Capitulo 13

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Rhaenyra escuchaba la voz de Daemon en las lejanías de su mente y se revolvió en la cama hundiendo la nariz entre las almohadas. Si ese era un maldito sueño no quería salir de ahí nunca.

"Despierta Daria" insistió de nuevo la voz de su tío entre sueños.

¿Ahora la llamaba reina en alto valyrio? Bueno al menos le habían subido de rango en sus sueños. Abrió un ojo encontrándose con la imagen de Daemon tomando un sorbo un Se levanto sobre sus codos y removió las piernas, sintiendo las secuelas de la noche anterior. Gracias a los dioses no había sido una mera fantasía.

"Te prepare un café" señaló tendiéndole la taza.

"¿Soy Daria ahora?" pregunto dándole un rápido sorbo.

"Me pareció bastante acorde, fuiste princesa mientras eras la niña de mis ojos"

Rhaenyra le quito su taza y la deposito sobre la mesa con molestia. Frunció el ceño y le golpeó el pecho con el dedo índice indignada.

"¡Desde cuando deje de ser la niña de tus ojos!" reclamo entrecerrando los ojos.

Daemon tomo su muñeca en un veloz movimiento, dejando su cabeza contra su pecho y abrazándola fuertemente impidiendo que se moviera. Acunándola cuidadosamente habló de nuevo.

"Ahora eres mi Daria, la mujer de mi vida"

Por todos los dioses, ¿Cómo lograba hacerla sentir tan embriagada de amor? Apretó sus manos entre las suyas, deseando con cada célula de su cuerpo que sus palabras fueran ciertas.

"Esto no es una aventura adolescente" espeto leyéndole los pensamientos "no soy una experiencia pasajera en tu vida, tampoco seré tu juvenil amante."

Levanto la cabeza para mirarlo a los ojos, siendo consciente de la seriedad en sus pupilas.

"Debes de ser más especifico con lo que esperas de mi"

"Espero todo de ti" anuncio deslizando su mano desde su mentón hasta su cuerpo aún desnudo. "Tuviste la opción de huir de esto, pero tomaste tu decisión anoche. Eres mía Rhaenyra, no se trataba de una estúpida aventura"

"No queria que lo fuera" confesó sonriendo "Solo espero ver tu rostro antes de dormir y al despertar, durante toda mi vida"

Sintió los dedos de su tio apretando sus labios para callarla y Rhaenyra se removió divertida.

"¡Tu empezaste!" reclamo entre dientes.

"¿Debería de torturarte como tus palabras lo hacen?" pregunto con su mano descendiendo por el valle de sus senos.

"¡Me rindo!" grito levantándose sin evitar una fuerte nalgada.

"Llegarás tarde a la universidad, apresúrate"

"¿Podrías convertirte en el motivo de mi retraso?" pregunto desde la ducha, sonriendo.

Rhaenyra se encontraba con los ojos cerrados frente el agua, en su mente nunca creyó que él la seguiría. Pero ahí estaban sus manos enjabonándola cuidadosamente. Abrió los ojos sin importarle el shampoo que pronto se filtro en ellos. Maldijo su propia estupidez ¿pero quién podia culparla? Cualquier mujer cometeria un descuido ante la perspectiva de Daemon desnudo bajo el agua. Hizo un pequeño berrinche encolerizada al sentir sus ojos arder y él la tomo por la cintura, aprisionándola contra los azulejos.

"Existen muchas maneras de ver" señaló tomando su mano, poniéndola en su rostro y haciéndola descender por su cuello, pasando por su torso y terminando en su ya endurecido miembro.

Sonrió complacida, acariciándolo desde la punta  hasta la base, con los ojos cerrados se encontraba sonriendo al deslizar la mano por todo su largo, sentirlo temblar bajo su toque le llenó de orgullo, y su triunfo se vio interrumpido cuando la tomo por las caderas obligándola estar de cara a los azulejos. Un jadeo salió de su garganta al sentir los dedos de Daemon enroscándose en su interior, apoyó un brazo en la loseta y él entrelazo su mano restante sobre la suya.

Peligrosa DebilidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora