéndose sin descanso. "Déjame ir." Le ordeno golpeándole con los puños.

"Puedo explicarlo."

"¿Explicarme que Daemon? Que toda nuestra puta fortuna está construida sobre dinero sucio y sangriento.

No estaba preparado para escuchar su conocimiento e inmediatamente la soltó. Rhaenyra lo encaro con el fuego de la furia en sus ojos.

"Todo el dinero es gracias a Targaryen Enterpriese, una empresa milenaria que ha pasado de generación en generación." Era una mentira, pero no quería admitir la verdad.

"¡Mientes! La empresa no es más que la fachada del verdadero negocio, no me digas que me crees tan estúpida como para no darme cuenta ahora."

Completamente acorralado evadió su mirada. ¿Cómo podría defenderse ahora?

"Las palabras, dinero sucio, triarquia y contrabando ¿te suenan?" cuestiono dando un paso atrás. "¿pones dinero sucio en mis bolsillos Daemon? ¿Es por eso que nuestra familia se extingue? Tu silencio también es una respuesta" puntualizó, alejándose de él.

Peligrosa DebilidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora