Capitulo 8

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"Siempre tan obediente" susurro contra su oído "mantén tu atención en mi princesa si te corres sin que yo lo autorice te castigaré"

"Por favor... Daemon te lo pido" su propia voz se rompía al pronunciar la suplica de su cuerpo

La ignoro completamente entrando en su interior en embestidas devastadoras, su cabeza rodo hacia atrás por la presión, cerrando los ojos con fuerza mientras Daemon sellaba su boca alrededor de un pecho.

"El decir mi nombre no quita nuestro parentesco sobrina "declaro subiendo sus labios hasta su oído "Llámame como es debido y tal vez cederé ante tu insaciable apetito"

Rhaenyra sacudió la cabeza en un intento de no caer en la perdición.

"Dilo" ordeno con voz ronca casi rompiéndola.

"Por favor... Tío" suplico por fin casi llorando "¡Por favor!"

El grito la extrajo de su propio sueño. Despertó con el corazón acelerado y un mar entre las piernas, estaba tan empapada que sus muslos se encontraban pegajosos. Se incorporo con reticencia y el traicionero de su cuerpo no hacía más que exigir la liberación que le fue negada.

¿En verdad había fantaseado con Daemon? la experiencia le resulto tan vivida que  Necesitaba bañarse con urgencia, no solo para limpiar los vestigios en sus muslos, si no para eliminar el temblor debajo de su piel. ¿Cómo era posible que tras el beso de Daemon se volviera tan depravada? Incluso para querer experimentar más en sueños"

"Señorita Rhaenyra" escucho una voz a través de la puerta.

"¿Qué sucede?" pregunto frustrada por la repentina interrupción. 

"El señor Targaryen le espera abajo" anuncio.

"¿Para qué?" 

"Dijo que es una sorpresa"

"¡Tardare en bajar!" fue su breve respuesta para enterrar  el rostro en la almohada.

Definitivamente no estaba preparada para una sorpresa más en el día.

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Daemon dudo de todas las aseveraciones que Rhaenys le brindo aquel día en Driftmark, sin embargo para su desgracia una de ellas se cumplió...

No estaba acostumbrado que una mujer lo desconcertara de ese modo. La situación se ponía peor cuando se tomaba en cuenta que apenas ella logro llegar a la edad adulta y era su maldita sobrina.

Odiaba la mirada que le brindaba, sus ojos violetas lo observaban con completo fervor y admiración, idealizándolo por completo. Casi sintió que podía limpiar sus propios pecados con la inocencia de los ojos de su sobrina. Su cabello dorado caía en picada alrededor de su rostro cubriéndole las mejillas y por solo un momento deseó poder ser el hombre que ella creía.

La idea de cuidarla en sus tiempos libres se torno más difícil de lo esperado. No porque hubiera aparecido alguien que perturbara su paz si no porque la misma persona que debía proteger lograba distraerlo más que nada.

"¡No tardaré!" anuncio entrando por la puerta del probador.

El beso que compartieron en el bosque logro encender una flama que nunca antes sintió y se tuvo que recordar la conversación que seguramente motivo el acto de Rhaenyra.

Cuando apenas era una niña se encontraba viendo una película infantil y tan pronto ocurrió el final se apresuró hasta su lado para preguntarle.

"Tío si la princesa besa  un sapo el se vuelve humano" expresó con emoción."¿si yo te beso te convertirás en un dragón? Inquirió con sus ojos brillantes.

Peligrosa DebilidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora