La vida no era un cuento de hadas. Rhaenyra se dio cuenta de ello a temprana edad, si las demás personas no se percataban de la realidad es porque no habían prestado la suficiente atención o simplemente se negaban admitirlo.
La mayoría de la gente se empecinaba en creer que mientras tuvieran suficiente dinero como para nadar en el, su vida estaría totalmente resuelta. Su propio padre nunca logro tener su anhelado hijo varón, su madre perdió tantos bebes antes de tenerla que su desgaste físico la tenía al borde de la ruina, el dinero no la salvo de sus innumerables enfermedades tampoco, dejándola en un estado precario incluso antes de que fuera asesina.
Las personas solo miraban el lado amable de la fortuna e ignoraban que la vida quitaba de la misma manera en que brindaba, los medios de comunicación le llamaron "Heredera mimada" otros más amables le apodaban "La delicia del imperio Targaryen" todos hablaban de su persona como si el hecho de que tuviera un cuantioso legado le convirtiera en la persona más afortunada de todo poniente.
La suerte era bastante subjetiva, desde su punto de vista. Ahora por fin cumplía su deseo de estar al lado de su tío pero él se esfumo casi desde el primer día. Evito pensar en el durante las últimas dos semanas en que no le había visto, ya fuera re decorando, transfiriéndose a una nueva universidad e incluso yendo de compras.
El toque insistente en la puerta le saco de sus nuevos pensamientos.
"Puedes pasar" le apremio, adivinando de quién se trataba.
Harwin entro a la habitacion y Rhaenyra agradeció el contacto visual que este le brindo. Durante su estadia en Dragonstone la milenaria propiedad de los Targaryen, ningún guardia u hombre le había dirigido una mirada, todos se concentraba en cualquier lado aun cuando estuvieran a medio de metro de distancia, parecían unos robots autómata, al principio le pareció refrescante no tener la atención invasiva sobre ella pero en aquel punto le causaba desconcierto.
"La señorita Velaryon se encuentran en el vestíbulo" anuncio Harwin.
Los ojos de Rhaenyra chispearon de curiosidad levantándose de su tocador en el momento en que escuchó las palabras, para su sorpresa en Dragonstone no era seguida por Harwin lo cual significaba un pequeño alivio. Tan pronto y bajo por las escaleras encontró a Laena observando la nueva pintura que había hecho colgar en una pared antes desolada.
"Veo que comenzaste a imprimir tu marca personal" comento Laena con naturalidad.
"Los dragones siempre serán mi obsesión" admitió "¿Cómo lograste salir de Driftmark? pregunto sin darle vueltas al asunto.
"Apenas cumplirás veinte años Rhaenyra no creo que te volvieras senil prematuramente, sabes tan bien como yo que no se escapa de las garras de nuestra familia tan fácil.
"¿Por qué Corlys te traería hasta poniente entonces?"
"Mi padre esta paranoico, dice que Laenor no es lo suficientemente mayor como para hacerse cargo de mi en Driftmark y que no podemos estar solos ahí."
Rhaenyra comprendía a Corlys puesto que el mismo Daemon se comportaba del mismo modo desde el asesinato de sus padres.
"Es natural Laena, aún está afectado por lo de tu madre" concedió.
"Hay algo más. Mi padre estuvo bebiendo hace unas noches... le dije que no era su culpa y lo mejor sería que durmiera y" por un momento titubeo, enrosco uno de sus dedos entre sus rizos con visible nerviosismo.
"Dilo" apremio Rhaenyra sintiéndose incomoda con la situación.
"El me tomo de la muñeca y me detuvo, me dijo que no era su culpa... si no la tuya."
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Peligrosa Debilidad
FanficNadie esperaba que Daemon preservara la vida de su sobrina después de la trágica muerte de su hermano, aun con la empresa familiar en juego decidió proteger aquella niña, poniendo en peligro su legado y su propio corazón. Universo Alterno. Ambient...